Es común tener conflictos dentro del aula, pero estos pasos te ayudarán a seguir una pauta ante una situación de frustración.
Resulta muy complejo tratar la frustración, más aún dentro del aula, ya que genera convive con otras emociones como impotencia, rabia y tristeza, entre otras. ¿Cuándo aparece?, Generalmente, cuando los/as estudiantes no tienen las herramientas para gestionar una situación que no se da como ellos/as pensaban.
Esto puede verse cuando ciertas expectativas –personales o académicas– no se cumplen y cuando otra persona tiene una opinión que es contraria a la nuestra, entre otras ocasiones.
Para gestionarla, se deben contar con recursos y estrategias sencillas, para ponerlas en práctica y solucionar posibles situaciones de conflicto. Por ello, aquí te dejamos 3 consejos para manejarla:
1. ¡La empatía como base!
Siempre es importante trabajar la empatía en clases, si los estudiantes no entienden qué y cómo es ponerse en el lugar del/la otro/a, no se podrá lograr una solución a ningún conflicto. Ante una situación que genera frustración, la empatía nace como punto de reflexión.
Practicar la empatía a través de juegos dirigidos por el/la docente, siempre es una buena alternativa para trabajar diariamente en el aula.
2. ¡El uso de lenguaje positivo!
Es necesario que los/as docentes utilicen un lenguaje positivo, que sirva de modelo para sus estudiantes. La habilidad para aprender es cambiante (neuroplasticidad cerebral). Por consiguiente, si un alumno/a fracasa en alguna tarea, no significa que esté todo perdido.
Siempre se puede mejorar con esfuerzo, motivación y un lenguaje positivo, que haga ver que todos/as son capaces de superarse. Esto sucede cuando, por ejemplo, un estudiante saca una mala calificación después de mucho estudio. Es ahí donde debe estar la presencia docente.
3. Enseñar técnicas de relajación
Las emociones negativas deben estar bajo control. Por ello, si la frustración aparece, el/la estudiante no podrá desarrollarse de forma normal dentro del aula, no se entenderá con sus compañeros/as y responderá de mala manera, entre otras reacciones.
El alumnado frustrado no podrá establecer empatía, ni un pensamiento positivo, y mucho menos una solución. Es necesario enseñar a los estudiantes a bajar el nivel de intensidad de sus emociones a modo de juego y mediante técnicas que sirven para la meditación.
Algunas técnicas de relajación son: respiración pausada, mindfulness, alejarse de la situación conflictiva, cerrar los ojos y pensar en lugares relajantes, pensar en algo que genere un pensamiento positivo inmediato, así poder resignificar la situación y tener mejores herramientas para superarse.
¡Sencillas técnicas que seguro alejarán la frustración de tu sala de clases!
excelente,todo docente en cualquier nivel o rama debe aplicar r esta tecnica