Evaluar a estudiantes es quizás uno de los desafíos más grandes a los que se enfrentan los profesores. Para hacerlo bien y optimizar tiempo en un proceso que puede ser lento, esta profesora recomienda los siguientes tips.
Los desafíos de enfrentarse a una sala de clase por primera vez son enormes. Hay muchos elementos que convierten esta primera experiencia en una especie de aventura donde siempre habrá mucho que aprender. Además de la emoción de conocer a los estudiantes, planear clases y empezar una carrera a través de la cual se transforman vidas, también hay nervios e incertidumbre, especialmente con respecto a una parte del proceso que sin duda es compleja: evaluar a los estudiantes.
El objetivo de toda evaluación es poder dar una retroalimentación oportuna y relevante, pero ¿cómo lograrlo de la mejor forma?, ¿cómo hacer que el proceso sea más fácil y efectivo? La profesora y colaborador de Edutopia, Andrea Marshbank, recopila una serie de consejos que podrían facilitarte una labor que sin duda puede llegar a ser engorrosa, especialmente el primer año.
1. No califiques TODO
Tienes que saber que ESTÁ BIEN no evaluar ni ponerle nota a todo. A veces depende de la escuela, pero si tienes la oportunidad de determinar qué debe o no debe ser calificado, hazlo. Utiliza ese poder.
2. Un sistema de retroalimentación
Un buen profesor se enfoca en dar una buena retroalimentación y por esto es tentador la idea de invertir una gran cantidad de tiempo en comentar el trabajo de todos los estudiantes. Sin embargo, no es necesario retroalimentar cada tarea que realiza cada uno de tus estudiantes. Lo que hace esta profesora, por ejemplo, es implementar un sistema cíclico de retroalimentación. Ella tiene cinco clases diferentes, por esta razón, lo que hace es seleccionar una de estas clases para invertir más tiempo en retroalimentar las tareas. Después, invierte ese mismo tiempo en otra de sus clases.
3. Los estudiantes pueden darte la mano
Los alumnos son un recurso maravilloso. Por eso, esta profesora sugiere que en lugar de invertir muchas horas calificando, inviertas 15 minutos de la clase en permitir que los propios alumnos se califiquen entre ellos. Para esto, es clave aclarar cuáles son los comportamientos que se esperan en este ejercicio de retroalimentación entre pares. Antes de hacerlo, dedica un tiempo para capacitar a tus alumnos acerca de lo que es útil. Por ejemplo, ser específico, en lugar de hacer comentario genéricos. Cuando tus alumnos estén listos para evaluarse entre ellos de una manera constructiva y amable, déjalos. Te darán un descanso y además, ellos seguirán aprendiendo.
4. La tecnología
Si tienes acceso a un computador e internet, las posibilidades son infinitas. Se han diseñado muchas aplicaciones que te permitirán optimizar tiempo a la hora de calificar. Otra buena idea es darle a los estudiantes recursos tecnológicos para que puedan mejorar sus tareas y trabajos. Esta docente, por ejemplo, le da a sus estudiantes algunos sitios web donde pueden verificar su gramática, como Grammarly o Paper Rater. Pero antes de hacer uso de éstas herramientas, ella habla con sus estudiantes acerca de las limitaciones que tienen estas aplicaciones con el fin de que ellos entiendan que estas herramientas son un apoyo para cosas determinadas y no herramientas que los resolverán todo. Además es importante entender bien cuál es el propósito de uso detrás de esto… como dice la profesora, si el objetivo es que ellos practiquen gramática, por ejemplo, obviamente esto no es una opción.
5. No a las evaluaciones o tareas extra
A veces, cuando sobra algo de tiempo parece tentador asignar evaluaciones extra no planeadas. No lo hagas… intenta siempre hacer actividades que realmente sean impactantes y a través de las cuales puedan desarrollar sus habilidades. Ella dice, “así como quiero invertir tiempo calificando tareas que importan, mis alumnos también quieren realizar trabajos que importan”. Lo más clave, dice ella, es preguntarse: ¿esta tarea mejora la lección o la comprensión de la materia? Si la respuesta es no, es mejor no hacerlo.
6. Usar rúbricas
La rúbricas pueden ser una herramienta muy útil a la hora de evaluar o calificar pues te permite punto a punto comprobar si cumplieron o no con determinados requerimientos. De esta forma la calificación y la retroalimentación es más sencilla. Otro beneficio de esto es que puedes darle a tus estudiantes la rúbrica desde antes, así podrán saber cuáles son tus expectativas y en qué se deben enfocar.
7. Califica cuando puedas hacerlo
Está claro que el tiempo que tienen los docentes es limitado, sin embargo esta profesora cree que existen momentos que se pueden aprovechar para evaluar o calificar. Por ejemplo, cuando los estudiantes están realizando alguna actividad de forma independiente y en silencio. Pero si se va a hacer esto, hay que hacerlo bien… no se trata de estar con la cabeza agachada, y aislado de lo sucede en el aula. Ella sugiere ubicarse al lado de un estudiante que tiene dificultades para concentrarse y eventualmente levantarse y caminar por la sala para ver si alguien más necesita ayuda. Lo importante dice, es que aproveches gran parte del día laboral para eliminar la carga fuera de la escuela.
Aunque evaluar puede ser muchas veces abrumador, estos tips pueden ser de gran ayuda para optimizar el trabajo y disminuir la carga de una manera inteligente. “Hubo muchas ocasiones en las que me quedé tan atrás en mis calificaciones que tuve que dedicar fines de semana enteros simplemente para ponerme al día. Desde que uso estas ideas, mi carga de clasificación ha sido significativamente más manejable”, concluye Andrea.
Como ves, existen diversos mecanismos para optimizar el tiempo que profesores y educadoras dedican a la evaluación. Si este es tu primer año como profesor, no olvides que tu escuela es un lugar de aprendizaje para niños y profesores. En ella encontrarás a otros maestros que te podrán apoyar, porque el ejercicio de la docencia es en esencia un trabajo COLABORATIVO.
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