Salas de clase sin paredes, un techo circular infinito, árboles para escalar y muchos otros elementos, han convertido a este kínder en un espacio de aprendizaje como ningún otro.
Se llama Fuji Kindergarten, está ubicado a las afueras de Tokyo, fue diseñado por la firma de arquitectura Tezuka Architects y no cabe duda que es un referente importante en términos de diseño y arquitectura. No hay que ir más allá de su fachada para sentirse maravillado con este espacio, sin embargo, resulta interesante reconocer cada elemento al interior y entender cómo surgió la idea de crear un espacio ovalado, con un techo funcional, árboles que crecen en las salas de clase y elementos que permiten a los niños, SER realmente niños.
“Pensar como niño”
En una charla TED, el arquitecto responsable de esta obra, Takaharu Tezuka, aseguró que para construir un lugar como este, fue fundamental “pensar como niño”. De hecho, él mismo se inspiró en sus hijos y en la forma como sus hábitos cambiaban a medida que iban creciendo. Tezuka canalizó los deseos de sus dos hijos para estructurar un pensamiento de diseño inspirado en la mente infantil y construir un kínder que se convertiría en uno de los más llamativos del mundo. Pero ¿qué es lo que hace que este lugar sea tan extraordinario? Los siguientes elementos:
Correr para siempre
Lo primero y más evidente del Fuji Kindergarten es su diseño circular que permite una especie de movimiento sin fin en el techo. “A los niños les encanta correr en círculos”, asegura Tezuka, quien quiso ofrecerle esa posibilidad a los estudiantes que hicieran parte del kínder. Gracias a su diseño, los niños del Fuji Kindergarten corren 4.000 metros al día en promedio. Obviamente, también es llamativo el hecho de que ese espacio circular, destinado para el juego y el tiempo libre, esté ubicado arriba de las salas de clases y no paralelo a éstas. Con respecto a esto, el arquitecto también afirma que el techo se hizo lo más bajo posible porque querían ver a los niños encima de este y no sólo debajo.
Tezuka Architects
Sin límites
Por otra parte, las salas de clases no están separadas, y por ende, no hay una barrera acústica entre estas. “Si dejan a muchos niños en una caja silenciosa, algunos se ponen muy nerviosos. Pero en este kínder de niños no hay razón para que estén nerviosos porque no hay límites”. Por su parte, el director dice: “si un niño en la esquina no quiere estar en el salón, lo dejamos ir. Acabará por regresar, porque estamos en un círculo”. Esto significa que en Fuji, los niños van y vienen, no se sienten atrapados de ninguna manera, no se esconden si se sienten mal y toman sus propias decisiones de una manera natural.
Siguiendo con lo natural, el ruido en este kínder también es importante. Tezuka afirma que si bien no hay una barrera acústica en Fuji, los niños tienen una excelente concentración en clase. “Sabemos que la humanidad creció en la jungla, con ruido. Ellos necesitan ruido. Podemos hablar con los amigos en un bar con mucho ruido. No hay razón para estar en silencio”, afirma el arquitecto.
Tezuka Architects
Todo es un juego
En el mejor kínder del mundo, los salones no tiene divisiones pero además tienen árboles en su interior, árboles que parten del salón y llegan al amplio y circular techo. De hecho, éste fue diseñado en un espacio donde esos árboles ya existían y como no podían ser removidos, se convirtieron en un elemento de juego clave. Alrededor de éstos, se pusieron unas redes de seguridad que permiten a los niños saltar o caer al escalar los árboles. “Esto fue simplemente un excusa para darle a los niños otro elemento para jugar”, dice Tezuka.
Pero los árboles no son el único juego, las sillas también lo son. Lo primero que hay que saber es que éstas son en realidad 600 bloques o cajas de madera ligera que se pueden reconfigurar una y otra vez en función de lo que buscan los profesores. Pero aunque fueron pensados para los educadores, los niños a menudo juegan con éstas, las transforman en trenes, o se meten dentro.
Tezuka Architects
La comunicación
En una época donde los niños se comunican sólo a través de las pantallas, el arquitecto quiso poner elementos que fomentaran la conversación en vivo. Un ejemplo de esto son las fuentes de agua que están inspiradas en la frase japonesa ido bata kaigi, que significa, “conferencial alrededor del bien”.
Escalar a clase
En 2011, se construyó un espacio anexo con dos salas de clase más y otras áreas de juego. Esta zona se llama “Ring around the tree” y en ésta, un gran árbol es el protagonista de la construcción. “En esta escuela, se anima a los niños a trepar a los árboles. Si un niño es lo suficientemente fuerte, puede alcanzar el nivel superior sin usar las escaleras. Es posible que otras escuelas no lo permitan, pero el director cree que los niños conocen sus propios límites. Se detienen cuando tienen que detenerse”, asegura el arquitecto. A esto, añade la importancia de crear espacios con una pequeña “dosis de peligro” donde los niños aprenden de sus acciones, trabajen en equipo y se apoyen los unos a los otros.
“Creo que la arquitectura es capaz de cambiar este mundo y la vida de las personas. Este fue un intento de cambiar la vida de los niños”… Y tal vez, también una gran forma de repensar los espacios dedicados al aprendizaje.
http://www.eligeeducar.cl/espacios-y-aprendizajehttps://ideas.ted.com/inside-the-worlds-best-kindergarten/https://www.ted.com/talks/takaharu_tezuka_the_best_kindergarten_you_ve_ever_seen/transcript
Wao que padre Kinder, sin duda alguna los niños han de pasar horas súper increíbles ahí, ojalá que todos los países del mundo adoptaran todo lo bueno que hace Japón, muchas felicidades y gracias por compratir.