Para potenciar la relación padres-alumnos-profesores, el docente Antonio César Moreno ideó un proyecto para su clase de historia, centrado en el uso de Whastapp.
¿Cómo unir a padres, alumnos y una herramienta como Whatsapp para enseñar historia u otra asignatura como matemática, literatura, entre otras? Parece una combinación un poco compleja o quizás inverosímil, pero el profesor Antonio César Moreno tiene una propuesta válida e interesante. ¿Cómo surgió su idea? Con el fin de limar asperezas entre padres y profesores e intentar dejar de lado la visión negativa que se tiene del uso del celular en el aula, Antonio quiso diseñar una actividad en la que se pudiera, por un lado, involucrar a las familias. Por otro lado, aumentar la motivación de los alumnos y finalmente, convertir a Whatsapp en un aliado.
La metodología
Lo primero que hizo el docente fue enviar una circular informativa a los padres explicándoles lo siguiente: que la actividad era voluntaria, que los alumnos utilizarían su celular en clase (un día y una hora específica) y que además debían tener instalada la aplicación. Por otro lado, era indispensable aclarar que la colaboración de los padres antes y durante la actividad, era esencial.
Ahora bien, como muchos padres trabajan y quizás el horario que Antonio proponía no funcionaba, entonces se creó la figura del “asistente”. Básicamente, el asistente era un alumno que por X o Y razón no podía participar en la actividad, pero colaboraría al compañero que sí participaba.
La actividad
Los estudiantes debían preparar junto a sus padres un esquema-resumen de la unidad temática que estaban trabajando. Un día específico (acordado previamente), los alumnos llegaban con sus celulares a clase y le mandaban un mensaje por Whatsapp a sus padres diciéndoles “Padres, ya estoy listo”. Al recibir el mensaje, los padres tenían que mandar una foto del resumen que trabajaron en casa junto a sus hijos. Después debían enviar el mismo resumen al profesor para que él pudiera comprobar que efectivamente se había realizado el trabajo.
Más adelante, lo que debían hacer los estudiantes era contestar 10 preguntas que se suponía ya había evaluado antes. Los padres eran los encargados de hacer las preguntas a sus hijos, a través de la aplicación. Si el alumno no sabía la respuesta, era el padre quien le debía retroalimentar a su hijo. Las preguntas debían ser resueltas en un tiempo estipulado (lo que le daba aún más emoción a la actividad).
Cuando terminaban, seguía la evaluación. Los alumnos debían enviar capturas de pantalla de la conversación al correo electrónico del profesor.
El objetivo
1. Mejorar o potenciar la relación padres-alumnos-profesores mediante una actividad que requiere la colaboración de todas las partes.
2. Hacer protagonistas a las familias del proceso de aprendizaje de sus hijos.
3. Evidenciar que el uso del celular en la clase puede ser bueno si se aplica correctamente.
4. Aumentar la motivación de los estudiantes mediante el uso de una de sus aplicaciones favoritas.
5. Mejorar el aprendizaje de la asignatura mediante las TIC.
Sin duda una forma interesante de integrar a los padres en los procesos de aprendizaje y una idea genial para que los estudiantes se sientan motivados con la materia. Lo mejor, dice el profesor, es que esto se puede aplicar no sólo en la clase de historia, como lo hizo él, sino en cualquier otra asignatura. Es una actividad dinámica, versátil y muy acorde a las necesidades de los alumnos del siglo XXI.
¿Te animarías a hacerlo?
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