Aunque los principales estudios en torno a este tema se publicaron por primera vez hace 20 años, hoy son más pertinentes que nunca.
Bradley Busch, psicólogo y director de InnerDrive, ha mencionado más de una vez cómo la investigación en psicología puede ayudar a los profesores en la sala de clase. En un artículo de The Guardian se centra específicamente en un tema de gran influencia que según afirma, todos los profesores deberían conocer. Se trata de la “mentalidad de crecimiento”, es decir, la idea de que la inteligencia no está determinada y puede desarrollarse a través del aprendizaje.
El tema no es nuevo y de hecho fue publicado en 1998 por Claudia Mueller y Carol Dweck de la Universidad de Columbia. Sin embargo, hoy más que nunca, es absolutamente pertinente. La investigación es la combinación de 6 estudios separados en los cuales niños entre los 9 y los 12 años resolvieron una serie de problemas a través del juego. Después de esto se les comentó que habían acertado en el 80% de las preguntas y fueron elogiados tanto por su inteligencia natural como por el esfuerzo realizado en cada tarea. Los investigadores reportaron posteriormente cómo se habían sentido los estudiantes y cómo se habían comportado en tareas posteriores.
6 hallazgos claves de la investigación
1. Los niños que fueron elogiados por su inteligencia escogieron labores posteriores que los hacía ver más inteligentes. Los niños que fueron elogiados por su esfuerzo, escogieron tareas posteriores que les permitieran aprender nuevas cosas.
2. Los niños elogiados por su inteligencia aseguraron haber disfrutado mucho menos las tareas realizadas, en comparación con los niños que fueron elogiados por el esfuerzo.
3. Los niños elogiados por la inteligencia fueron menos persistentes en las taras que los niños que fueron elogiados por su esfuerzo.
4. Los niños que fueron elogiados por su inteligencia no desarrollaron tan bien las tareas siguientes. Los niños elogiados por su esfuerzo desarrollaron mucho mejor dichas tareas.
5. La mayoría de los niños (86%) elogiados por su inteligencia preguntaron cómo le había ido a sus pares. En cambio, sólo el 23% de los alumnos elogiados por su esfuerzo, pidieron este tipo de retroalimentación. La mayoría de ellos preguntaron, en cambio, cómo podían mejorar.
6. Una cantidad significativa de niños elogiados por la inteligencia (38%) mintieron acerca del número de problemas que resolvieron. En cambio, sólo el 13% de estudiantes elogiados por su esfuerzo hicieron esto.
El impacto de la investigación
En el mismo artículo de The Guardian, Busch asegura que el impacto de la mentalidad de crecimiento ha sido estudiada por muchos en el mundo y la gran mayoría ha descubierto que este tipo de mentalidad está asociado directamente con los buenos resultados académicos. Algunas de estas investigaciones incluyen muestras significativas de más de 100.000 estudiantes. Aunque hay otras investigaciones que sugieren que la mentalidad de crecimiento no impacta de ninguna manera a los resultados académicos y otras mencionan que los resultados pueden estar atados a la casualidad, la mayoría de los investigadores que han puesto el foco en este tema, sugieren que la mentalidad de crecimiento tiene otros resultados positivos que van más allá del éxito académico. Por ejemplo, el aprender a lidiar con las transiciones, el tener una mayor autorregulación, coraje y comportamientos sociales saludables. También hay evidencia que menciona beneficios con respecto a la salud mental: se ha descubierto que aquellas personas que tienen una mentalidad de crecimiento son menos agresivas, tiene mayor autoestima y menos síntomas asociados con la depresión y la ansiedad.
La mentalidad de crecimiento en el aula
Busch afirma que la importancia de la investigación con respecto a la mentalidad de crecimiento radica principalmente en cómo se retroalimenta a los estudiantes. Claramente, según se ve reflejado en los hallazgos, cuando se les elogia a un alumno por su esfuerzo y sus estrategias, se le da una especie de plantilla de comportamiento. Específicamente, los investigadores afirman que los niños expuestos a la retroalimentación de inteligencia tienen más probabilidades de responder negativamente al enfrentar retrocesos en el rendimiento, contrario a los niños que son expuestos a una retroalimentación basada en el esfuerzo, quienes valoran más el aprendizaje sobre el rendimiento y por ende tienen menos probabilidades de desmoronarse al experimentar un bajo rendimiento.
Otra de las cosas que resalta el psicólogo es la importancia de no malinterpretar la mentalidad de crecimiento en el afán de adoptar el método. A veces, dice el experto, el mensaje se diluye y se centra en el esfuerzo o en el “cualquiera puede hacer cualquier cosa”. Sin embargo, la mentalidad de crecimiento va mucho más allá. Tener este tipo de mentalidad se basa principalmente en la creencia de que alguien puede aprender y mejorar, así que para fomentar en los estudiantes esta mentalidad, los profesores deben buscar desarrollar una cultura consistente de altas expectativas y retroalimentación de calidad. No es sólo aplaudir el esfuerzo, es crear todo un ambiente de confianza constante, de apoyo y de palabras que evidencien todos los días que más allá de los resultados, todos pueden avanzar y mejorar.
Research every teacher should know: growth mindset, The Guardian.
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