En la escuela Weilenmann School of Discovery, los directores siguen en las aulas. ¿Cómo lo logran y cuáles son los desafíos de este modelo? Descúbrelo aquí.
Hay un detalle que hace que la escuela Weilenmann School of Discovery en Salt Lake City (Utah) sea diferente. Según cuenta en Edutopia la profesora Heather Wolpert-Gawron, este establecimiento, como muchos otros, es luminoso y tiene las paredes cubiertas con trabajos creativos de los estudiantes, sin embargo, algo cambia: la relación que tienen profesores y directores es distinta. En la escuela Weilenmann, el equipo directivo sigue trabajando al interior de las salas de clase. Según explica Cindy Phillips, directora de la escuela, la mayor contribución en un colegio es la enseñanza y la relación entre profesores y estudiantes. Por eso, ella y su equipo administrativo siguen siendo parte de eso. Esto incluye a el director de la secundaria, el asistente de ese director y el director de educación diferencial. Todos, dedican una parte de su día a dar clases.
Heather Wolpert-Gawron tuvo la oportunidad de conocer este establecimiento y cuenta que la directora y su equipo, efectivamente trabajan con otros profesores diseñando sus propias clases.
¿Qué es lo bueno de esto? Permitir que el equipo administrativo dicte clases, al menos en algunos periodos, según Jennifer Miyake-Trapp (asistente de profesor en la Universidad Pepperdine), tiene varios beneficios. Lo primero es que esto permite que los directores construyan su propia credibilidad como líderes demostrando que efectivamente ellos tiene experiencia dando clases, colaborando en iniciativas del currículo y promoviendo la cultura del aula que exigen en la escuela. Lo segundo es que a través de este modelos, los directores pueden construir una comunidad al participar abiertamente en los procesos reflexivos y compartiendo momentos de éxito en el aula y por supuesto, desafíos. Esto dice Miyake en Edutopia, crea una cultura donde la confianza es prioritaria. Tercero, seguir enseñando permite al equipo directivo seguir conectado con todo lo que sucede al interior de la escuela. Además esto disminuye la necesidad de buscar espacios para interactuar con los docentes lo que hace que el trabajo sea mucho más fluído. Por último, este modelo permite recargar baterías. La directora de la escuela explica que “no hay nada más asombroso que ir a la sala para enseñarle a esos estudiantes maravilloso después de hacer alguna labor exigida por el estado. Entras en esa habitación y le enseñas a algunos niños algo sobre su tema favorito; eso es simplemente increíble”.
Los beneficios son varios pero obviamente también hay desafíos.
El primero es el tiempo. Para los docentes el tiempo es limitado, pero algo similar le ocurre a los equipos directivos. Miyake-Trapp asocia este problema a la concepción tradicional del director como administrador. Esta visión dice ella en Edutopia, limita los roles que son híbridos y por esta razón, los tiempos permanecen protegidos y no se alteran. La directora de esta escuela admite que equilibrar ambos roles es complejo pero no imposible. Lo más importante es entender que si bien es un modelo que busca que el liderazgo sea transparente y transversal, hay momentos en lo que se deben tomar decisiones.
Lo más clave para adoptar este modelo es que las escuelas diseñen un calendario más flexible. Otro punto fundamental es permitir que los profesores desarrollen sus habilidades de liderazgo, pues de esta forma, si un director está enseñando, los profesores podrán tomar medidas y manejar problemas. Obviamente hay desafíos en implementar esta medida pero al final, los resultados son muy positivos tanto para el equipo como para los estudiantes quienes harán parte de una comunidad donde todos trabajan en equipo. Heather dice: “cuando una escuela se acerca a la misión de enseñar con creatividad y flexibilidad, como se ve en la Weilenmann School of Discovery, algo mágico puede suceder”.
When Administrators Keep Teaching, Edutopia.
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