Preferir la luz natural y elegir colores que inviten a la creatividad, son solo algunas de las consideraciones de la psicología del espacio para generar un ambiente de trabajo óptimo.
Dave Alan Kopek, doctor en psicología y arquitecto, que ha investigado entre otras cosas cómo el diseño repercute en la salud y el bienestar, desarrolló el concepto de psicología del espacio. En sus propias palabras: “Es el estudio de las relaciones y comportamientos humanos en relación a su contexto, en entornos construidos y naturales”.
Bajo el planteamiento de Dave, podría ser importante preguntarnos: ¿Qué comportamientos se pueden esperar de los/las estudiantes en un ambiente que tiene demasiados estímulos? Especialmente en aulas que pueden estar sobrecargadas de estímulos con carteleras, afiches, publicidad, muebles y muchos otros elementos.
Entonces, desde la perspectiva de la psicología del espacio, los/las estudiantes deberían desarrollar sus horas lectivas en un espacio armonioso, para mejorar y potenciar sus procesos de aprendizaje. Aquí, te dejamos algunos tips a considerar para las salas de clase, según los aprendizajes de Dave:
Siempre preferir la luz natural
La sala siempre debe estar lo más iluminada posible, especialmente espacios destinados al aprendizaje. Pero, hay diferencias entre la luz artificial y la natural. La primera suele dar dinamismo al lugar pero al igual que las pantallas de celulares, exposiciones muy largas a ellas terminan siendo perjudiciales y agotan la vista.
En tanto, la luz natural emite una gama de colores y amplitudes de onda saludables, al mismo tiempo induce sensaciones de renovación y producción. De esta manera, tener aulas con grandes ventanas y distintas entradas de luz natural, siempre será beneficios
¡Siempre con líneas curvas!
Un estudio realizado en 2009 por Sibel Seda –académica que ha desarrollado investigaciones sobre psicología del espacio y pedagogía del diseño– en la Universidad de Oregon, sugiere el uso de líneas curvas y alargadas para diseñar ambientes más acogedores y agradables. Esa simple decisión, favorece la generación de emociones positivas en las personas.
Sibel también sugiere en su estudio, que las personas se relacionan más en este tipo de entornos. Por otro lado, las líneas rectas se asocian a sensaciones de frialdad y hostilidad.
Considerar los colores y sus efectos
Cada color puede transmitir una sensación distinta, y no hay por qué elegir solo uno. Lo importante es no elegir tonos que hagan mucho contraste entre sí, sino que puedan armonizar.
Para generar climas de trabajo el color más usado es el blanco, da luminosidad, la sensación de limpieza y de orden. El gris tiene características similares al blanco, pero según experto de diseño de interiores, da un toque de más modernidad.
Según el sitio especializado plataformaarquitectura es clave considerar ejemplos como estos:
- Colores cálidos, como el amarillo, simboliza la energía, favorece la comunicación y creatividad.
- El color naranja: combate la fatiga y genera optimismo. Rojo: promueve la firmeza y combate la timidez.
- Colores fríos, como el azul, tienen un efecto relajante, por lo que aportan seguridad y estabilidad.
- El verde, favorece el ingenio y la creatividad.
Menos, SIEMPRE es más
La neuropsicóloga Estelia Pérez del Hospital Vithas Medimar de Alicante (España), afirma que el minimalismo puede mejorar la concentración y desarrollo de los niños y niñas, porque facilita que sean más ordenados, cuidadosos, hábiles y productivos. A esto se suma que los niños ahorren en recursos y en consecuencia reducen gastos al empezar a considerar por su propia cuenta que es necesario y que no.
Otros factores que pueden inducir sensaciones es el mobiliario, según sus proporciones, acústica y materiales. Proporcionar muebles sencillos y tener lo necesario en una sala, siempre será positivo para potenciar la concentración.
Empezar a integrar la psicología del espacio sería un gran aporte para la educación, ¿por cuál consideración partirías en tu sala de clases?
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