Muchos consideran que la creatividad es “la habilidad del siglo XXI”, y por esta razón, profesoras como Aaron Warner están ideando estrategias innovadoras que les permitan desarrollar al máximo la creatividad de sus estudiantes.
Se llama la “Genius Hour” y es una iniciativa que la profesora Aaron Warner creó para fomentar la creatividad en su sala de clase. La “Genius Hour”, que en español podría traducirse como “La hora genial”, es un tiempo destinado a que los estudiantes hagan cualquier cosa que les apasiona y aprendan a su manera.
La iniciativa está basada en un modelo de desarrollo de Google en el cual los ingenieros de la compañía, deben invertir el 20% de su tiempo de trabajo en desarrollar sus propias ideas. Este mismo principio es aplicado por Warner en sus clases en las cuales los niños dedican dos horas a la semana a desarrollar sus talentos de una forma muy personal e independiente.
¿Cómo llegó Warner a desarrollar esta estrategia?
La profesora aprendió acerca de la “Genius Hour” a través de una comunidad de aprendizaje online en la cual participan muchos educadores de muchos lugares del mundo. Cada verano, ella y el grupo leen un libro que discuten a través de Twitter. Por ejemplo, el libro Innovation and Inquiry in the Classroom, de A.J. Juliani, en el cual se habla de algo conocido como “crisis creativa”.
El libro es una especie de guía práctica para quienes buscan implementar la “Genius Hour” en la sala de clase. Después de largas discusiones llenas de cuestionamientos, los profesores de esa comunidad, incluida Warner, decidieron adoptar la iniciativa.
Al principio las cosas no fueron tan sencillas.
Cuando ella planteó a sus estudiantes la posibilidad de hacer cualquier cosa, la primera pregunta que surgió fue: “¿qué quieres que haga?”. Después de planes de trabajo claros y medibles, no tener límites parecía un desafío. Warner acudió a su comunidad para contar su experiencia y Warner siguió intentándolo. Sus alumnos crearon sus primeros proyectos individuales y personales. Al principio las ideas no fueron muy ambiciosas, pero con el tiempo, la práctica y la motivación, los niños empezaron a pensar en grande.
¿Los resultados?
Muchos estudiantes entusiasmados con enseñarle cosas a otros compañeros y otros muy emocionados con la idea de aprender de una forma entretenida. Uno de ellos, por ejemplo, gestionó toda una actividad utilizando una carpa de proyecciones de la escuela, para crear un mini planetario y mostrarles a sus compañeros lo que son los hoyos negros.
Lo mejor de esto es que a medida que iban descubriendo su potencial, se emocionaban cada vez más. Esto sucedió en el primer año, lo cual fue extraordinario para los alumnos que llegaron después… el siguiente grupo de alumnos había escuchado historias acerca de la clase de Warner, hecho que los entusiasmaba. Estaban preparados para explotar al máximo su propio potencial. Además, la iniciativa fue aplicada también en otros cursos y por eso, Warner empezó a trabajar con profesores de su escuela y de otras escuelas en una especie de campo de desarrollo llamado EdCamp, donde ella apoyaba el proceso de instalar la “Genius hour”l en las escuelas.
El objetivo de la “Genius Hour”
La “Genius Hour” promueve el desarrollo de habilidades a menudo subutilizadas e infravaloradas en los sistemas educativos tradicionales. Es una actividad que les permite
ampliar su imaginación a través de sus propios gustos y curiosidades, y además les permite definir sus propios logros.
Además, el objetivo de esta iniciativa es ayudarlos a que encuentren diferentes formas de alcanzar el éxito a una edad en la que muchos están sólo empezando a entender lo que significa esa palabra. “Genius Hour” les da la oportunidad de lograr traspasar las fronteras tradicionales de lo académico lo cual refuerza su confianza y compromiso en el aula.
Nancy Steinhauer, líder educacional, y Kelly Gallagher-Mackay, investigadora y activista educativa afirman en el medio The Walrus, que la creatividad es una habilidad vital para la vida pues no solo enriquece el día a día, sino que también es algo clave para la preparación laboral de los niños.
Por su parte, Ken Robinson, quien hizo una de las charlas TED más vistas (Do Schools Kill Creativity?), también es un defensor de los sistemas escolares donde la creatividad se considera tan importante como la alfabetización. Él, al igual que las expertas y profesoras como Warner, saben bien que existe una necesidad de desarrollar un pensamiento original que permita resolver problemas actuales y futuros, y para esto, es indispensable que los niños aprendan a tomar riesgos aplicando los grandes talentos con los cuales nacieron.
La definición estándar de creatividad es la generación de nuevas ideas o productos, sin embargo, ésta también se ha definido como la apertura a la exploración y como el pensamiento divergente, que es la capacidad de generar numerosas y diversas opciones o soluciones.
Esto significa que la creatividad puede estar presente en diversas disciplinas, no sólo en el arte, como usualmente se piensa. En ese sentido, la creatividad puede ser un elemento presente en diversas asignaturas en la escuela. La creatividad no puede no ser parte de la preparación de los niños pues además de ser una herramienta indispensable para la resolución de problemas, también es un elemento útil para trabajar las emociones que surgen de lo impredecible, la frustración o las dificultades en general.
Warner dio un paso enorme en esta dirección y ahora ha logrado que otros den ese mismo paso. ¿El resultado? Niños que exploran su imaginación, que crecen con confianza, que aprenden a través de sus propios intereses y que explotan al máximo los talentos y habilidades que en un futuro les permitirán llegar muy lejos.
Leave a Reply