Cuando la argentina Emilia Ferreiro llegó a la Universidad de Ginebra en Suiza, jamás imaginó que tendría la inmensa fortuna de trabajar, como estudiante, junto al padre de la epistemología genésica, Jean Piaget, quien fue sin duda un apoyo en su carrera, una inspiración para su vida y su trabajo como pedagoga y psicóloga especializada en genética. Desde ese entonces, época en la cual escribió el libro Les relations temporelles dans le language de l’enfant (como producto de su tesis), Emilia impulsó su carrera hacia el camino de la psicogénesis de la lengua escrita y escribió uno de los libros que más ha impactado al ámbito educativo: Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño.
Sus investigaciones se sustentan bajo la concepción de la adquisición de la escritura, no como un técnica, sino como una herramienta cultural y social, tarea que emprende un sujeto (el niño) que tiene un rol activo sobre el medio por el cual intenta adquirir conocimientos. Ferreiro habla también de las características de los textos, de la relación entre el texto y la imagen, de los múltiples sonidos en las letras, de los criterios que utilizan los niños para determinar si algo puede o no ser leído y de los niveles a través de los cuales los niños comienzan sus experiencias de escritura y llegan a apropiarse de ésta.
Sus aportes han sido muy importantes en el mundo de la pedagogía y sus contribuciones a la comprensión del proceso evolutivo de adquisición de la lengua escrita han sido esenciales. Y si bien Emilia Ferreiro no creó un método nuevo de lectura o escritura, sus aportes sobre la pedagogía y las teorías metodológicas apuntan hacia la reflexión y el debate con respecto a los métodos tradicionales en la enseñanza de la lectura y escritura. Estas son algunas de sus reflexiones:
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