Felipe Ramírez, el profesor que trabaja en las aulas de una escuela hospitalaria, fue elegido como el ganador de la tercera versión del “Nobel de la enseñanza”.
En una conmovedora ceremonia llena de sorpresas, se anunció el nombre del ganador de la tercera versión del Global Teacher Prize Chile. Entre cinco finalistas de distintas regiones de Chile, el jurado seleccionó a Felipe José Ramírez Godoy, un profesor de arte de 31 años que ha desarrollado su carrera profesional desde marzo de 2010 en la Escuela Hospitalaria de Puerto Montt, un espacio educativo que está abierto para estudiantes que por diversas condiciones de salud, no pueden acceder a la educación tradicional.
Actualmente, Felipe es director de este establecimiento, donde ha trabajado con niños y niñas desde los 4 hasta los 21 años de edad, implementando distintos proyectos artísticos. Aunque la mayoría de sus estudiantes sufren condiciones médicas diversas y son atendidos en el hospital donde se encuentra la escuela, este profesor también le ha dado la oportunidad a otros estudiantes con condiciones especiales que no han sido aceptados en colegios de la zona.
Con la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), ha llevado a cabo varias iniciativas exitosas.
Un ejemplo de esto es el “Poemario a Color”, un libro gigante de 20 páginas, cada una de dos metros. A través de este trabajo, sus estudiantes exploraron sus emociones y trabajaron el arte y otras asignaturas como lenguaje y matemática. Felipe también ha trabajado con sus estudiantes a través de la técnica Land Art en un proyecto interdisciplinario que busca, por medio de obras de arte efímeras en el entorno natural, hablar de ecología, patrimonio inmaterial, historia y tradiciones. Con este trabajo, los estudiantes han salido del hospital para visitar diferentes localidades del borde costero, haciendo dibujos e intervenciones artísticas en la arena y reflexionando sobre conceptos como el desarrollo sustentable.
Otra actividad notable del ganador, fue una obra que articulaba danza y teatro.
Se llamó “Carnaval de la Alegría”, y fue una adaptación libre del mito de Tenten-Vilu y Caicai-Vilu, dos serpientes de la mitología mapuche, que tienen poderes para controlar el mar, la tierra y los volcanes. Lo interesante de esta presentación fue que las serpientes bailaron al ritmo de la alegría de vivir, una alegría expresada por los estudiantes, a pesar de sus condiciones. “Carnaval de la Alegría” quedó seleccionado para presentarse en la isla de Chiloé en el tercer encuentro regional de arte textil. Un gran logro de una obra que integró arte, música, educación física, matemática, historia y lenguaje.
Pero su trabajo no se queda sólo en la sala de clases.
Felipe ha logrado que distintos entes, tanto públicos como privados, se sensibilicen y brinden ayuda a la escuela con fondos y distintos tipos de insumos. También forma parte de la directiva del Consejo de Directores de la Comuna de Puerto Montt, participa en la Mesa Regional de Educación Artística, es miembro de la Red Latinoamericana y del Caribe, por el Derecho a la Educación de Niños, Niñas y Jóvenes Hospitalizados o en Situación de Enfermedad (REDLACEH) y de la Red Provincial de Educación especial de Llanquihue. Gracias a su participación en estos espacios, ha podido organizar, por tres años consecutivos, Jornadas de Salud Para el Aula en Puerto Montt con docentes y expertos clínicos. Además, cada dos meses, organiza charlas sobre pedagogía hospitalaria, dirigidas a estudiantes de medicina, educación diferencial, directores de la comuna y más.
A través de su trabajo, Felipe se ha empeñado en mostrar la importancia y la necesidad de la educación hospitalaria, y con su pasión, gestión y entrega ha logrado que todos, sin importar las condiciones, aprendan. Por esto y mucho más, Felipe es hoy, el ganador del Global Teacher Prize Chile 2018.
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