Aquí les dejo algunas recomendaciones que nos hacen pensar que la educación debe transitar de una pedagogía de la homogeneidad hacia una pedagogía de la diversidad
La educación inclusiva está orientada a garantizar el acceso a una educación de calidad para todos los alumnos, para asegurar la eliminación de las barreras y aumentar la participación de cada estudiante, para el logro de mejores aprendizajes.
También nos interpela a construir una escuela donde las prácticas educativas cuenten con estrategias pedagógicas diversificadas, donde todos sus estudiantes con o sin capacidad, con distintas dificultades de aprendizaje, con altas capacidades o con características de distinto tipo (cognitivo, emocionales, étnico, culturales o socioeconómicos) puedan acceder el aprendizaje.
Ahora bien, ¿cómo hacer posible este trabajo inclusivo a partir de una enseñanza en línea?
Las siguientes orientaciones han sido pensadas para la mayoría de los estudiantes. Y en la medida que se utilicen aumentará el beneficio de cada niño, niña y adolescente. Están justificadas para una educación de calidad, que debe ocuparse de promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos los estudiantes.
- Creación de subtítulos en los videos (garantiza la comprensión oral).
- Grabar la clase .
- Convertir en texto el audio de las presentaciones de Power Point.
- Asegurar que los documentos y la comunicación mantenida con cada estudiante sea accesible.
- Proponer la participación a través del micrófono con la mano levantada.
- En ocasiones se necesitará más tiempo, para leer la información que aparece en la pantalla, por lo que subir la clase grabada y la presentación una vez finalizada su explicación será positivo para la revisión de ambos documentos.
- Será conveniente que las clases y las videoconferencias se realicen de manera estructurada para permitir una cierta planificación.
- La anticipación de lo que se verá en la clase será fundamental. Que cada estudiante sepa con antelación por cuál plataforma y el contenido que se va a tratar la sesión, la participación que se exigirá a los estudiantes, los materiales y las fuentes a las que deben tener acceso antes de la clase en línea.
- Será positivo también entregar un cuadro resumen al final de la clase, tutoría o videoconferencia con los puntos claves que se han tratado y las cuestiones pendientes para la próxima clase.
- El seguimiento y la flexibilidad de tiempos en la entrega son aconsejables. Se recomienda organizar una o varias tutorías, a modo de entrevista, con cada estudiante. Así valorar su trabajo, ayudar a estructurarlo y acordar cuándo entregarlo, teniendo en cuenta sus tiempos de aprendizaje.
En las sugerencias de formatos de los textos a enviar, se recomienda:
- Tipo de letra y números : ARIAL.
- Tamaño de fuente 12 o 14 puntos.
- Opciones de interlineado: 1,5.
- No utilizar cursiva ni subrayado.
- Tener en cuenta en aquellos niños que no lean la imprenta minúscula, proporcionarle la imprenta mayúscula.
- Las imágenes deberán ubicarse sobre la derecha del texto, para facilitar su observación.
- Si se utilizan dibujos o esquemas, se procurará que estos estén realizados en trazos sencillos y gruesos, con pocos detalles y sobre un fondo sin imágenes.
- Contraste: el papel de color blanco y la tinta negra proporcionan el mejor contraste.
- Evitar el texto en dos columnas, de manera que sea posible leerlo horizontalmente, de izquierda a derecha, evitando así que se saltee información al leerlo o que lo lea desordenadamente.
Es clave dejar las instrucciones precisas para los trabajos por escrito en la plataforma que use cada docente.
En general, las personas con discapacidad, necesidades específicas o colectivos más vulnerables, pueden tener dificultades para el desarrollo de los trabajos de grupo.
En el trabajo virtual pueden ser mayores los problemas habituales de coordinación grupal. Por lo tanto será necesario aumentar la estructura, seguimiento y supervisión mediante tutorías individuales y grupales a través de las herramientas virtuales (hangouts, zoom u otras) para supervisar la evolución de dichos trabajos y la situación de sus componentes.
Otra opción es valorar la posibilidad de que los trabajos puedan realizarse individualmente o en grupos de máximo 3 personas. Se debe cuidar que todos los miembros del grupo comprenden y atienden adecuadamente las características derivadas de la diversidad de esa persona.
Además, se aconseja que cuando sea necesario el uso de materiales para la elaboración de modelos o proyectos, sean fácilmente disponibles en el entorno donde la persona esté durante el periodo de confinamiento.
Todas estas recomendaciones nos hacen pensar en este contexto de pandemia, que la educación debe transitar de una pedagogía de la homogeneidad hacia una pedagogía de la diversidad. En este sentido cobra importancia la selección de los aprendizajes relevantes que seleccionará la escuela para enseñar y las nuevas estrategias que utilizará; y dentro de esa selección tener como parámetros aprender a ser, hacer, conocer y vivir juntos.
Karina Inés Gómez es licenciada en Ciencias de la Educación; formadora de directores y educadores; asesora en necesidades educativas inclusivas. Máster en liderazgo directivo en escuelas.
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