La brasileña Anna Lucia Campos,experta en neuroeducación, estuvo de visita en Chile en el marco de un seminario de Fundación Integra. Aquí nos cuenta por qué una de las cosas más importantes de la profesión docente, es enamorarse de la labor.
Antes de que Anna Lucia Campos fuera reconocida en América Latina por sus más de 30 años de trabajo en investigaciones en el campo de la neuroeducación, estudió pedagogía y se dedicó durante 8 años a la educación inicial en su país natal, Brasil. Pero siempre tuvo la inquietud de saber cómo era el proceso de aprendizaje de sus estudiantes, de entender qué pasaba en sus cerebros mientras aprendían.
“Desde que empecé a trabajar con la infancia no tenía conocimiento de la palabra neurodesarrollo, ni me imaginaba el significado de la palabra neurociencia, pero me interesaba entender qué es lo que genera un buen aprendizaje. Porque yo siempre me quedaba fascinada al ver la cara de un niño cuando aprendía a leer, pero siempre me preguntaba qué estaba pasando dentro de su cerebro. Así empezó todo”, cuenta Anna Lucia.
Esa curiosidad la ayudó en uno de los momentos más difíciles que recuerda: el nacimiento de su segunda hija, Lorena, quien sufrió de asfixia durante el parto. “Recuerdo que el neurólogo que la vio me dijo que me tenía que despedir de ella, porque no iba a caminar, ni hablar y cuando pude tenerla en mis brazos, después de dos días en cuidados intensivos, me acuerdo que le dije estaba en los brazos de la mamá correcta y le dije que íbamos a trabajar duro, porque no estaba dispuesta a aceptar lo que me había dicho el médico”.
La llegada de Lorena fue en un momento en que Anna Lucia había logrado estudiar neuropsicología y neurociencia en distintos talleres de Brasil, Estados Unidos y Perú, país en el que vive hace más de 20 años. Ahora, su hija Lorena tiene 23 años, camina, habla y estudia comunicación audiovisual. “Ella fue mi demostración de lo importante que es entender el cerebro y de que todos somos capaces”, dice Anna Lucia.
Esta educadora estuvo en Chile como invitada del seminario Comparte Educación, de Fundación Integra. Durante su visita, nos dejó cuatro consejos que todos los educadores deben tener en cuenta para comprender la neurociencia y comprometerse con su profesión.
1. ¡No te descuides y actualízate siempre!
“Independientemente del director, del presidente, del ministro; independientemente de quien sea, el educador necesita estar consciente de que él es el único responsable de su mejora continua, como persona y como profesional. Y la experiencia que tengo después de más de 30 años trabajando con educadores, es que de todas las profesiones, los que menos invierten en actualizarse y mejorar como profesionales, son los educadores. El educador es el único responsable de todo lo que sucede con sus estudiantes, porque el trabajo de un educador impacta en la vida de más de 20 niños y niñas y después, impacta en el entorno social”.
2. Open your mind
“Abre tu mente, open your mind. Los mismos educadores a veces se ponen algunas trabas, porque muchos tuvieron una formación muy centrada en la metodología y la didáctica de ciertos autores. Se preocupan mucho en el qué hacer y cómo hacerlo, para terminar olvidándose del por qué hacer cierta actividad. Hay que abrir la mente para entender por qué hacerlo. Así, el qué y el cómo se pueden modificar y adaptar a los estudiantes que tengan. Hay investigaciones de psicología y de neurociencia que van a dar pistas de cómo hacerlo, de cómo entender la razón de cada actividad”.
3. No juegues con tus estudiantes
“¿En qué sentido? La primera infancia juega, pero no juegues con la primera infancia. Me explico mejor, no jueguen más a enseñar a los chicos, enseñen de verdad. Sé que hay muchos profesionales maravillosos, pero este jugar con los estudiantes significa amarrarse a algunas de las prácticas en función de corrientes que pasan, en función de los que están en el turno, sea el jefe del ministerio de educación o sea el jefe del centro educativo. Hay que proponer cambios en el sistema educativo que estén basados en evidencias. No estoy diciendo que hay que traer todas las investigaciones de la neurociencia al sistema, sino que investiguen y vean cuál es la mejor metodología para ustedes e ir haciendo las modificaciones. Comencemos a mirar el proceso”.
4. ¡Enamórate de tu profesión!
“Cuando uno está enamorado de algo, te convences de lo que estás haciendo y contagias a los demás. Enamórate de lo que haces, de los chicos, enamórate de los espacios. Convéncete de que tú eres lo mejor que le puedes dar a esos niños. No vamos a dejar de lado el hecho de que a veces hay días tristes, que los chicos a veces nos pueden sacar de los rieles, que este puede ser un trabajo agotador, pero mientras estés en la sala de clase, saca tu pasión, saca lo mejor de ti, vive ese momento como si fuera único. Estoy de acuerdo con algo que dice Dalai Lama: “sólo hay un día que nos pertenece, el ayer se fue y el mañana no es mío todavía. Sólo es mío el hoy. ¡Disfruta esto!”.
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