Laurel Schwartz cuenta que aunque el aprendizaje en línea puede ser asincrónica, es clave mantener una comunicación constante con toda la comunidad educativa y buscar actividades que inviten a los estudiantes a estar lejos de las pantallas.
Laurel Schwartz es una profesora estadounidense que, desde el 17 de febrero, le ha estado enseñando escritura humanitaria –un ramo que busca que los estudiante se hagan preguntas sobre los valores humanos– a un curso que está en cuarentena en China, debido a la contingencia del Coronavirus (Covid-19). Sobre esa experiencia, escribió en Edutopia, para contar lo que ha aprendido ella y sus otros compañeros al impartir clases virtuales.
El equipo internacional de profesores, en el que se encuentra Laurel, ha estado trabajando con una aplicación que se llama Moodle, una plataforma de código abierto en la que se pueden realizar videoconferencias en vivo con pizarras digitales y salas de reuniones. También permite entregar retroalimentación, realizar trabajos en grupo y publicar materiales. Tras varias semanas de trabajo, aquí algunos de sus aprendizajes:
1. La enseñanza puede ser asincrónica y constante.
Laurel cuenta que el equipo de los docentes internacionales con el que trabaja está distribuido en cuatro continentes y en ocho zonas horarias, por lo que la mayoría de las clases son asíncronas; es decir la mayoría de los docentes publican tareas y lecciones grabadas y los estudiantes completan el trabajo en diferentes momentos.
Los profesores responden utilizando una rúbrica, comentarios y, a veces, comentarios de video o audio grabados a través de la plataforma. Además, cada docente tiene al menos tres clases en vivo cada semana, sumadas a las clases asincrónicas. “Esto ayuda a construir una comunidad en la clase, involucra a los estudiantes y hace que el aprendizaje sea más interactivo. Algunos profesores han encontrado que es más efectivo enseñar con clases en vivo todos los días”, explica.
2. ¡No todo debe ser a través de las pantallas!
Aunque para muchos estudiantes puede ser muy fácil pasar muchas horas frente a una pantalla, especialmente en tiempos de clases virtuales, Laurel comenta que lo ideal es asignar tareas que inviten a estar en movimiento y lejos de sus dispositivos.
Por ejemplo, los videos, pueden ser una gran herramienta para que los estudiantes puedan escribir y realizar obras de teatro, o crear y cocinar recetas, realizar entrevistas, y enviar estas tareas a través de video, que pueden grabar los padres o ellos mismos. También es importante motivar la lectura y el uso del papel para realizar tareas.
3. Los profesores deben tener un horario de atención en línea.
“Además de las clases asíncronas y en vivo, todos nuestros maestros tienen turnos diarios de tres horas de oficina. Se conectan a Moodle durante un horario y son visibles ‘en línea’ para cualquier estudiante que visite la plataforma. Esto permite a los estudiantes contactar a un docente para obtener ayuda mientras hacen un trabajo escolar, y ayuda a nuestros maestros a mantener horarios regulares”, explica la profesora.
Esta es una estrategia que es reconfortante tanto para los estudiantes como para los padres, porque sirve para mantener una comunicación instantánea con la escuela y los profesores en tiempo real. También es una forma para que todos se sientan un poco menos aislados.
4. ¡El apoyo técnico es vital!
Este punto es clave para el éxito del aprendizaje remoto. Por eso, Laurel comenta que es MUY importante decidir con anterioridad quién será responsable de brindar soporte técnico a la comunidad educativa y cómo comunicarse con esa persona. Y mucho antes de eso, también es necesario saber cómo es el acceso a Internet, computadores y teléfonos que tiene cada familia, para saber de qué forma la escuela puede brindar soluciones ante algunos casos.
5. Hay que involucrar a las familias
“Es importante comunicarse de manera proactiva y regular con las familias, darles instrucciones y recursos claros. Solicitar, escuchar y actuar según sus comentarios. Y, como lo haríamos con la escuela regular, asegúrense de comunicarse con los padres con noticias del gran trabajo que hicieron sus hijos. Los elogios específicos relacionados con el trabajo contribuyen en gran medida a fortalecer las relaciones con las familias y los estudiantes”, escribe la profesora.
6. Mantener reuniones de equipo de profesores.
El equipo con el que trabaja Laurel también usa la plataforma en línea para realizar las reuniones semanales de profesores, con horarios de inicio y finalización fijos. También se reúnen por esa vía para celebrar cumpleaños y realizar clases de yoga en línea. Estos son pequeños detalles que ayudan a crear comunidad y sobrevivir el aislamiento.
“Las agendas se desarrollan con nuestro equipo de liderazgo educativo y se distribuyen a los profesores por adelantado. Dividimos nuestro tiempo entre continuar trabajando en nuestro enfoque anual de desarrollar nuestros planes de unidad, modelar cómo usar nuestra plataforma en línea y responder preguntas que los docentes tienen en tiempo real”, explica.
“Tuvimos aproximadamente media semana para prepararnos para la escuela en línea, con una plataforma digital que ninguno de nosotros había usado antes. Durante las primeras semanas, necesitábamos ser muy flexibles y pacientes. Todo tomó más tiempo virtualmente, hasta que aprendimos a navegar el aprendizaje en línea. Pero hemos resuelto muchos problemas y ahora estamos involucrando a nuestros estudiantes en experiencias de aprendizaje de alta calidad en línea”, agrega Laurel sobre la experiencia.
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Fuente: What Teachers in China Have Learned in the Past Month. Edutopia.
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