En un seminario de 4 horas, Doug Lemov, autor de libros como “Enseña como un maestro 2.0”, compartió estrategias eficaces de profesores que han logrado la manera de que todos sus alumnos quieran participar en clase.
Doug Lemov forma a profesores que hacen parte de Uncommon Schools, una organización sin fines de lucro que ayudó a fundar y que administra una red de escuelas privadas subvencionadas en sectores urbanos vulnerables de Estados Unidos. Lemov está convencido de que la solución a los desafíos educativos se puede encontrar al interior de las salas de clase a través de profesores que, sin importar el contexto, pueden llegar ser excepcionales con las herramientas indicadas. Por eso, en su trabajo formativo, ha establecido un set de técnicas para docentes de todo el mundo, las cuales están basadas en estrategias de docentes que han demostrado tener éxito en sus aulas.
En el marco del seminario de Aptus, Colaboración y pensamiento en el aula –realizado en Santiago de Chile–, Lemov explicó de manera práctica algunas de estas estrategias y compartió videos que evidencian cómo algunos profesores ejecutan dichas estrategias de manera exitosa en sus salas de clase. ¿El común denominador de estas aulas? Estudiantes participativos, motivados, atentos, confiados, respetuosos con sus pares.
Para exponer cómo han llegado ellos a este punto, Lemov habla del ratio, es decir, la proporción del trabajo cognitivo que realizan los estudiantes.
Hay dos tipos de ratio: el de participación, que mide quién participa y cuán a menudo; y el de razonamiento, que responde al rigor académico en la participación que se fomenta en clase. Maximizar el ratio de participación significa lograr que todos los alumnos participen hablando, respondiendo preguntas, pensando de manera activa y procesando ideas de forma oral y escrita. Este objetivo apunta a evitar lo que muchos docentes enfrentan: salas de clase donde hay silencio cuando se hacen preguntas y en las cuales los mismos tres alumnos participan una y otra vez. Pero, ¿cómo se maximiza aquel ratio? Lemov propone dos alternativas: las preguntas y la escritura.
1. Las preguntas
Lemov dice que, en una lección donde haya ratio, los estudiantes no deben escuchar, deben actuar, constantemente responder preguntas, aprovechar sus bases de conocimiento, reflexionar y perfeccionar sus ideas. Pero para que los estudiantes respondan preguntas el primer paso es que tengan un conocimiento previo. Ningún ser humano puede razonar sobre un tema que no conoce y en ese sentido, los profesores deben proporcionar un buen saber a sus alumnos para que ellos se sientan confiados a la hora de participar. A esto se suman algunas técnicas que permiten transformar las preguntas en procesos eficaces de participación y aprendizaje.
1. El tiempo de espera: esta simple y subestimada técnica es fundamental. Para que los estudiantes puedan responder, necesitan tiempo para pensar. Si al darles tiempo no logran ser productivos, entonces hay que mostrarles la manera de serlo. En promedio, los profesores esperan alrededor de un segundo para esperar una respuesta. El problema es que en ese tiempo es imposible obtener reflexiones muy elaboradas. Además es un tiempo limitado para darle la posibilidad a todos los estudiantes. Un tiempo tan corto también alienta –en forma sistémica– a los estudiante, a levantar la mano sin pensar, en lugar de levantar la mano para entregar la mejor respuesta. El tiempo de espera, entonces, permite calidad y potencia el razonamiento. Los beneficios: más alumnos levantarán la mano, las respuestas serán más rigurosas, habrá mayor trabajo cognitivo, disminuirá la cantidad de alumnos que no responde y aumentará el uso de evidencia al responder.
2. Preguntas sin aviso: Lemov sabe que algunos docentes cuestionan esta técnica, pero él explica que si se implementa bien, en realidad puede ser muy efectiva. Las preguntas sin aviso se trata de hacer preguntas a los alumnos independientemente a que hayan levantado la mano. Hacerlo, según el experto, tienen un efecto transformador pues permite comprobar la comprensión de los alumnos, crear una cultura de responsabilidad a participar, darle ritmo a la clase y fortalecer el ratio. Pero una mala implementación de las preguntas sin aviso puede causar daño. Por eso, Lemov menciona las claves para hacerlo bien. Una de esas claves es hacerlo de forma constante (unos minutos cada día) y comentarle a los estudiantes. De esta forma sabrán a qué atenerse y podrán preparase mejor. Otra punto importante es hacerlo de forma sistémica… con todos los alumnos en distintos momentos, para no generar la impresión de estar “atacando” a un alumno en particular. También es importante presentar la actividad de una forma positiva, utilizando un tono alegre y parejo, haciendo preguntas claras. Por esta razón, la técnica no debería ser utilizada para “pillar” a un alumno, sino todo lo contrario. El objetivo es permitir que todos los estudiantes participen y lo hagan de una manera correcta. Por último se sugiere dividir una gran preguntas en varias preguntas más cortas.
