La literatura infantil puede ser un instrumento ideal para enseñar conceptos matemáticos esenciales. Pero, ¿cómo hacerlo?
DREME Network es un proyecto de Stanford que busca contribuir en la investigación de la matemática temprana y mejorar las oportunidades de desarrollo matemático de niños y niñas. Diversos expertos participan en éste y en la plataforma del proyecto comparten múltiples contenidos enfocados en relevar la temática y ofrecer consejos útiles para la consecución de este objetivo. Un tema que han desarrollado más de una vez es el de la literatura infantil y el rol que cumple ésta en la introducción de conceptos matemáticos en los niños y esto es clave, pues no muchas veces asociamos cuentos con conceptos matemáticos. Sin embargo, muchos de estos expertos consideran que la literatura es una gran herramienta y si se utiliza de la forma correcta, puede ir mucho más allá de la historia en sí misma.
Los libros ilustrados, aseguran en DREME expertos como Victoria Almeda y Herbert P. Ginsburg, son ideales para introducir temas como los números, las formas, los patrones, las medidas y en general, otros pensamientos matemáticos fundacionales. El contenido está ahí, así que lo importante es saber sacarle el mayor provecho. Almeda y Ginsburg, comparten algunos consejos en DREME para convertir los libros infantiles ilustrados con contenido matemático, en una herramienta para potenciar el pensamiento matemático e introducir algunos conceptos relevantes:
1. Escoger
El primer paso es escoger un buen libro. Además de un buen contenido literario, éstos tienen que tener ilustraciones llamativas, personajes interesantes, un lenguaje rico y por supuesto, situaciones estimulantes para el niño. En otras palabras, debe ser un libro que además de ofrecer un contenido matemático, el niño pueda disfrutarlo.
2. Posición de lectura
Los experto aconseja que sientes al niño o niña sobre tus piernas mientras lees el libro. Se trata de convertir este momento en una oportunidad para generar lazos y fomentar el amor por la lectura y la matemática. No conviertas la lectura en una actividad poco deseada.
3. Palabras e imágenes
A lo largo de la lectura señala palabras e ilustraciones que demuestren conceptos matemáticos. De esta forma podrás ampliar el vocabulario de los niños. Puedes decir cosas como : “mira, aqui hay dos osos”. También puedes preguntar cosas como “¿qué figura es esta”. Muchas otras conversaciones pueden surgir de la lectura del cuento.
4. Preguntas
Plantea preguntas abiertas, es decir, preguntas que no tengan una sola respuesta correcta. Algunos ejemplos de esto podría ser: “¿podrías decirme qué estás viendo en esta página?” , “¿podrías contarme qué está pasando en esta escena?” o “¿cómo sabes que ahí hay 4 osos?”
5. Más allá de la página
Plantea preguntas que vayan más allá de la página como tal. De esta forma estarás fomentando un pensamiento mucho más abstracto. Puedes hacer preguntas que relacionan palabras o imágenes vinculadas a la vida o el espacio del niño o tal vez puedes pedirle que intente hacer predicciones. Por ejemplo, diciendo cosas como: “¿cuál crees que es el número que viene después?” o “¿puedes encontrar dos cosas en tu cuarto?”
6. Explicaciones
Motiva a los niños para que te den explicaciones. Puedes lograrlo planteando preguntas como: “¿cómo sabías eso?” o “¿cómo llegaste a esa conclusión?”
7. Sus intereses
Ten en cuenta los intereses de los niños. Esto significa estar atento con respecto a lo que les llama la atención de la historia e invertir un poco de tiempo extra en esas partes que disfruta más. Si él o ella quiere contar una y otra vez a los personajes del cuento, déjalo.
8. Entusiasmo
Utiliza voces diferentes, dramatiza las situaciones, haz énfasis en las emociones de la historia. Los niños disfrutan ese esfuerzo teatral pues de esta forma le estás dando vida al libro.
9. Lee otra vez
La primera vez que lees el libro, te esfuerzas en que los niños entiendan la historia. Después de eso, lee el libro una vez más y pon el énfasis en los conceptos matemáticos.
La lectura repetida fortalece lo que el niño aprendió previamente y estimula la exploración de nuevas ideas.
10. Disfrútalo
Esto es lo más importante: que la experiencia sea entretenida, para ti y para los niños. No dejes que la enseñanza de la matemática opaque el disfrute por la lectura, por la historia. Al final, el aprendizaje será mayor si el niño goza de la experiencia. Haz que sea agradable para ambos y verás los resultados a corto y largo plazo.
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