En una entrevista sobre la educación emocional, la experta Mar Romera explica por qué el rol de los profesores es determinante en la vida de los estudiantes.
Mar Romera es docente, experta en inteligencia emocional y presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci. En una entrevista con Educación 3.0 habla en detalle acerca de las emociones y cómo se enseñan. Lo primero que comenta la experta es que las emociones empiezan a educarse muchos antes de lo que imaginamos. Una mamá genera una emoción y un vínculo desde que siente una nueva vida dentro de su cuerpo. Esa relación y cualquier otra relación, comenta Mar, es emocional y “toda relación emocional es educación”. Siendo esto así, la experta aclara que la educación emocional no es un contenido programado para una edad o un momento particular; contrario a esto, asegura que “la educación emocional es vivir” y debe ser incluida en nuestro sentir, y no sólo en el saber o el estar.
¿Y, quiénes enseñan las emociones?
“La familia es la primera escuela de las emociones”, explica Mar”. “Los adultos se construyen como modelos emocionales desde el primer día. Modelos que los hijos incrustan en su retina para aprender todo y de todo, lo agradable y lo no tan agradable”, agrega. En ese sentido, los comportamientos emocionales que se viven en una familia, se convierten en hábitos de gestión emocional para toda la vida.
De la mano con la familia están los profesores, quienes, sobre todo en edades tempranas, se convierten en los principales agentes motivacionales de los estudiantes; son ellos los encargados de que los niños aprendan, pregunten, experimenten y evolucionen. “Los niños y las niñas no aprenden nada de lo que les enseñamos, nos aprenden a nosotros: todos podemos recordar a nuestro maestro preferido”, comenta Mar. Es por esto que según la experta, las escuelas deberían incluir siempre una educación del afecto en la cual se planteen “procesos de alfabetización emocional, conciencia emocional y construcción de autoconciencia y socialización emocional”.
Aunque Mar sabe bien que el papel de las familias es fundamental, también considera que el rol de los docentes es determinante en la vida de los niños.
Los profesores, comenta, “no son una casualidad puntual, son parte del ADN de sus vidas”. Siendo esto así, la experta destaca la importancia del equilibrio emocional de los docentes. “Si ellos están bien, su alumnado estará bien: no es una banalidad, es una evidencia que en muchos casos y programas está olvidado. Son el modelo, la guía, la propuesta de futuro desde el presente. Son los que ayudan a construir con sus expectativas el autoconcepto y el autoestima, los propios itinerarios emocionales de su alumnado y por tanto los pilares básicos de su existencia. La profesión docente es la profesión más importante del mundo. Esto debe ser así creído por los propios docentes y por supuesto por el resto de la sociedad”.
CADA INDIVIDUO SOMOS AGENTES ACTIVOS EDUCANDONOS Y YEDUCANDO