El juego es emocionante, por eso es importante rescatar historias donde enseñemos a pensar y a sentir, porque no es fácil para el peón coronar y necesita siempre la ayuda de las otras piezas.
Como docente, ya les he contado que el ajedrez es un juego que puede ayudar a exprimir la creatividad en el aula. Pero además, de eso –especialmente en la primera infancia– es una herramienta mágica para construir y deconstruir historias increíbles, de héroes y heroínas, para abrazarse, cantar, soñar y expresar emociones.
Pero las historias no se tienen que contar solo en el tablero, pueden salir de ahí y ser la base para construir personajes con títeres u otros elementos. Siempre y cuando, la inspiración en las distintas piezas de ajedrez: rey, reina, torres, alfiles, caballos o peones
La clave en este proceso de creación, es que la base de la historia esté en el tablero. Por ejemplo, se pueden crear relatos emocionantes a partir de la disposición inicial de las piezas en una partida. También se puede jugar con las casillas claras y oscuras, que se pueden transformar en el día y la noche; en puertas que se abren y se cierran y tantas cosas más, que pueden despertar la curiosidad de los estudiantes.
“Cuando enseño ajedrez mediante cuentos e historias, junto al alumnado ingresamos al mundo mágico del mundo del ajedrez. Allí ya no hay profesor, sino un narrador de las andanzas de las piezas. Ellos cobran vidas y vivencian sus emociones, de forma similar a la que describe Borges en su poema Ajedrez: ‘Adentro irradian mágicos rigores las formas torre homérica, ligero caballo, armada reina, rey postrero, oblicuo alfil y peones agresores’”, cuenta el uruguayo Nahuel Diaz Hollemaert , maestro Internacional de ajedrez y entrenador FIDE.
Es clave tener en cuenta que el espacio es el tablero de ajedrez y las piezas somos nosotros. De esta forma, es importante seleccionar historias que sirvan para aprender a tomar una actitud de reflexión ante situaciones complejas, pensar estrategias y a focalizar una meta. La vida misma en el ajedrez.
Una de las instancias ideales en esta creación de historias, es concentrarnos en solucionar problemas creativos. Otra idea es dar valor a la palabra, enseñando con la estimulación de la emoción, porque desacelera el pensamiento y mejora la concentración.
A niños/as les gusta y les hace bien contar sus propias historias, como también dar consejos a las piezas de ajedrez ante las dificultades e imprevistos que nos van contando por ejemplo sus miedos, sus alegrías, problemas a resolver entre otras. Se trata de darle vida al tablero de ajedrez y experimentar las alegrías y las tristezas, entre otras
En estos tiempos que vivimos, es muy importante resaltar y encarar al mundo a ser solidario y empático; a pensar como equipo o en comunidad. Presentar el juego donde no se juega en contra del otro sino con el otro. ¡Todos ganamos con este ajedrez adaptado a las necesidades de cada grupo!
Una leyenda milenaria sobre el ajedrez nos transmite que es un juego mágico, que la marcha del peón a la última fila para convertirse en reina o en una pieza de mayor valor, simboliza nuestra propia marcha a través de la vida, en busca de crecimiento personal y espiritual.
¿Qué historias contarías tú con un tablero de ajedrez?
Ana Paula Fink es docente del nivel inicial y técnica nacional del tiempo libre y recreación, en Argentina. Realiza capacitaciones de la metodología preajedrez y es docente en la Universidad Nacional.