Estas son las recomendaciones de una Doctora en farmacología que en los últimos años se ha dedicado a investigar sobre los beneficios de enseñarle a los niños con y en la naturaleza. Y lo hace en Hong Kong, con un programa que promueve la educación saludable y activa desde hace más de dos años.
Antes de dedicarse a indagar en los beneficios de la naturaleza en el aprendizaje, especialmente en los primeros años de vida, Tanja Sobko pasó varias horas en laboratorios, por su profesión como Doctora en farmacología. Pero después de varias investigaciones en las que indagó sobre la relación entre variables de salud y bienestar en el entorno familiar, descubrió científicamente que son muchos los beneficios que se consiguen al enseñarle a los más pequeños a jugar con y en la naturaleza. Por eso, esta sueca llegó hace más de tres años a Hong Kong, una ciudad llena de rascacielos y escasas áreas verdes, desde donde promociona Play&Grow, un programa con el que promueve una educación saludable y activa.
“Hong Kong es una ciudad bastante caótica, contaminada. Una ciudad donde hay estadísticas que muestran que hay niños que sufren de depresión desde los 4 años, yo creo que por el encierro en el que viven. Y por eso, este proyecto para mí es tan importante en Hong Kong, es importante masificarlo, porque quizá no es posible llevarlos a la naturaleza, muchas veces se trata de llevarles la naturaleza a ellos, al menos una vez a la semana”, contó Tanja en un seminario que realizó en la Universidad Alberto Hurtado.
Desde 2015 Tanja ha publicado varias investigaciones acerca de la relación salud y bienestar en el entorno familiar escolar y geográfico, y sus beneficios sobre el desarrollo infantil. Por eso, con Play&Grow Tanja ha desarrollado la promoción de alimentación saludable y el tiempo del juego activo de niños y familias, tomando siempre en cuenta los hallazgos obtenidos en su labor como académica de la Universidad de Hong Kong.
Una sesión del programa de Play & Grow dura 45 minutos y se realiza semanalmente durante 10 semanas. Cada sesión consta de tres partes: juego activo, comida divertida y naturaleza divertida. Y aquí Tanja comparte cuatro actividades que ha realizado y que han potenciado la relación con la naturaleza de estos niños que viven entre rascacielos asiáticos.
1. Realizar charlas con las familias
“Es importante siempre iniciar conversaciones, charlas, sobre distintos tópicos ambientales y en éstos, incluir a las familias. En nuestra experiencia, muchos de los niños de 2 a 5 años, son los que terminan educando a sus padres en estos temas, y estas charlas muchas veces son muy claves”, dice Tanja. Hablar sobre la naturaleza, los elementos naturales, la importancia del reciclaje, de la consciencia del entorno y más, son pequeños conceptos que se le debe ir enseñando.
2. ¡Juguemos con comida!
Aunque muchos padre siempre ponen como regla que NO se puede jugar con la comida, Tanja invita a que lo hagan, porque es una forma de conectar y entender cómo funcionan los alimentos como las frutas y las verduras; sus olores, texturas y sabores. Ha realizado desde un guacamole con los alumnos, para después transformar la cáscara y la semilla de aguacate (palta) en un barco que dejan que corra por una pequeña corriente agua. También ha invitado a los niños a que hagan animales con las verduras que encuentren, como un pepino, que puede ser un perro con ojos de tomate y patas de zanahorias.
3. ¡Que la naturaleza siempre esté presente!
“Que los niños tengan la naturaleza cerca o la entiendan, no se logra sólo con salidas a una montaña. A veces es cuestión de salir y abrazar el árbol que está en el patio”, dice Tanja. Por eso, esta académica propone también llevar hojas de distintos árboles a la sala de clases, tierra, hacer que jueguen con esos elementos, dejar que se ensucien con eso y aprovechar hasta los espacios más pequeños que tenga el jardín infantil para que cada niño entienda la naturaleza.
4. Hacer un huerto
“Siempre hay espacio para hacer un huerto, así sea pequeño. Hay millones de ideas por el mundo”, asegura Tanja. Según esta investigadora sueca, es muy importante la creación de un huerto en la escuela, para que los niños en sus primeros años entiendan los ciclos de las plantas y cómo éstas puedan brindar alimentos.
Si quieres leer sobre otras ideas para trabajar el cuidado del medio ambiente y con la naturaleza, te dejamos este reportaje sobre clases en las montañas.
Feliz día! muy agradecida por compartir sus conocimientos y otras ideas, está demás comentar la gran utilidad para ser impartida con mi grupo, porque he observado en uno de mis niños que atiendo en un centro de educación inicial, se ha dedicado en arrancar las flores de las matas y está contagiando al resto del grupo.
María del Valle, maestra de educación inicial.
Gracias por los aportes que día a día nos entregan, por considerar la educación inicial como importante.