Los libros pueden ser el primer paso para reflexionar y acercar situaciones que parecen distantes. Por eso, esta experta en literatura infantil y Doctora en Didáctica de la Lengua, comparte obras infantiles perfectas para abordar este complejo tema.
En el mundo entero, la inmigración es una realidad. El número de familias y niños migrantes que salen de sus países para llegar a otros rincones del mundo en la búsqueda de mejores oportunidades crece rápidamente y se refleja notoriamente en las salas de clase. Particularmente en Chile, los datos muestran que en el año 2016, el número de estudiantes migrantes superó a los 61.000, cifra que corresponde al 1,7% de la matrícula. Por otra parte, en comparación con el 2013, el total de alumnos que fueron eximidos de la prueba Simce por no hablar español (evaluación utilizada en Chile para medir el dominio que tienen los estudiantes sobre temas del currículo escolar), aumentó en un 766%. ¿Qué significa esto? Que integrar a aquellos estudiantes es una tarea urgente en las escuelas y para lograrlo es indispensable abordar en la sala de clase, temas como la aceptación y el respeto.
Con respecto a esto, la venezolana Brenda Bellorín, investigadora, crítica de literatura infantil y doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura, asegura que la literatura es y debería ser en todas las aulas una herramienta de integración clave. Bellorín hizo parte de un proyecto llamado Visual Journeys Through Wordless Narratives (Travesías visuales con álbumes sin texto) el cual se articuló en torno a la idea de que la lectura de obras literarias “multimodales” (aquellas que son contadas a través de textos, imágenes, formato y diseño), son una excelente vía de integración de nuevos alumnos. Este proyecto de investigación evidencia además que el libro álbum (mezcla de textos breves con contenido ilustrado), es ideal para hacer trabajos en grupo constructivos que funcionan como puentes entre una cultura y otra, un lenguaje y otro.
“… considerando que la literatura -con sus formas discursivas, reglas y multiplicidad de imágenes- es un buen marco para el aprendizaje de la lengua, que además facilita la adquisición de representaciones sociales y culturales, así como el proceso de simbolización”, afirma la experta.
Para Bellorín la lectura de un niño extranjero debe ser la misma que se le entrega al niño del país que lo recibe, esto com premisa de respeto, aceptación y educación de calidad para todos. Para lograr esto, ella propone que los niños puedan sacar sus libros en la escuela y reflexionar, a partir de éstos, sobre sus orígenes, historias, entornos y familias. Además, dice la especialista, es necesario que los profesores conozcan diversas obras infantiles que aborden el tema desde varias perspectivas. Para eso, ella sugiere las siguientes:
1. Eloísa y los bichos, de Rafael Yockteng y Jairo Buitrago
Este relato protagonizado por Eloísa, invita a reflexionar sobre la condición del extranjero o inmigrante, quien al principio tiene dificultades para amoldarse a las nuevas costumbres, el lenguaje, las historias… Eloísa llega con su padre a un nuevo lugar buscando un futuro y con la ilusión de labrarse un nuevo camino. El proceso no resulta nada fácil. Las horas de espera en la puerta del colegio se hacen eternas, los nuevos compañeros son muy distintos y es difícil dejar atrás los recuerdos.
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