Desde el año 2015, la matrícula en carreras de pedagogía ha experimentado variaciones que resultan interesante de analizar tras la implementación de la Política Nacional Docente y la Beca Vocación de Profesor.
La evidencia ha demostrado que profesores y educadores de párvulos cumplen un rol fundamental en el desarrollo de un país, contribuyendo a la equidad social y económica a través de la entrega de conocimientos, aprendizajes y el desarrollo de habilidades socioemocionales. Incluso, existe evidencia de que los docentes son el factor intraescuela más importante cuando hablamos de calidad educativa (Barber y Mourshed, 2008).
Por este motivo, se hace necesario situar a los docentes en el centro de las políticas públicas que buscan mejorar el sistema educativo. La evidencia indica que para generar políticas docentes efectivas y de gran impacto es necesario que sean de carácter integral y pongan el foco principalmente en tres factores: reclutamiento y selección de estudiantes talentosos para el ingreso a las carreras de educación, la acreditación de los programas de formación inicial y la mejora de las condiciones laborales docentes (Barber y Mourshed, 2008).
En los últimos años, Chile ha avanzado considerablemente en estas materias, un ejemplo de ello es la implementación de la Beca Vocación de Profesor y del Sistema Nacional de Desarrollo Profesional Docente. Esta última medida, que se implementará entre los años 2017 y 2026, tiene por objetivo dignificar la docencia, apoyar su ejercicio y aumentar su valoración para las nuevas generaciones. A dos años de su implementación quisimos indagar en cómo estas políticas han contribuido en materia de reclutamiento y selección de estudiantes destacados.
Evolución de la matrícula
Según los datos obtenidos a partir de la Base Índices 2005-2018, del Consejo Nacional de Educación (CNED), entre los años 2005-2018, la matrícula total en carreras de pedagogía ha experimentado importantes variaciones que podrían agruparse en tres grandes categorías: una matrícula estable entre los años 2005-2009, pasando de 24.449 alumnos en 2005 a 25.428 en 2009; una tendencia a la baja en el período 2010-2014, disminuyendo en promedio a una tasa de 5% anual; y una señal de recuperación entre los años 2015-2018.
Gráfico 1: Evolución de la matrícula de carreras de educación entre 2005-2018:
A simple vista, la variación en la matrícula producida durante los últimos años y especialmente la caída durante el 2015, podría interpretarse como una falta de interés hacia las carreras de pedagogía, pero lo cierto, es que esto puede deberse a la implementación de diversas políticas públicas que buscan aumentar la selectividad y calidad de esta carreras, un elemento fundamental para mejorar la calidad educativa (Blömeke et al., 2012); y que también buscan mejorar las condiciones laborales docentes haciendo más atractiva la profesión, como la Política Nacional Docente. Sin embargo, al estudiar la variación de la matrícula en el tiempo se identifican tendencias distintas para la matrícula de instituciones adscritas al Sistema Único de Admisión y para las no adscritas.
El año 2015 se matricularon 18.116 alumnos,1.570 menos que el año anterior. Una de las posibles explicaciones de esta caída, es el cierre de las carreras de pedagogía en los institutos profesionales (todas instituciones no adscritas al SUA). Luego, el 2016, la matrícula subió a 20.542, pero vuelve a bajar el 2017 a 17.684. Al desagregar por tipo de institución, se da cuenta que esta caída es explicada completamente por la matrícula en instituciones no adscritas al SUA, cuya baja fue de 31,8% respecto al 2016, siendo la más grande desde el 2004. Al contrario, la matrícula en instituciones adscritas al SUA aumentó en 8% del 2016 al 2017.
Podemos vislumbrar dos razones que explican la caída de la matrícula en instituciones no adscritas al SUA. La primera es la entrada de dos instituciones, antes no adscritas al SUA, a este sistema: Universidad Católica Silva Henríquez y Universidad de O’Higgins que representan el 19,4% de la caída. El casi 81% restante de la caída, se le podría atribuir a la implementación de la PND que, además de instaurar la acreditación obligatoria de las instituciones que imparten pedagogía pudiendo quedar fuera muchas instituciones, establece criterios académicos mínimos para poder entrar a la carrera de Pedagogía, situación que probablemente excluyó a varios los posibles estudiantes por no cumplir con los requisitos académicos. Que este efecto se haya manifestado, principalmente en instituciones no adscritas al SUA, no es de extrañar, debido a que, en general, estas instituciones son menos selectivas, por lo que captan a estudiantes con menor puntaje PSU.
