Crecimos en espacios educativos desiguales para niños y niñas. Hoy nuestras aulas tienen el desafío de transformarse desde una perspectiva abierta y con enfoque de género. ¡Revisemos algunas estrategias concretas!
Hasta hace pocos años atrás, era común leer en los libros de clases anotaciones como: “alumna se sienta en las piernas de un compañero”, en donde solo era anotada ella. En los electivos científicos, se evidenciaba una “incapacidad aprendida” por parte de las niñas, quienes enfrentaban las asignaturas de ciencias o matemáticas con una baja autopercepción de sus capacidades. Las clases de educación física eran diferenciadas para hombres y mujeres, las imágenes históricas de grandes líderes sociales eran predominantemente masculinas y expresiones como “es una niñita” frente a situaciones de cobardía, eran habituales.
Hilando un poco más fino, y me atrevería decir que hasta nuestros días, los/as profesores/as tienden a recalcar estereotipos de género en los informes de personalidad que escriben de sus estudiantes: “Ella se destaca por ser amable, cordial y servicial”; “él se destaca por sus habilidades deportivas y científicas- matemáticas”, haciendo parte de esta reafirmación de atributos también a sus padres y madres.
El cambio que ha ocurrido en estos últimos dos años ha sido profundo. Actualmente enfrentamos un proceso histórico de desnaturalización de estereotipos de género que teníamos muy arraigados, donde se ha cuestionado aquellas construcciones culturales que promueven una visión determinada sobre el rol de las mujeres y los hombres en la sociedad.
Hemos ido comprendiendo la importancia de promover una educación más igualitaria para niñas y niños
También hemos entendido la relevancia de promover espacios educativos, donde no tengamos ideas preconcebidas sobre cómo deben actuar los/as estudiantes según su sexo, qué tareas o roles les corresponde y en qué ámbitos profesionales o de estudio se desempeñan mejor.
Actualmente, son los estudiantes los principales precursores de los cambios en esta temática. Tal como me comentaba una profesora con la que trabajé años atrás, Carolina Behrendsen: “Son ellos/as los/as que están exigiendo cambios en los reglamentos de las escuelas y nos corrigen cuando hemos dicho algo con un sesgo machista”.
Frente a esto, yo me pregunto: ¿Cuál es nuestro rol como docentes? ¿Cómo rompemos con los estereotipos de género en la sala de clases y promovemos una cultura escolar más igualitaria para nuestras niños y niñas?
De esta manera, aquí les dejo 7 estrategias concretas para una enseñanza con igualdad de género:
1. Hay que estar consciente del curriculum “oculto”
Como profesores, enmarcamos nuestro trabajo en el currículum nacional, y en específico, en los planes y programas de cada asignatura, los cuales son de conocimiento público. Sin embargo, existe un currículum “oculto”, no explicitado, que está presente en el conjunto de valores y creencias que el docente refleja en la sala de clases. Por eso, es importante que seamos cuidadosos con los mensajes que transmitimos a nuestros/as estudiantes a través de nuestras prácticas, ya que con ellas podemos disminuir o aumentar las brechas de género que existe entre ellos/as.
2. Trabaja los estereotipos de género en tu clase
Ten ojo con el material didáctico que usas. Revisa los estereotipos que aparecen en tus textos o videos e intenta usar ejemplos contra-estereotípicos de mujeres y hombres. Pueden ser de gran ayuda, imágenes de mujeres destacadas en varios ámbitos, como las ciencias o cuentos sencillos como “El príncipe ceniciento” de Babette Cole.
No designes roles específicos para cada estudiante según su sexo, sino que abre la posibilidad de que ellos descubran sus capacidades e intereses en las tareas que hay que hacer dentro de la clase. Invítalos a pensar en profesiones futuras tanto en la posición de hombres como de mujeres y cuestiona sus “discursos aprendidos” desde las expectativas que hay sobre ellos/as.
3. Revisa tus evaluaciones: colaboración v/s competencia
Estudios de investigación sobre brecha de género en la asignatura de matemática, demuestran que los hombres tienden a mejorar sus resultados en ambientes competitivos, mientras que las mujeres los mantienen. Lo anterior, considerando que ambos comparten la misma base biológica para el dominio de esta asignatura. Por eso, ¡revisa tus evaluaciones y promueve un ambiente colaborativo más que competitivo! Intenciona grupos de trabajo mixtos, dando espacio para que tus estudiantes mujeres puedan dar sus opiniones ahí y juntos puedan plantear más preguntas que respuestas.
4. Potencia la expresión de las emociones
Es importante que dentro de tu clase los/as estudiantes sientan la libertad para expresar sus emociones cuando se han sentido heridos/as o discriminados/as, especialmente los hombres, que desde los primeros años han aprendido a ser más herméticos. Invítalos a identificar lo que sienten y a verbalizarlo como un proceso natural, buscando la manera de que no se sientan expuestos/as.
5. Respeta las nuevas maneras de hablar
Actualmente, los/as jóvenes buscan nuevas formas para expresar su identidad, por ello, es esencial que te sumes a sus códigos y promuevas un lenguaje inclusivo, evitando generalizaciones del tipo “las mujeres siempre…”.
6. Promueve la participación de tus estudiantes mujeres en STEM
La palabra STEM corresponde a las iniciales –en inglés– de ciencias, tecnología, ingeniería y matemática, disciplinas fundamentales de la enseñanza actual. Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), aumentar la participación de las mujeres en estas disciplinas es fundamental para reducir las brechas de género. Asimismo, otros investigadores han señalado que la participación laboral de las mujeres en estos ámbitos son una contribución al crecimiento de los países. ¡Por esto y mucho más debes motivarlas a participar de las ciencias en la escuela y fuera de ella!
7. ¡Suma a otros/as colegas a la causa!
Comparte tus prácticas, tu material y tus experiencias exitosas en el aula con otros/as docentes y directivos/as de tu escuela para sensibilizar sobre el tema. El trato igualitario para nuestros/as estudiantes será efectivo en la medida que todos los actores de la comunidad educativa sean parte de este cambio de mentalidad y trabajen desde una perspectiva de género de manera consciente.
Para cerrar, quisiera comentarles que hace unos días atrás me encontré con una entrevista a Alex Beard, un artista inglés que fue maestro de arte, que propone una reflexión sobre las nuevas maneras de aprender y nuestro rol como profesores/as. En la entrevista publicada por la BBC, “Ser maestro/a debe ser el trabajo más importante del siglo XXI”, planteaba una idea que me pareció clave:
“Estamos viviendo una era en la que los recursos de la tierra se están agotando, nos estamos quedando sin nada. Y el único recurso ilimitado que tenemos, es la inteligencia humana, el ingenio humano, nuestra capacidad para resolver problemas (la creatividad). Los maestros son los que cultivan ese potencial humano”.
Estoy convencida de que como docentes tenemos un rol decisivo en la transformación de nuestras salas de clases en un espacio abierto y global, en donde nuestros/as estudiantes puedan ser “lo que quieran ser”, desplegando su máximo potencial, diversificando sus roles y comprometiéndose con la sociedad desde un lugar auténtico, libres de estereotipos de “lo socialmente aceptado”.
Si te interesó este contenido, te invitamos a leer: ¡La inequidad de género existe! Y los profesores pueden cambiar esta realidad.
María José Miranda Orrego es Profesora de Lenguaje y Comunicación y Coordinadora del Global Teacher Prize Chile.
Para cerrar con este tema de gran interés como ayuda a promover la igualdad de genero en aula involucra a los padres a talleres de formación y valores teniendo en cuenta el apoyo de las gestión del centro educativo