Dificultades para iniciar las tareas, para seguir instrucciones o mostrar mucho desorden, son algunos rasgos que los estudiantes pueden mostrar en el aula.
Cualquier estudiante puede estar distraído, impulsivo o hiperactivo a veces. Sin embargo, si estos comportamientos se prolongan en el tiempo puede significar que tiene trastornos de atención o hiperactividad. Frente a esas situaciones, los docentes deben mostrar su apoyo y comprensión.
Pese a que puede ser una situación difícil de abordar, tanto para docentes como alumnos/as, existen diversas estrategias para tratar las distintas situaciones que se pueden dar. Mientras algunos solo tienen dificultades con la atención y la organización, otros experimentan hiperactividad e impulsividad; incluso algunos tienen desafíos con ambos rasgos. ¡Por eso te queremos mostrar un gran video de Edutopia!
Este video muestra cómo estos estudiantes pueden ser los más creativos y apasionados
El video busca resignificar la visión que se tiene de estos estudiantes y encontrar las mejores estrategias para que logren su aprendizaje, ya que el aliento de los docentes puede marcar la diferencia. Aunque en ocasiones es fácil interpretar el comportamiento como mala conducta o atrevimiento, no es así.
Por ello, te comentaremos algunas estrategias para usar dentro y fuera del aula:
- Preguntar a los estudiantes cómo aprenden mejor, porque algunos pueden concentrarse de pie o moviéndose. A otros, les resultan útiles algunos objetos como pulseras, arcilla, plastilina, entre otros.
- A veces, una señal como un golpe en el escritorio puede ayudar a enfocar la atención de un estudiante. Pruebe una estrategia durante algunas semanas y luego discuta con su estudiante, quien estará más involucrado en sugerir y probar soluciones si es parte de la discusión.
- Empiece por explicar el panorama general, pero asigne porciones de trabajo más pequeñas, con plazos más cortos. De esta forma ayudará a los estudiantes a comprender el mapa de cómo alcanzar la meta final.
- Ayudar a un estudiante a realizar un seguimiento de los proyectos y los plazos mediante un sistema de gestión del aprendizaje, puede simplificar estas tareas al tener todo en un solo lugar.
- Los descansos benefician a todos los estudiantes, pero son cruciales para aquellos con TDAH. De hecho, puede aumentar la productividad creando movimiento en su clase, especialmente antes de pedirles que trabajen en silencio. Esto se puede hacer de distintas maneras, como un juego de Simón Dice o saltos de tijera en pequeñas series.
¡Los docentes que se involucran con sus estudiantes en la exploración de lo que les funciona, generan conexiones más sólidas y con más éxito académico!
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