Acompañar a los/as estudiantes emocionalmente en esta nueva normalidad es muy importante. Esta guía te ayudará con entretenidas actividades.
Guía emocreativa para la vuelta al cole desde el corazón, es el nombre con el que la editorial Santillana comparte una serie de actividades, creadas para acompañar a los estudiantes en este nuevo año de clases presenciales. ¡Una instancia especial, tras casi dos años de pandemia!
De acuerdo con el documento, las tres primeras semanas son muy importantes porque se podría compaginar con una fase de evaluación inicial y de preocupación por el aspecto emocional. El objetivo es prepararse para la vuelta al cole, hacerse presente, recibir, actualizar vínculos, escuchar la emocionalidad del alumnado y humanizar la nueva normalidad.
Por ello, te dejamos 3 actividades que pueden ayudarte a reconocer y valorar el estado emocional de los estudiantes y trabajarlos en tus primeras semanas de clases:
La finalidad es actualizar los vínculos y conectar emocionalmente para favorecer el aprendizaje y su desarrollo personal. Este “saber hacer docente” se concreta en una serie de competencias que consisten en saber comunicarnos afectivamente, conectar con lo que siente el otro y comprometerse emocionalmente con el alumnado. Estas son las principales recomendaciones en este punto:
Este recurso consiste en una selección de actividades, escogidas del material digital del libro EducaEMOCIÓN, en las que se trabajan competencias emocionales que ayudan a vincularse emocionalmente con los demás.
La temporalidad es 1 sesión de 45-50 minutos. Se necesitan tarjetas de cartulina con emociones escritas, altavoces y aparato de música (portátil) y un ovillo de lana.
Al comienzo de la actividad, los estudiantes deben sentarse en sus sillas formando un círculo en medio de la sala de clases. Seguidamente, el/la docente colocará en el centro del círculo unas tarjetas que tendrán escritas estas emociones básicas:
A continuación, se le debe pedir que, manteniendo el círculo, cada dos alumnos o alumnas se giren quedando uno enfrente del otro; si el número de escolares fuese impar, uno de los grupos tendría que ser un trío. Una vez formadas todas las parejas, cada una deberá coger dos (tres en el caso del trío) de las emociones que se ofrecen.
Con los ojos cerrados, cada estudiante debe pensar en una situación que haya vivido en el aula, en la escuela o fuera del establecimiento (en casa, en la calle, etc.), en la que haya experimentado la emoción escogida. Tendrá que reflexionar sobre ello y recordar qué le ha llevado a pensar lo que sintió.
Finalmente, el docente debe realizar una reflexión final donde valide todas las emociones y explique que sentirlas no es algo malo.
La idea es ayudar a descargar la mochila afectiva del alumnado que se pudo haber puesto más pesada durante la pandemia. La idea es introducir al grupo, indicándoles que con la actividad aprenderán a dialogar con las emociones. En esta instancia, es clave explicar que nuestra emoción se expresa sin que nosotros/as decidamos qué tiene que sentir.
Para ello debemos entrenarnos en una serie de pasos que hay que seguir para saber relacionarnos de forma competente con nuestro sentir emocional.
Son grandes preguntas que podrán ayudarte y guiar una conversación con foco en lo emocional con tus estudiantes.
¡Preocuparse de lo emocional es fundamental para lograr aprendizaje!