Basado en investigaciones que se han hecho alrededor del mundo, John Hattie propone un modelo de aprendizaje que podría ser la estrategia de aprendizaje más efectiva.
El neozelandés John Hattie es profesor y Director del Melbourne Education Research Institute, de la Universidad de Melbourne en Australia. Su trabajo ha sido muy relevante para muchos docentes, especialmente porque no se centra en aspectos generales de la enseñanza, sino porque concretamente sintetiza investigaciones (en su libro Visible Learning) que se han hecho alrededor del mundo para hacer un meta análisis que permita entender qué es lo que realmente sirve a la hora de enseñar. Hattie se ha dedicado a calcular el tamaño del efecto que tienen diversas técnicas de aprendizaje, desde subrayar, hasta el “aprendizaje basado en proyectos” y junto a su colega Gregory Donoghue, desarrolló un modelo que, aunque no es una receta definitiva, propone que una estrategia no es necesariamente mejor que la otra y que las diferentes estrategias, pueden ser efectivas en diferentes estados del ciclo de aprendizaje.
Modelos de aprendizaje
La forma como los estudiantes adquieren un conocimiento inicial y la manipulan, es una discusión muy frecuente entre educadores; algunos argumentan que los estudiantes necesitan aprender información básica antes de que puedan empezar a usarla. Otros dicen que los estudiantes aprenderán la información cuando sea necesaria para un problema o proyecto que están tratando de entender. El trabajo de Hattie y Donoghue se centra en esta discusión y sugiere que de hecho existen estrategias de aprendizaje que funciona bien en en un nivel superficial, otras que ayudan a consolidar ese aprendizaje superficial y otras que desarrollan y consolidan un aprendizaje profundo (tres fases).
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¿Y qué es exactamente el aprendizaje superficial y el aprendizaje profundo según ambos expertos?
Los autores describen el aprendizaje superficial como “estudiar sin reflexionar sobre un propósito o estrategia, aprendiendo muchas ideas sin necesidad de relacionarlas o memorizar hechos y procedimientos rutinariamente”. Con respecto al aprendizaje profundo, dicen que se caracteriza por “buscar significado, relacionar y extender ideas, buscar patrones y principios subyacentes, revisar pruebas y relacionarlas con conclusiones, examinar argumentos con cautela y crítica, y interesarse activamente por el contenido del curso”. Pero ellos no privilegian uno por encima del otro, contrario a esto aseguran que ambos funcionan juntos.
¿Cómo?
Cuando los estudiantes están adquiriendo su primer conocimiento sobre un tema, hay algunas estrategias de aprendizaje que parecen funcionar independientemente del área de contenido que se está trabajando. Organizar y resumir por ejemplo, puede ayudar a los estudiantes a dominar el contenido a nivel superficial.
Pero Hattie dice que para consolidar ese aprendizaje inicial, el esfuerzo y la práctica deliberada son fundamentales. En esta etapa entonces, serían especialmente útiles las estrategias de aprendizaje como las pruebas de práctica y dar y recibir retroalimentación. Para que la consolidación valga la pena, los autores enfatizan que la práctica no puede ser sólo “ejercicios y práctica”, sino que debe cambiar basándose en la retroalimentación. El punto de consolidación es mover el conocimiento superficial a la memoria a largo plazo.
Cuando se trata de adquirir un conocimiento profundo, dicen los autores, los estudiantes deben deliberadamente, activar el conocimiento previamente aprendido para después hacer relaciones y extensiones que van más allá de lo que se ha aprendido en una fase superficial. En esta etapa, de acuerdo a su modelo, el monitoreo, las estrategias metacognitivas y el trabajo en equipo, cobran una relevancia importante, además de escuchar a otros, discutir, encontrar formas de conectar, extender el conocimiento, auto cuestionarse y verbalizar.
Aprender en contexto
Hattie también hace énfasis en que todas las estrategias de aprendizaje deberían enseñarse en el contexto del contenido. Además dice que la clave de ese modelo, el cual incluye todas las estrategias, es saber cuándo aplicarlas y cómo ayudar a los estudiantes a desarrollar la capacidad de entender eso mismo. Otras de las cosas claves en el planteamiento de Hattie, es que él asegura que las fases (de la superficial a la profunda) a menudo pueden aplicarse de manera no lineal. Un ejemplo podría ser: un estudiante está haciendo un proyecto bajo un tema de interés y al profundizar en el aprendizaje descubre algo de lo que no sabía nada, entonces quizás necesita una comprensión superficial de ese tema para seguir adelante con su proyecto.
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Profesionalismo
El modelo de Hattie se centra mucho en el profesionalismo del docente. Cuando un profesor puede identificar dónde está el estudiante en el ciclo de aprendizaje y es capaz de sugerir algunas estrategias que podrían funcionar bien en ese momento, el impacto puede ser contundente.
Hattie también es partidario de hablar con los estudiantes sobre las etapas del aprendizaje para que ellos mismos puedan empezar a usar el lenguaje y reconocer las estrategias que funcionan según el punto donde están. A menudo los estudiantes siguen utilizando estrategias ineficaces porque no conocen otras o no son conscientes de que las que están utilizando, en realidad no son los más eficaces. Lograr eso, será el logro que permitirá tener no solo alumnos que aprenden más, sino alumnos que se siente dispuestos, motivados y capaces.
“Nuestro argumento es que aprender puede conducir a mejores habilidades, disposiciones, motivaciones y entusiasmo que se pueden reinvertir en el aprendizaje, y puede llevar a los estudiantes a establecer estándares más altos para sus criterios de éxito. Cuando la habilidad, la voluntad y la emoción se superponen, esto debe considerarse un bono; Desarrollar cada uno es un resultado valioso de la educación en su propio derecho”.
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