Linda Yaron, profesora y experta en mindfulness habla de su experiencia en la sala de clase y nos comparte algunas de las medidas que ella implementa para tener espacios académicos reflexivos y conscientes.
Existen muchas definiciones para “mindufulness”, pero en palabras simples, significa estar presente con el momento y las experiencias tal y como son. En la sala de clase, este concepto sirve como herramienta para nutrir cualidades que garantizarán su éxito, tales como el foco, la resiliencia, la curiosidad y la reflexión. Según Linda Yaron (profesora de la University Senior High en Los Angeles y experta en mindfulness), esta herramienta es una forma simple y perfecta de crear espacios poderosos en los cuales puedan acceder al aprendizaje desde el empoderamiento y la conciencia.
“Taylor, una de mis estudiantes, recientemente dijo que mindfulness realmente ‘me ha ayudado a crecer como persona y estudiante, al ayudarme a estar enfocada en estar presente en cuerpo y alma’”, dice la educadora al medio Ed Week.
La investigación
Algunas investigaciones aseguran que trabajar con mindfulness tiene incontables beneficios en la sala de clase, incluyendo el aumento de los niveles de atención, el autocontrol, las relaciones, la toma de decisiones, la reducción de ansiedad, depresión y rabia. Tiene, también, el poder de transformar salones y colegios en espacios de reflexión, mientras se forman estudiantes que pueden manejar los desafíos y las dificultades que les pone la vida.
Para construir un aula mindfulness, Linda sugiere…
1. Dar mensajes de reflexión y crecimiento
Esto significa aplicar la “mentalidad de crecimiento”, es decir, aquella que motiva al estudiante a creer en sí mismo. Hacerlo sirve para animar a los estudiantes a que se enfoquen desde la práctica, mientras descubren cuál es la raíz de su distracción. En lugar de sentirse culpables o avergonzados, esto les permitirá ser más curiosos y conscientes sobre lo que hacen y por qué lo hacen.
2. Ritual de pausas diarias
Empezar y finalizar las clases con algunas actividades colectivas de respiración, dice la profesora, ayudará a construir comunidad, resetear tu mente y la de tus estudiantes para descansar. También te permitirá enfocar sus mentes hacia una intención específica.
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3. Trabajar las emociones difíciles
Los estudiantes pueden aprender a explorar su relación con los desafíos y las grandes emociones y pueden darse cuenta de que aunque no puedan controlar la circunstancias externas, serán capaces de manejarlas para así acercarse a la vida con conciencia y curiosidad, y no con reactividad. Las técnicas guiadas que se pueden hacer para cumplir este objetivo son:
Parar: parar, respirar, observar y procesar puede ayudarles a detenerse por un momento y reflexionar antes de tomar decisiones impulsivas.
RAIN: en inglés, RAIN es la sigla para reconocer, aceptar e investigar emociones sin apego. El objetivo de hacer esto es permitir a los estudiantes que trabajen con sus emociones negativas sin dejarlas de lado, entendiendo que son parte de ellos y que éstas no definen quienes son.
Escanear el cuerpo: para que los niños puedan explorar en qué partes del cuerpo sienten ciertas emociones y darles el espacio y el tiempo para encontrarse con ella, procesarlas y aceptarlas.
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4. Un currículo reflexivo
Temas, textos y actividades centradas en el estudiante pueden ayudarles a examinar sus propias vidas e historias con conciencia. Abordar tópicos como la identidad, la toma de decisiones y la sanación es ideal para que ellos reflexionen con preguntas como: ¿qué cosas de mi pasado han formado mi perspectiva actual y mi forma de tomar decisiones?
Al mismo tiempo, incorporar actividades como la escritura narrativa ayuda a los estudiantes a valorar sus propias historias como vehículos transformadores que los han llevado hacia donde están. Según cuenta esta educadora, gracias a este tipo de actividades reflexivas, sus estudiantes están más concentrados y presentes a la hora de aprender con el corazón abierto. Una de sus estudiantes escribió:
“La meditación en la mañana, me ayuda a manejar la retroalimentación de una forma positiva para ser un mejor escritor”.
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Tips para escuelas
- Conectar las escuelas con organizaciones locales de meditación o mindfulness
- Ofrecer a los profesores desarrollo profesional de mindfulness
- Diseñar clases de mindfulness para estudiantes, familias y toda la comunidad escolar
- Diseñar salas de clases que sean perfectas para recargar energía, relajarse y sentirse presente
- Incorporar mindfulness en los programas escolares
“Aunque las situaciones de las escuelas, la cultura y las herramientas varían, una cosa es segura: los estudiantes necesitan ser educados para cultivar instrumentos que les permitan ser exitosos… Mindfulness es un vehículo poderoso para cultivar habilidades académicas mientras se construyen herramientas que les permitan enfrentar los desafíos que trae el ser adolescente. Esto hace que la inversión en construir prácticas de consciencia en la sala de clase valga la pena cada paso, o mejor, cada respiración”. Linda Yaron.
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