La tierna iniciativa del profesor de música, Miguel Jurado Cabello, conmovió a muchos en la escuela y en las redes sociales.
Miguel Jurado Cabello es profesor de música en el Colegio Público S.A.R. Infanta Leonor de Tomares, España. Hace poco, el docente compartió en su Facebook unas fotos donde muestra cómo remodeló su sala de clase, específicamente, los puestos de sus alumnos. En las imágenes, aparecen las sillas de los alumnos sobre los pupitres y cada una de estas sillas, tiene en sus patas unas pelotas de tenis. Éstas, van acompañadas de un mensaje en el cual explica las razones de este cambio.
Su objetivo, con esta adaptación, era disminuir el ruido que causan las patas de las sillas al moverse sobre el piso.
Miguel asegura que este ajuste fue “por el bien de todos”, pero su mensaje tiene un giro conmovedor cuando explica que lo hizo pensando especialmente en una de sus alumnas con síndrome de deleción 22q11.2, también llamado síndrome de DiGeorge, una anomalía cromosómica que se puede manifestar de diversas formas. Anomalías cardíacas, problemas del paladar o retrasos en el desarrollo psicomotor, son algunas de las consecuencias de este síndrome. La presencia o no de estos síntomas y su gravedad, varían de una persona a otra.
Según explica Miguel, su alumna con el síndrome 22q11.2 tiene problemas auditivos y es muy sensible al ruido.
Esta fue la principal causa de una iniciativa que desarrolló junto a los padres de su alumna y con la ayuda de un profesor de tenis del Club Zaudín de Tomares, quien le facilitó las pelotas:
“Insonorización de las sillas de mi aula, por el bien de todos, pero especialmente por ayudar a mi alumna con síndrome 22q11, por sus problemas auditivos y sensibilidad al ruido. Una medida que nos viene bien a todos. Mañana será el estreno, ya que hemos terminado de cortar y colocar pelotas esta tarde, con un trabajo en equipo, junto al papá y a la mamá de mi alumna. De paso, acercamos el cole a las familias, que falta hace… ¿Qué hay mejor que hacer una actividad en la que participe activamente la familia? Mañana os contaré… Gracias a Roberto, profesor de tenis en el Club Zaudín de Tomares, quien tan amablemente me facilitó las pelotas”.
El gesto de este profesor parece simple, pero el impacto es enorme.
No sólo porque encontró una manera efectiva y económica de llevar a cabo esa idea, sino porque lo hizo para beneficiar a todos y cada uno de sus estudiantes, incluso los que más lo necesitan. Además, como lo explica en su post de Facebook, el ajuste de las sillas lo hizo integrando a la familia; otro elemento clave en los proceso de formación de niños y niñas.
Después de estrenar su nueva sala, Miguel compartió la foto de un papel donde su alumna escribe lo agradecida que se siente. “El agradecimiento de puño y letra de mi alumna… es para emocionarse, ¿verdad?”, comenta el profesor.
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