El proceso se llama “storybuilding” y es una alternativa perfecta para desarrollar la imaginación y la creatividad de una forma colectiva.
Las historias son una fuente de nutrición para la imaginación. Cuando leemos cuentos a los niños o narramos historias propias, les damos materiales para construir sus propios mundos y desarrollar su creatividad. Pero ¿qué pasa si además de leer historias, nos animamos a construirlas junto a ellos? Existe algo llamado storybuilding (creación de cuentos), un proceso utilizado para inventar o crear de manera colectiva. La actividad consiste básicamente en imaginar, jugar con las palabras, con las ideas, para crear así, los elementos fundamentales de un cuento.
Con esta actividad, los niños empiezan desde cero para construir una historia que los hace protagonistas de sus propias construcciones. Para empezar es importante tener en cuenta que lo valioso de esta actividad no es el resultado en sí mismo, sino el proceso que se lleva a cabo. Siendo esto así, el papel del profesor es clave; su función además de conectar la ideas, es preguntar, invitar a participar y explotar al máximo las ideas para construir cada elemento del cuento… ¿Sobre quién es la historia?, ¿dónde se desarrolla?, ¿cuándo sucede?, ¿qué pasará?, son algunas de las preguntas que pueden funcionar como punto de partida.
Para empezar a crear
Además de las preguntas, hay otras alternativas que sirven para dar vida a los cuentos. Por ejemplo:
Los objetos: se pueden reunir diferentes elementos (las opciones son ilimitadas). Teniendo dichos objetos, es más sencillo empezar a formular las preguntas que guiarán la iniciativa. Los niños pueden tomar y explorar los objetos escogidos para responder preguntas relacionadas con la historia que están creando o para imaginar otros posibles caminos.
Bolsas: otra opción interesante es crear bolsas con elementos que construyan una historia. Cada niños puede crear su propia bolsa añadiendo los objetos. O incluso se pueden crear bolsas en grupos. Después cada niño o grupo tendrá que compartir la historia que construyó en el proceso de agregar elementos.
Música: los niños se relajarán y cerrarán los ojos mientras escuchen determinada melodía con atención. Cuando termine la canción se pueden formular preguntas como ¿qué pasó mientras escuchaba la canción?, ¿qué viste?, ¿quienes estaban?, ¿cómo te sentiste?
Piedras: si te gustan las manualidades puedes pintar rocas con diferentes elementos. Incluso puedes decirle a tus estudiantes que imaginen los objetos que quieren pintar. Luego tendrán que utilizar dichas rocas y responder algunas preguntas para construir el cuento.
La versatilidad de crear historias
Además de la imaginación y la creatividad, la creación de cuentos es una herramienta ideal para trabajar otras cosas como la resolución de problemas; los niños pueden crear cuentos con personajes que estén enfrentando una situación similar. Luego se formulan preguntas que lleven a estos personaje a encontrar soluciones. De la mano con esto, se puede mencionar también el proceso colectivo que hay detrás, lo que permite a los niños fortalecer sus habilidades de trabajo en equipo, pensar en conjunto, aceptar ideas y ser propositivos.
Es sin duda un proceso divertido que se puede abordar de múltiples formas para convertir a los niños en protagonistas del aprendizaje y trabajar diversas habilidades, teniendo siempre presente, que el papel del profesor como guía, es la clave en el desarrollo creativo de todos los niños que intentan desplegar su imaginación a través de las historias.
Leave a Reply