Muchos estudios han demostrado que moverse dentro del aula, tiene efectos positivos en el aprendizaje de los estudiantes.
Es muy común pedirle a los niños que se queden quietos. Esto sucede en la gran mayoría de las escuelas y en distintas partes del mundo. Es una especie de norma convencional que pocas veces se cuestiona. Sin embargo, hay cada vez más evidencia que prueba que las pausas y el movimiento son elementos esenciales en el los procesos de aprendizaje y por eso, algunas escuelas están integrando programas que fomentan el movimiento corporal de los estudiantes. Las escuelas de Emerson en Nueva Jersey lo hacen.
Brian Gatens, superintendente de estas escuelas afirma en The New York Times que es importante reconocer que los niños necesitan movimiento. Pedirles que estén callados y quietos todo el tiempo, es ir en contra de la naturaleza humana. “Caemos en la trampa de que si los niños están en sus escritorios con las cabezas agachadas y están callados y escribiendo, entonces están aprendiendo”, dice Gatens. “Pero lo que hemos encontrado es que el tiempo activo es necesario para vigorizar tu cerebro, hace que todos esos momentos de quietud sean mejores”.
Según la evidencia, su argumento tiene mucho sentido.
Por ejemplo, un reporte de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., concluye que los niños que son más activos “muestran más atención, tienen un procesamiento cognitivo más veloz y se desempeñan mejor en las pruebas académicas estandarizadas que los niños menos activos”. Otro estudio de la Universidad de Lund en Suecia evidencia, por ejemplo, que los estudiantes que tienen educación física todos los días tienen un mejor rendimiento académico. Jesper Fritz estudiante doctoral de esta misma universidad y principal autor del estudio y médico en el Hospital de la Universidad Skane, en Malmo, explica en The New York Times que justamente, “la actividad física diaria es una oportunidad para que la escuela promedio se vuelva una escuela de excelencia”.
Muchos otros expertos han explicado cómo la actividad física ayuda al cerebro de muchas formas. Por ejemplo, expertos de la Universidad de California aseguran que la actividad estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos cerebrales, esos vasos trabajan en sincronía con las neuronas y modulan el flujo de la sangre en respuesta a las necesidades momentáneas del cerebro, así que son claves.
“Los niños no deben estar sentados todo el día absorbiendo información”, dice Steve Boyle, cofundador de la National Association of Physical Literacy.
La explicación de Boyle se relaciona mucho con la afirmación de Gatens, el superintendente de las escuelas de Nueva Jersey quien hace énfasis en el movimiento como algo que hace parte de la naturaleza humana. Tal como lo sugiere Gatens, Boyle dice que ningún niño o adulto está hecho para estar estático y en ese sentido, exigir esto va en contra de lo que realmente necesitan. Enfocada en este tema, la asociación en la que trabaja Boyle ha diseñado una serie de videos de tres y cinco minutos llamados BrainErgizers. Éstos hacen parte de un programa diseñado para que los profesores hagan mover a sus estudiantes dentro del aula. Los videos tienen indicaciones enfocadas en diversas actividades físicas; éstas deben ser seguidas por los niños, y después hay ejercicios de relajación. Otras iniciativas han nacido. Por ejemplo GoNoodle, una plataforma que también ofrece videos para que los niños se muevan en la sala de clase. Con esta aplicación, ellos corren de un lado a otro, saltan obstáculos virtuales y siguen pasos de baile.
Podría pensarse que unos minutos de movimiento en el aula no tienen el mismo impacto que salir a hacer un deporte, sin embargo, aplicar esto a diario, en realidad sí puede hacer la diferencia.
Unos minutos al día pueden sumar media hora o una hora de movimiento extra a la semana. Esto no implica sacrificar demasiado y este movimiento permitirá optimizar el aprendizaje en la siguiente parte de la clase. En otras palabras, esta pequeña inversión de tiempo es un beneficio enorme para los profesores, pero también para los alumnos quienes se enfrentarán al proceso de una manera diferente.
Why Kids Shouldn’t Sit Still in Class, New York Times.
Estoy de acuerdo Unos cuantos minutos de movimiento corporal acelera el aprendizaje, , se puede aprovechar para repasar movimientos en un juego, saltar la cuerda, indicar las partes del cuerpo con música. Son muy entretenidos y aprenden al mismo tiempo.