La historia de Riley y los 5 personajes que protagonizan esta película, es una de las formas más sencillas de entender la importancia de educar las emociones en las salas de clase.
Alegría, un simpático personaje de color amarillo y pelo azul, siempre se ha encargado de asegurar la felicidad de una niña de 11 años llamada Riley. Junto a Alegría siempre han estado otros personajes llamados Temor, Furia, Tristeza y Desagrado. Cada uno de ellos, desde un cuartel general que se encuentra en su cabeza, ayudan a la protagonista de la historia a relacionarse con su mundo, actuando justo cuando ella lo necesita. Y ¿cuáles son específicamente sus funciones? Sin importar lo que pasa, Alegría siempre encuentra la diversión en cada situación. Temor se encarga de mantener a salvo a Riley, por lo que está constantemente evaluando posibles peligros y riesgos. Furia se asegura de que las cosas sean justas, por lo que tiende a explotar cuando éstas no salen según lo planeado. Desagrado, en cambio, es extremadamente honesta y evita que la niña se intoxique física y socialmente. Y finalmente está Tristeza, un personaje desanimado e inseguro que se esfuerza por ser optimista y mantener feliz a Riley. Cuando la familia de Riley se muda a San Francisco, estos 4 personajes llamado Emociones, comienzan a trabajar fuertemente para guiar a Riley a través de lo que parece ser una muy difícil transición.
De repente, en una lucha de emociones, Tristeza y Alegría desaparecen de los confines de la mente de Riley –llevándose con ellas sus recuerdos más preciados–. Estas dos deberán aventurarse a través de sitios desconocidos como Memoria a Largo Plazo, Imaginalandia, Pensamiento Abstracto y Producciones de Ensueño, en un desesperado esfuerzo por volver al Cuartel Central junto a Temor, Furia y Desagrado, quienes temporalmente, quedan a cargo de la mente de Riley, causando estragos y poniendo en evidencia la importancia de cada una de las emociones en la vida de una persona.
Una de las visiones usadas para definir a los personajes de esta película animada es la de Paul Ekman, un psicólogo pionero en el estudio de las emociones y asesor de Disney.
En una lista compuesta por seis emociones básicas, Ekman decidió dejar de lado la “sorpresa”, pues según explica el experto a diversos medios, ésta es una emoción corta que aparece puntualmente para dejar paso a las demás (tristeza, alegría, temor, desagrado…). La sorpresa sirve para orientar la atención y en cuanto la atención está puesta en el estímulo, ésta deja paso a las demás emociones, aquellas que son protagonistas en la película de los directores Pete Docter, y Ronnie del Carmen quienes inspirados en la hija de Docter, crearon un viaje al interior de la complejidad de una mente que está a punto de llegar a la pubertad. La isla de la personalidad, los recuerdos, el subconsciente, los sueños, el pensamiento abstracto, la memoria a largo plazo, la imaginación y la formación de creencias son elementos fundamentales de Inside Out. Pero, lo más relevante a simple vista es el impacto que puede tener el manejo de las emociones en el actuar y por supuesto, en el sentir.
En la película, sólo cuando Tristeza controla la situación, Riley logra transmitir lo que siente, enfrentando así la situación. Llorar estaba bien, pero ella no lo sabía… antes de que lo descubriera, la alegría había desaparecido y las otras emociones actuaban de manera impulsiva. Esto desemboca en una serie de eventos desafortunados que se solucionan sólo cuando Riley entiende y conoce esa emoción que estaba oculta.
Esto nos lleva a un punto fundamental y es la importancia de enseñarle a los niños a reconocer las emociones y hacer uso de éstas de una manera equilibrada.
De hecho, uno de los valores de la película según algunos expertos, es el hecho de que muestra a las emociones como elementos que organizan el pensamiento racional. En ese sentido, en Inside Out, el papel de las emociones aparece bien representado y evidencia los efectos positivos que puede tener el hecho de aprender a hacer uso de éstas, por ejemplo, en la toma de decisiones, en el desarrollo personal, en el profesional, en la comunicación y en las relaciones interpersonales.
“No escondas tu ira, no espantes al miedo, no inhibas tu alegría, no ahogues tu tristeza… muéstralas todas, experiméntalas, vívelas. Cada emoción es energía y necesita su espacio. La tristeza es tan útil como la alegría, y el asco es tan válido como el miedo”, afirma la psicóloga Ana fico en su blog Be Fullness. Y esto es justamente lo que todos los niños y niñas como Riley, con las herramientas indicadas en la casa y en la escuela, deben aprender desde pequeños.
No es mala idea empezar por mostrarles esta película y conversar con ello sobre las emociones de Riley, de cómo estas afectaron determinadas situaciones para bien o para mal y de cómo hubieran resultado las cosas si Alegría y Tristeza no se hubieran desaparecido.
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