Todos los días, Fabiola Bolaños, una profesora que en 2016 hizo parte de los finalistas del Global Teacher Prize Chile, se levanta convencida de que enseñar en un contexto vulnerable, es el trabajo más satisfactorio y emocionante del mundo.
En Arica, una ciudad al norte de Chile, se encuentra el Colegio Cardenal Raúl Silva Henríquez, un establecimiento ubicado en un sector de la ciudad de gran complejidad social. Los estudiantes del colegio, quienes hacen parte de un nivel socioeconómico bajo, vienen de familias que no han tenido la oportunidad de recibir educación primaria, secundaria y mucho menos universitaria. En este escenario, existe una docente que todos los días se levanta convencida de que su labor “es la más satisfactoria y emocionante del mundo”. Su nombre es Fabiola Bolaños y en el año 2016 fue nominada por una de sus estudiantes al Global Teacher Prize Chile, galardón conocido a nivel internacional como el “Nobel de la educación”.
Desde el año 2010, Fabiola ha enseñado matemáticas en este colegio a jóvenes entre los 16 y 18 años, muchos de los cuales hacen parte del pueblo originario Aymara.
Desde lo emocional y lo intelectual, Fabiola ha sido una influencia positiva para ellos y esa fue justamente la razón por la cual Fabiola decidió ser educadora. Ella estaba convencida de que así podría cambiar el futuro de muchos jóvenes que creen no tener mayores oportunidades. Con tan sólo 8 años de experiencia, esta joven profesora ha dedicado gran parte de su tiempo y todo su conocimiento a implementar metodologías de enseñanza que logran desplegar al máximo las capacidades de sus estudiantes, porque si de algo está segura es que TODOS pueden aprender independiente del contexto en que viven. Para ella, trabajar en contexto de vulnerabilidad no ha sido una excusa para creer que sus alumnos no pueden, sino todo lo contrario, ese mismo contexto ha sido una oportunidad para tener altas expectativas y motivarlos a TODOS, a salir adelante, a cambiar su historia.
Dentro del aula, el principal recurso de Fabiola ha sido trabajar bajo la norma del respeto, la confianza, la responsabilidad, la exigencia, la autodisciplina y la motivación.
A diario, ella refuerza estos valores como herramientas indispensables. Por eso, la puntualidad, la asistencia y la realización de trabajos son aspectos muy valorados por esta docente quien está convencida de que la rigurosidad, permitirá a sus estudiantes alcanzar logros importantes dentro y fuera de la escuela. Pero tener los cuadernos al día y ser responsable no son los únicos factores que Fabiola trabaja a la hora de enseñar matemáticas… el respeto y la inclusión a través de actividades culturales en la escuela como bailes Aymara, también juegan un papel importante en su labor que incluye aceptar, integrar y valorar al 22% de sus alumnos descendientes de este grupo étnico.
Parte de sus estrategias incluyen también, ganarse el respeto de sus estudiantes y conocerlos a fondo para aplicar prácticas que se adaptan a cada una de sus necesidades, prácticas como la resolución de problemas a partir de sus experiencias e intereses, enseñar contenidos de menor a mayor complejidad y la aplicación de aprendizajes como el visual y el auditivo por medio de la utilización de programas en línea como GeoGebra o Graphmatica.
Su logros
“A mi hijo(a) antes nunca lo veía estudiar, ahora llega a la casa y empieza hacer una guía suya”. “Mi hijo(a) antes odiaba las matemáticas, ahora entiende todo y hasta le gustan”. “Mi hijo(a) siempre me habla de usted, dice que es su profe modelo y favorita”. Recibir este tipo de mensajes por parte de padres y apoderados no ha sido el único logro de esta comprometida profesora. Fabiola ha logrado demostrarles a ellos, a la comunidad educativa y su propios alumnos que la pobreza no es sinónimo de fracaso y que creer es la clave para formar alumnos preparados para ingresar a la universidad y a la vida profesional. Desde que ella trabaja en el Colegio Cardenal Raúl Silva Henríquez, sus estudiantes no sólo han encontrado valor en las matemáticas, sino que han alcanzado altísimos logros en pruebas nacionales fundamentales para ingresar a la educación superior, superando incluso, los puntajes de colegios prestigioso y emblemáticos que enfrentan una realidad social muy diferente. Gracias a esto, un alto porcentaje de sus ex alumnos hoy asisten a la universidad y recuerdan a su profesora como una pieza clave en sus vidas.
“Ella nos incentivo a salir adelante más allá de los niveles socioeconómicos” señala uno de sus estudiantes. “Me siento orgullosa de tener una profesora así”, dice otra alumna.
Ahora no ha recibido solamente el reconocimiento de sus estudiantes, sino el de toda una comunidad que está convencida de que Fabiola ha utilizado las herramientas indicadas para incentivarlos a mejorar sus expectativas, mejorar su autoestima y hacerlos sentir capaces de cumplir sueños que antes parecían imposibles.
“Tengo el reconocimiento más satisfactorio para un profesor: el de mis alumnos y me lo demuestran día a día con su cariño, respeto y compromiso con mi asignatura y con mi persona”.
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