Te dejamos las mejores actividades de cierre para tus clases, mediante prácticas sociales y emocionales para reforzar las lecciones del día.
Un cierre optimista es una gran forma para terminar una clase, de forma que tus estudiantes reflexionen sobre el aprendizaje que obtuvieron. Además, es una gran forma de dar pie a la siguiente clase y así identificar la mejor forma de continuar con las lecciones.
También se trata de una instancia que puede generar un sentido compartido de logro, que aumenta el aprecio por estar juntos en el fortalecimiento de la comunidad del aula. Es decir, una mejor actividad de cierre fortalece la confianza de los estudiantes en su viaje de aprendizaje, agudizando la metacognición como mentalidades académicas esenciales y perfeccionando habilidades sociales y emocionales.
Aquí, te dejamos 5 ideas para cerrar tus clases, inspirados en un contenido de Edutopia:
1. Hacer una pregunta abierta al final de la clase:
Cuando no tienes mucho tiempo pero quieres un resumen significativo, esta actividad sirve para dar una idea de grupo a tu curso. También permite que todos los estudiantes contribuyan en solo unos minutos.
Se debe ubicar a los estudiantes alrededor de un círculos y pedirles que respondan a un mensaje como por ejemplo:¿Cuál es una palabra que le llama la atención de la lección del día de hoy?
2. Inducir a la curiosidad por la siguiente clase:
Cerrar el día con una pregunta simple como: “¿Qué es lo que aún les da curiosidad?”, puede ayudar a saber –rápidamente– si los estudiantes están revisando y entendiendo el material.
Esto también les da a los estudiantes la oportunidad de reflexionar sobre su aprendizaje. La idea es que anoten su respuesta en una hoja de papel y luego la compartan con sus compañeros de clase en grupos pequeños. El docente también puede recolectar todas las hojas de papel y leerlas para saber en qué enfocarse en su próxima clase.
3. Actividades para recibir retroalimentación de los estudiantes:
Otra forma de verificar la comprensión es probar un gráfico de barras humano. La idea es que los estudiantes se levanten y se muevan; esto hará que se sientan llenos de energía al final de la clase.
La idea es que se dibuje una línea en el piso o cruzando una pared, que puedan demostrar diferentes niveles de dominio como “estoy confundido”, “estoy bien”, y “no entendí”, entre otras. Pida a los estudiantes que se paren donde se sientan más cómodos a lo largo de la línea.
Este ejercicio requiere un cierto nivel de vulnerabilidad, por lo que es mejor intentarlo una vez que haya ganado algo de confianza en la sala. También se pueden usar notas adhesivas para que los estudiantes publiquen de forma anónima o con su nombre.
4. Espacios para compartir las emociones:
Si busca construir una comunidad y cultura en el aula diariamente, pruebe esta actividad. Los estudiantes deben identificar el aprecio que sienten por alguien, una disculpa o un momento alegre del día. Con toda la clase de pie en círculo, los estudiantes pueden ofrecerse como voluntarios para compartir sus disculpas o aprecio con el grupo.
Esta actividad es una excelente manera de establecer un plan orientado a la acción. También, les ayuda a desarrollar su autoconciencia sobre lo que deben hacer mientras se fomentan la autogestión.
Otra forma es hacer que los estudiantes anoten sus próximos pasos en sus cuadernos, esto ayuda a realizar un seguimiento de sus tareas pendientes y los hace responsables. Puede emparejar a los estudiantes con un compañero o dividir a todos en grupos pequeños para compartir sus planes.
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