Por su parte, del incremento de la matrícula en instituciones adscritas al SUA, el 85% se debió al ingreso de las dos universidades al sistema. El 15% restante podría atribuirse a una mayor atracción hacia las carreras de Pedagogía debido a la mejora en las condiciones laborales docentes implementadas por la PND que contribuyen a aumentar el prestigio de la profesión docente. De ser así, este efecto vendría a disminuir la futura escasez de docentes proyectada por diversos estudios que manifiestan su preocupación por las consecuencias de una mayor selectividad a la entrada hacia carreras de pedagogía sin incentivar una mayor atracción a esta.
Finalmente, al año 2018 se produce un aumento de la matrícula de 16% respecto al año anterior, pasando de 17.684 a 20.506 matriculados. De este aumento, de 2.822 matriculados, el 100% pertenece a instituciones adscritas al SUA, mientras que en el resto de las instituciones, la matrícula se mantuvo constante. Sin embargo, se debe tener en cuenta que del 2017 al 2018 tres universidades se incorporaron al SUA (Universidad Central, Universidad San Sebastián y Universidad Autónoma) cuya matrícula, al 2018, alcanza un total de 1.804 alumnos en el año 2018. Por lo tanto, del aumento total de la matrícula en el SUA, 64% corresponde al traspaso de las tres universidades y un 36% es atribuible a un aumento en el interés por estudiar pedagogía en instituciones de mayor selectividad. Este aumento es siete veces más grande al experimentado del 2016 al 2017 si se considera el mismo grupo de universidades adscritas al SUA al año 2005.
Un nuevo perfil para las carreras de pedagogía
Por lo tanto, la fluctuación del número de estudiantes matriculados en carrera de pedagogías durante los últimos años, nos habla de una tendencia poco consistente que se debe considerar y monitorear para prevenir la posible falta de docentes en el sistema. Pero sobretodo da cuenta de una mejora significativa en lo que respecta al perfil de quienes ingresan a la carrera, asegurando así una mejor calidad educativa.
El análisis del perfil de los matriculados en el tiempo, da cuenta de una mejora significativa en lo que respecta al perfil de quienes ingresan a la carrera de pedagogía. Desde el 2004 al 2018 se ha experimentado un leve crecimiento del puntaje PSU de los estudiantes de pedagogía en instituciones adscritas al SUA, principalmente el año 2011 en que se implementó la Beca Vocación de Profesor, política que busca beneficiar a candidatos talentosos que tengan interés por pedagogía. Ese año el promedio PSU subió 16 puntos, respecto al 2010, asegurando así una mejor calidad educativa. Por otra parte, se ha experimentado un crecimiento de la proporción de estudiantes de pedagogía en instituciones adscritas al SUA con altos puntajes PSU.
Específicamente, el número de estudiantes de pedagogía en instituciones adscritas al SUA que obtiene 720 puntos o más en la PSU se sixtuplicó desde el 2004 al 2018, siendo este efecto significativo los últimos años.
Hoy, los efectos más inmediatos de las políticas educacionales no están aún generando significativamente una atracción hacia pedagogía de un mayor número de individuos, pero sí de cambios moderados en el perfil de estudiantes que ingresa a pedagogía en términos académicos, especialmente en puntajes PSU.
En conclusión, se ha observado que la implementación de la PND, a pesar de haber puesto requisitos más estrictos a la entrada a la carrera de pedagogía en términos académicos, ha contribuido a una mayor atracción hacia esta carrera a través de una mejora en el prestigio de la profesión docente, que incorpora mejores condiciones laborales (mejores remuneraciones, más horas no lectivas, mentorías, entre otras cosas). Aunque no existe un análisis exhaustivo aún, esto se refleja en la tendencia al alza de los últimos años de la matrícula en instituciones selectivas (adscritas al SUA) y a la baja de las menos selectivas (no adscritas al SUA).
Sin embargo, el aumento de la matrícula en SUA de los últimos años podría no ser suficiente para contrarrestar el déficit proyectado por los estudios que han analizado este nuevo escenario. Por lo tanto, es fundamental seguir fortaleciendo la atracción hacia esta carrera a través de beneficios como la Beca Vocación de Profesor y el fortalecimiento de la Formación Inicial Docente. Para esto es fundamental reformular los beneficios y requisitos de la Beca Vocación de Profesor para hacerla más atractiva ante nuevas políticas de atracción hacia la educación superior como Gratuidad y alinear la Formación Inicial Docente con las necesidades del sistema educativo.
Fuentes: Barber, M. y Mourshed, M. (2007). Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño para alcanzar sus objetivos. Disponible en: http://www.preal.org/
Constanza Gómez es Investigadora de Elige Educar.
Leave a Reply