Buenas estrategias para que niños y niñas se diviertan desde la casa y, sobre todo, adquieran habilidades a través de estos juegos.
Actualmente, niños y niñas del mundo están en un proceso de formación educativa que combina el aprendizaje –en línea– con enseñanzas de los padres y madres. Por esto, los juegos pueden ser una manera espontánea, divertida y dinámica para conseguir buenos resultados.
En este contexto, las actividades participativas en donde las y los estudiantes puedan interactuar con distintos recursos son muy beneficiosas. Aquí, tienen cabida toda clase de juegos, no solamente para estimular su capacidad, sino para que descubran nuevas habilidades.
Este es un aspecto clave de desarrollo, tanto cognitivo como social, en las edades más tempranas. Por eso, hemos reunido algunos ejemplos que pueden serte útiles:
1. ¡Entrenar la memoria!
Los juegos de mesa para entrenar la memoria siempre han sido una opción económica y divertida para entretenernos. Además, nos ayudan a ejercitar nuestro cerebro mientras estamos jugando.
La dinámica es muy sencilla, sólo son necesarias algunas tarjetas o cartas con sus respectivos pares y colocarlas boca abajo y, posteriormente, las barajas para confundir a los jugadores. Luego, uno de los jugadores volteará una de las tarjetas e intentará adivinar en dónde está la otra carta. Sucesivamente, cada jugador hace lo mismo hasta que ya no existan tarjetas boca abajo. Al final gana quien haya descubierto la mayor cantidad de pares. Si no tienen el juego, puedes crearlo con cartulina reciclada y dibujos.
Con esa actividad los niños desarrollan destrezas como la concentración, la memorización, el trabajo en equipo y, sobre todo, el razonamiento deductivo e inductivo.
2. ¡Vamos a construir!
Este tipo de juegos están directamente relacionados con la creación. La idea es encajar piezas según la pieza anterior, y se pueden construir con figuras abstractas, apilables, de plástico o madera, encajables, entre otras. Las opciones son múltiples y todas ellas fomentarán la creatividad e imaginación de tu estudiante, e incluso, su capacidad de previsión.
El alumno o alumna deberá pensar qué sucede si usa determinadas partes durante el proceso de “fabricación”, si estas son las más apropiadas para resistir la infraestructura final, por dónde se entrará, en qué lugar se ubicarán las piezas o qué fragmentos le servirán. Si las piezas son de colores también pueden experimentar con esto.
3. ¡Juntemos las piezas!
El rompecabezas es tal vez uno de los juegos didácticos más conocidos a nivel mundial y puede ser elaborado con distintos materiales, desde una simple imagen pegada a una lámina de cartón, hasta de madera.
El principal reto principal no está en armar la imagen, sino ejercitar los pensamientos antes de actuar. Niños y niñas pueden desarrollar numerosas habilidades con este juego, por ejemplo: la memoria, el pensamiento lógico, la concentración, la resolución de problemas, la toma de decisiones y, sobre todo, la motricidad fina.
La cantidad de piezas también es variable. Sin embargo, empezar con pocas piezas y, cuando se hayan resuelto algunos, permitirles a los alumnos y alumnas el uso de en un nivel de complejidad más avanzado.
4. ¡Juguemos con los números!
Sudoku, un juego de origen japonés representa uno de los mejores métodos para desarrollar las habilidades numéricas en los niños. A simple vista parece un “crucigrama”, pero en realidad se trata de un riguroso ejercicio donde sólo es posible un resultado. Pueden conseguir un Sudoku en línea o copiar el modelo.
Una excelente herramienta para fortalecer el pensamiento lógico y matemático desde la infancia. Por tanto, exige mucha concentración para poder deducir qué número debe colocarse en cada casilla.
La realización de este tipo de acciones les permite a los niños pensar antes de actuar. Por tanto, fortalece valores como la responsabilidad, la confianza en sí mismo y la disciplina.
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