En el Reino Unido los niños están teniendo escasos encuentros con la naturaleza. La problemática se ha vuelto una prioridad y así la están enfrentando en las escuelas.
En enero de 2018, el gobierno del Reino Unido anunció que invertiría 10 millones de libras para el aprendizaje al aire libre. Esto hace parte de un plan ambiental de 25 años que incluye el compromiso de alentar a los niños a estar cerca de la naturaleza, dentro y fuera de la escuela. Todo esto surge de una preocupación generalizada acerca de la escasa relación que están teniendo los niños con el mundo natural. Aunque la temática es sin duda global, específicamente en el Reino Unido, Natural England realizó un estudio que puso en evidencia que más de uno de cada nueve niños no habían visitado parques, bosques o espacios naturales en el año previo al estudio. Los datos señalan además que, niños de raza negra, asiáticos, miembros de familias de escasos recursos y minorías étnicas en general (BAME), sufrían particularmente de este problema.
La tecnología juega un papel protagónico en esta problemática que no sólo afecta a los niños del Reino Unido, sino también a los de muchos otros lugares del mundo.
Según explica Mark Sears –miembro de la organización Wild Network– al medio The Guardian, el miedo de las familias, la reducción del tiempo de juego en las escuelas y la falta de espacios verdes, también son factores que afectan la relación que están teniendo los niños con la naturaleza. “Nunca podremos encontrar el presupuesto para captar la atención de los niños como Facebook o Apple. ¿Cómo encontramos relación y equilibrio entre el tiempo de pantalla y el tiempo en el exterior? Verdaderamente creo que ese es el desafío de crianza de nuestros tiempos”, explica Sears.
Actualmente, el tema en el Reino Unido es una prioridad razón por la cual, hay un creciente interés por parte de muchas escuelas que están enfocando sus esfuerzos en cambiar esta realidad.
A raíz de esto han surgido diversos programas que promueven, por ejemplo, el juego al aire libre. ¿Y por qué es importante? Jon Steele, un líder de un programa llamado Forest School, afirma en The Guardian que la educación al aire libre puede ser particularmente útil para todos los niños, pero sobre todo, para aquellos de comportamiento desafiante o incluso niños que vienen de contextos vulnerables. Muchas escuelas coinciden con esta visión y han diseñado sus propias iniciativas. Por ejemplo, en escuelas como la South Dartmoor Community College, se llevan estudiantes que están teniendo dificultades académicas a un centro educativo sustentable donde tienen la oportunidad de conectarse con la naturaleza y desarrollar la atención plena (mindfulness) durante todo un fin de semana. Después regresan a la escuela y experimentan diferencias reales en el aprendizaje.
Pero estas iniciativas no tienen que ser tan complejas. Sears dice que una de las formas de ayudar a los niños a tener un mayor acceso a la naturaleza es desafiar, desde la casa y la escuela, las suposiciones que ellos tienen acerca de dónde están los entornos naturales. Pero además resalta la importancia de entender la desconexión con el mundo natural como un problema que también afecta a los adultos. En otras palabras, parte de los más grandes generar los espacios y las formas de educar a los niños para generar un cambio en la forma como se conectan con el exterior y proporcionar también, herramientas para utilizar la tecnología de una forma que contribuya al aprendizaje de una manera apropiada y equilibrada.
La escuelas en el Reino Unido ya están atendiendo esta problemática de diversas formas, lo que sirve de impulso para, primero, entender lo que pasa a un nivel local y segundo, para pensar en estrategias pedagógicas que permitan que los niños además de hacer uso de la tecnología, se conecten con el exterior y entienda el valor detrás de ésto.
Improving children’s access to nature starts with addressing inequality, The Guardian
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