RETO: un programa educativo basado en el manejo de las emociones

Su programa se llama RETO, pero significa mucho más que la palabra en sí misma. La “R” viene de la palabra Respeto, la “E” de la palabra Empatía y las últimas letras, “TO”, representan la palabra TOlerancia. El nombre suma estas tres cualidades pues el objetivo de Eva Solaz, creadora del programa, profesora y psicología infantil, es justamente trabajar a fondo la educación emocional creando nuevos espacios, que dentro del aula, permitan a niños de 3 a 12 años gestionar, identificar y expresar sus emociones.

Eva Solaz es profesora en el colegio Doctor Barcia Goyanes de Valencia, España, y durante dos años ha logrado poner en marcha el programa, que desde su punto de vista, no sólo ha motivado a los niños, sino a toda la comunidad escolar. De hecho, para la implementación de éste, el apoyo del equipo directivo y el interés de otros profesores ha sido un elemento clave y los resultados han sido bastante valorados por todos.

Eva ha transformado la escuela en un espacio donde las emociones son una prioridad

Y ha llevado su experiencia y sus ideas no sólo dentro de la sala de clase, sino también afuera, en cursos de formación para profesores y en talleres prácticos para familias. Además, en septiembre de 2017, publicará su primer libro Programa RETO, una publicación que incluye objetivos de educación emocional y actividades que permiten cumplir dichos objetivos. Por ejemplo, la práctica de mindfulness como medio para descubrir las emociones.

RETO

Como bien lo sugiere el nombre, el programa RETO está basado en las tres palabras ya mencionadas: el respeto, la empatía y la tolerancia, y se lleva a cabo por medio de diversas actividades que permiten a los niños manejar sus emociones. El objetivo de RETO es reivindicar la importancia de trabajar los sentimientos y las emociones en la escuela y en la casa, con el fin de mejorar una conciencia emocional que ayudará a los niños a controlar sus sentimientos y mejorar sus relaciones con los demás en el presente y en el futuro. Para poner en práctica RETO, dice Eva, son necesarias dos cosas: sesiones semanales dedicadas al trabajo de las emociones en la escuela con actividades como “el árbol de las cosas positivas”, “los corazones de los sentimientos”, la meditación y la creación de nuevos espacios como el Rincón de la relajación y el Rincón de la amistad.

El Rincón de la amistad por ejemplo, es un espacio dedicado a la resolución de conflictos en el cual con un cojín se establecen turnos para hablar y expresar sentimientos siguiendo estos pasos:

Me siento….porque…..
Lo he manifestado…
Creo que lo podríamos haber solucionado…

Por su parte, el Rincón de la relajación, es un espacio tranquilo donde los niños se relajan mediante el uso de diversos instrumentos como los palos de lluvia, los mandala, caracoles del mar para escuchar su sonido, agua, entre otras.

Eva Solaz

¿El resultado?

Según cuenta Eva, los resultados del programa RETO en la escuela han sido muy positivos. Se han creado vínculos afectivos entre profesoras y alumnos, y el clima de las clases ha mejorado notablemente. Además, el programa ha permitido que los niños apliquen las técnicas de manejo de emociones aprendidas a través de estas actividades que además de ser sencillas y realizables, son motivadoras. Dentro y fuera de clase los niños han aprendido a gestionar sus emociones con recursos que incluso los padres se han llevado a casa gracias a la realización de talleres en clase que involucran a las familias. Es una idea 360 que no sólo ha convertido a la escuela en un un espacio de gestión de sentimientos, sino que ha dado a los niños, alternativas para enfrentar la vida y todo lo que los rodea con inteligencia emocional.

“Estamos en el siglo XXI y es cierto que a nivel educativo hemos alcanzado grandes retos: trabajo por proyectos, aprendizaje cooperativo, tablets en las aulas, pizarras digitales y en cambio continúa el fracaso escolar, aumenta el acoso y la violencia en las escuelas e institutos. ¿En qué estamos fallando? Enseñemos a los niños a ser conscientes de sus emociones, a aprender a identificarlas y gestionarlas de forma adecuada… Tal vez esa es la pieza que nos falta para avanzar en el reto de la educación”, dice Eva.