3. Respuesta al unísono: de vez en cuando, puedes pedirle a tus alumnos que respondan al unísono para que la participación sea más activa y positiva. ¿Cómo funciona? El profesor hace una pregunta, y la clase responde en voz alta, todos al mismo tiempo. La técnica puede ser útil para hacer que la lección se sienta más dinámica. Se pueden utilizar las siguientes secuencias para esta técnica: repetir lo que el profesor dice o completar una frase; comunicar una respuesta a un problema, todos al mismo tiempo; reforzar la respuesta de un alumno. Un estudiante responde algo y todos los demás repiten lo que él dijo; revisar información que los estudiantes ya dominan; solucionar un problema, dando el tiempo necesario para que más adelante puedan responder al unísono.
4. Bola rápida: esta técnica se trata de realizar una revisión rápida para crear energía y aumentar la participación. La idea es hacer actividades grupales rápidas para revisar información y habilidades básicas que los alumnos ya conocen. Funciona así: el profesor lanza una pregunta a un grupo de alumnos y ellos responden. El profesor no analiza mucho la respuesta, pero si esta es correcta, hace otra pregunta a un alumno distinto; y si es incorrecta hace la misma pregunta a otro alumno. La actividad es rápida y genera muchas posibilidades de participación en una secuencia acelerada.
2. La escritura
Pedirle a los estudiantes que escriban más, dice Lemov, es impulsarlos a transformar nociones vagas en ideas completas. En ese sentido es una estrategia ideal para hacer participar más a los estudiantes. En su charla, Lemov mostraba cómo, después de un ejercicio de escritura en la sala de clase, todos los alumnos levantaban la mano para responder preguntas. Pero para que la escritura sea una herramienta efectiva, también es importante considerar algunas técnicas:
1. Todos escriben: esta dinámica consiste en preparar a los alumnos para participar de forma rigurosa, dándoles la posibilidad de reflexionar por escrito antes de pedirles que discutan. El profesor pide a los alumnos que se preparen para un análisis riguroso por escrito en un tiempo breve. Esto permite a los estudiantes reflexionar e incluso puede disminuir la participación de alumnos que levantan la mano antes de conocer la pregunta. A su vez, puede aumentar el ratio de participación de quienes nunca lo hacen.
2. El arte de la oración: los estudiantes deben sintetizar una idea compleja en una sola oración bien formulada. La disciplina de crear una oración que incluya todo, hace que los alumnos usen formas sintácticas nuevas.
3. Mostrar sin aviso: esta técnica es un incentivo para que aquello que los estudiantes redacten sea de calidad y serio, mostrando y revisando en forma pública el trabajo de los alumnos (independientemente de quién se ofrezca a compartir). En un video que Lemov comparte en el seminario, después de un ejercicio de escritura, una profesora se acerca donde una alumna y le pregunta si puede tomar su trabajo unos minutos. Además le entrega un papel (que representa un dólar) y de esta manera su alumna sabe que su profesora se está llevando su trabajo porque es bueno y debe ser compartido con toda la clase. Es una buena forma de mostrar trabajos de calidad a lo largo de un año escolar y motivar a los estudiantes para que se esfuercen en desarrollar buenas tareas escritas.
4. Adelantar la escritura: el objetivo es organizar la clase para que el ejercicio de la escritura se haga antes. Entonces la dinámica de Leer-Discutir-Escribir, se reemplaza por Actividad-Escribir-Discutir. Para implementar esta fórmula, el profesor puede hacer una demostración, luego se le pide a los alumnos que escriban al respecto durante cinco minutos para destilar algunas ideas claves antes de iniciar una discusión. Esto puede ayudar a los estudiantes a sacar el mayor provecho de la discusión… Más adelante, la etapa de la discusión pasa a ser un ejercicio de revisión donde todos los estudiantes se escuchan y responden de manera respetuosa a las opiniones de los demás, utilizando frases como: “Estoy de acuerdo con ella, pero quiero agregar… ”, y de esta forma analizan sus propias opiniones. En ese sentido la actividad pasa a ser de la siguiente manera: Actividad-Escribir-Discutir- Revisar o Leer-Escribir-Discutir-Revisar.
Cada una de las estrategias que propone Lemov, basado en el trabajo de otros docentes, podría desglosarse minuciosamente. Cada una está compuesta por distintas partes y múltiples caminos prácticos, con ejemplos muy concretos. Además, hay muchas otras alternativas para fomentar la participación que se suman a las técnicas asociadas a preguntar y escribir. Lo clave de estas y todas las herramientas que Lemov ofrece, es la constancia; se trata, en otras palabras, de crear rutinas desde el inicio, rutinas que los estudiantes irán interiorizando y conociendo. Sólo de esta forma podrán sentirse cómodos con dinámicas diseñadas para potenciar su pensamiento, sus ideas.
Enseña como un maestro 2.0, Doug Lemov.
Leave a Reply