Para el educador Thomas Drittl, mantener un buen ritmo en el jardín infantil, es la mejor forma de planificar momentos prácticos y significativos para los niños. Así lo hace él.
Cuando Thomas Dittl empezó a dar clases en kínder, tuvo que enfrentarse (como muchos otros educadores) a grandes desafíos. Uno de ésto tenía que ver con el ritmo de la clase, un problema que según explica en Edutopia, muchos enfrentan en el aula. Los educadores, dice Thomas, planifican clases, se organizan todos los días e intentan concentrarse en la labor tanto como es posible, sin embargo, de vez en cuando, las cosas se “descarrilan” un poco en la sala y entonces, es necesario aplicar estrategias que ayuden a retomar el ritmo de la clase.
Después de 10 años en el aula, este educador de párvulos ha diseñado e implementado las estrategias que le han ayudado a hacer frente a este problema y ahora las comparte, para que otros como él, especialmente los nuevos educadores, tengan herramientas que les permitan manejar el ritmo de la clase con éxito. Estas estrategias, según Thomas, tienen un impacto positivo en el desarrollo de la clase, pues proporcionan planes claros y organizados que mejoran la participación de los niños en sala. “Y seamos honestos: también me han ayudado a mantener mi cordura como educador”, dice el profesor. “Ahora, he llegado a mi propia definición de ritmo educativo: comprender e integrar el currículo, el horario y las expectativas del estado y la escuela con los recursos del aula y las necesidades del alumno para planificar momentos prácticos todos los días, en el curso de un año académico. Sé que descifrar el ritmo me ha convertido en un mejor maestro y continúo practicando estas ideas todos los días. ¿Cuáles son las estrategias de Thomas?
1. Un temporizador
Para no perder la noción de los objetivos cuando ocurren cosas inesperadas en el aula, Thomas compró un temporizador de cocina. Con éste, se pone límites que son necesarios. A los niños les encanta que Thomas se ponga esos tiempo, y realmente funciona bien como recordatorio para terminar algo que no debería tomar más de 3 minutos. El educador utiliza el temporizador de varias formas: para hacer cuestionarios, trabajos individuales, trabajo en grupos, e incluso para hacer algo inesperado, como una nueva enseñanza y volver al foco de la lección principal.
2. Descansos
Thomas dice que siempre hay mucho por enseñar y el día no alcanza para abordar todo. En su primer primer año, siempre intentaba terminar una clase luego de tocar todos los puntos de discusión. Y aunque es un buen objetivo, asegura que en un jardín infantil hay niños cansados, con hambre y con emociones muy despiertas. Así que Thomas aprendió que las pausas, para los niños, son importantes. Lo que hace él es hacer una pausa de tres minutos para que los niños canten, bailen o coman algo. Esto los revitaliza y marca la diferencia en el estado de ánimo y en la disposición frente al aprendizaje.
3. Pausa
Hay momentos en los cuales es necesario escoger lo que quieres enseñar. A pesar del esfuerzo, no siempre tendrás el tiempo que necesitas para terminarlo todo. Entonces, Thomas aconseja que te detengas, en lugar de apresurarte a terminar una clase con niños que ya están desenfocados y cansados.
4. Practicar
Practica las rutinas, los procedimientos, todas las cosas que son necesarias para hacer bien tu labor. Además de practicar, documenta los procesos y sobre todo, las mejoras… será una forma de celebrar tu progreso.
5. Planificar
Cuando los otros puntos fallan, dice Thomas a Edutopia, se requieren medidas más extremas. Si definitivamente no lograste mantener el ritmo de la clase, escribe tu agenda en la pizarra, todos los días. Cada transición, clase, interrupción, y procedimiento tiene una hora de inicio y fin. A medida que avanza el día, cruza los elementos de tu lista como una forma de confirmar con los alumnos que todos alcanzaron los objetivos.
Las salas de clases con niños están llenas de grandes desafíos. Los educadores de párvulos se enfrentan a estos a diario, pero al igual que Thomas, trabajan por mejorar sus propias prácticas, beneficiando así el aprendizaje de sus estudiantes. Este educador utiliza esas estrategias desde hace 10 años y si para él han sido útiles, para muchos que siguen descubriendo cómo mantener un buen ritmo de clase, también pueden ser ideales. ¿Lo mejor? Que estas estrategias también integran a los niños, quienes se sienten parte de la consecución de metas y objetivos diarios.
5 Tips for Kindergarten Pacing. Edutopia.
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