Su autora, la periodista y escritora venezolana Mireya Tabuas, cuenta aquí los distintos temas que se pueden trabajar con esta historia que tiene como protagonista un niño o niña que ve cómo sus padres, familiares, conocidos y vecinos se pelean por la preferencia de de dos colores.
“A mi mamá le gusta el azul, a mi papá el rojo”. Así empieza “Azul y Rojo”, un libro que habla sobre el respeto de las diferencias. Una historia ilustrada por los artistas plásticos venezolanos Patricia Van Dalen y Ricardo Báez; y escrito por Mireya Tabuas, periodista venezolana residenciada en Chile desde el año 2014.
“El libro fue escrito en Venezuela en 2013, como una respuesta emocional y literaria, diría además que urgente, a la polarización que había en mi país, cada vez más marcada. Una polarización que ya estaba afectando al mundo privado: destruyendo amistades y familias. Me dolía mucho lo que estaba pasando y no sabía qué hacer, entonces pensé que si yo me sentía así cómo se sentirían los niños en esta situación. Así, en un instante, me llegó la idea de la historia, la escribí en un momento en el propio periódico donde trabajaba. Inmediatamente se la envié a los editores de otro de mis libros, María Angélica Barreto y Javier Azpúrua, de editorial Camelia”, dice Mireya.
Así surgió una publicación que en no más de 60 páginas, llenas de formas, colores y palabras, hace un gran invitación a reflexionar sobre distintos temas.
Mireya cuenta que su libro lo han usado en distintas salas de clases del mundo para hablar sobre tolerancia, polarización, igualdad, diferencia, derechos, libertad de pensamiento, convivencia, amor y muchos temas más. También para conversar sobre cómo no existen las verdades absolutas, de ahí el guiño que este libro se puede llamar “Azul y Rojo” o “Rojo y Azul” según la portada que se mire primero.
Otro detalle que puede invitar a la reflexión, es que nunca queda claro si se trata de la mirada un niño o una niña. “Nunca pensé en el género del o de la protagonista porque lo importante es lo que ve y siente. Creo que en mi mente era un varón, pero eso no fue relevante en la historia”, asegura Mireya.
La creatividad es la clave para decidir el enfoque con el que se va a trabajar este libro en la sala de clases.
“El libro sirve, en primer lugar, para dar cuenta de la existencia del otro, y que ese otro tiene tanto derecho a tener una opinión, un punto de vista o un gusto como el que tienes tú. En segundo lugar que muchas veces no nos damos cuenta cuánto nos parecemos a pesar de nuestras diferencias y es por eso que vemos a ambos padres hacer prácticamente las mismas cosas para defender su color, como si uno fuera el espejo del otro”, considera la periodista y escritora.
De ahí la intención de que la la historia de “Azul y Rojo” sea sencilla: es la vivencia de un niño o niña que ve cómo sus padres, familiares, conocidos y vecinos se pelean por ser fanáticos de un color. Por eso, al final del cuento el protagonista decide que su color preferido es el morado, porque es la mezcla del azul con el rojo.
Una experiencia muy creativa que se desarrolló gracias a su libro, fue en 2015 en el barrio José Félix Ribas, una de las poblaciones más vulnerable y grandes de Venezuela, que se encuentra en una enorme y alta montaña de Petare, un sector de Caracas.
“Me contactó una arquitecta venezolana llamada Ana Cristina Vargas que tiene un proyecto llamado Trazando Espacios de intervención urbana en comunidades vulnerables, quería pedirme permiso para utilizar el libro en su proyecto. Ella, junto a la comunidad de José Félix Ribas, pintó en unas escaleras del barrio una a una las líneas del cuento. Así, cuando la gente sube hacia su casa, a diario, va leyendo ese cuento que habla de tolerancia y convivencia”, cuenta Mireya.
Con esa intención, una de las cosas que busca el libro es expresar los sentimientos y las vivencias. Porque a partir de su lectura, son muchas las preguntas y similitudes de situaciones que pueden surgir según la perspectiva de cada uno.
Una idea que Mireya -quien también es profesora universitaria- ofrece para trabajar con “Azul y Rojo” en las salas de clase, es que después de leerlo cada estudiante escriba o dibuje sobre cuál es su color favorito y las razones, para que luego lo compartan con todos los compañeros y debatan sobre lo que pueden reconocer o valorar sobre los motivos por los que a otros les gustan diferentes colores. “Creo que puede ser una experiencia muy valiosa y a partir de ella hablar del contexto”, explica.
Debido a la situación actual de Chile, tras las protestas que iniciaron el 18 de octubre, Mireya, con autorización de la editorial e ilustradores, decidió liberar el PDF de su publicación para que pueda ser utilizado en todas las aulas del país para debatir sobre la situación política y social.
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