La gimnasta estadounidense marcó una diferencia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, al sincerarse sobre su salud mental y hacer un llamado a la empatía.
Simon Biles es una de las gimnastas más laureadas actualmente. Tiene más de 25 medallas ganadas en campeonatos mundiales y con sus diversos logros deportivos, ha revolucionado el mundo de la gimnasia artística. Sin embargo, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, fue reconocida por algo más: hablar sobre la salud mental de los deportistas.
"Simplemente no confío en mí tanto como antes. No sé si es la edad. Siento como si no me divirtiera tanto. Tenemos que pensar en nosotros mismos, porque también somos humanos", afirmó la estadounidense entre lágrimas, al anunciar que se retiraba de la final por equipos de gimnasia. Sus palabras, abrieron una profundo debate en el mundo deportivo, pero se trata de una discusión que también hay que llevar a las salas de clase.
Aquí dejamos algunas lecciones que nos ha dejado Simon durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2021:
1. ¡Sincerarnos sobre cómo nos sentimos!
"Cuando entro en la alfombra somos mi cabeza y yo. Trato con los demonios que hay en mi cabeza. Después de la actuación que hice, no quería seguir. Tengo que centrarme en mi salud mental. Creo que la salud mental está más presente en el deporte ahora mismo. Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos", fueron parte de las declaraciones de la gimnasta durante su conferencia de prensa.
Antes de eso, la Federación Estadounidense de Gimnasia había anunciado que Simon no se encontraba bien y que iba a salir de las competencia por "razones médicas". Pero la gimnasta quiso explicar cómo se sentía. Lo que hizo, debe ser un ejemplo que se debe considerar en distintos aspectos de la vida: transparentar los sentimientos y darle la importancia debida a la salud mental.
2. Siempre lo podemos volver a intentar
A pesar de su anuncio del retiro en las actividades en equipo de gimnasia, Simon decidió participar en la competencia de barra, donde terminó llevándose la medalla de bronce. Tras ganar, aseguró que esa victoria se sentía mucho más potente que la que alcanzó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, justamente porque en Tokio le tocó asumir –públicamente– que no se encontraba bien mentalmente.
"En la barra el trabajo es fácil. Siempre he podido hacerlo. No pude salir en ninguna otra final, pero pude competir por equipos. Bueno, el único salto que hice fue genial, pero luego, a partir de ahí, fue como ir día a día y ver cómo iba. Para las demás finales, física y mentalmente no era seguro que pudiera hacer las dificultades sin poner en peligro mi salud y mi seguridad", reiteró.
3. No está mal pedir ayuda
"Tuve que ser evaluada médicamente todos los días y luego tuve dos sesiones con un psicólogo deportivo del equipo, pero he estado entrenando la barra todos los días. Ha sido una semana muy larga, han sido cinco años muy largos", contó la gimnasta tras ganar la medalla de bronce en barra de equilibrio. De esta forma, Simon hizo público cómo fue parte de su proceso –uno en el que debe continuar trabajando– para poder retomar la competencia tras su quiebre mental.
Además, la gimnasta aprovechó su alcance como figura deportiva para hacer un llamado a la empatía. "Sé que algunos de nosotros estamos pasando por las mismas cosas y siempre se nos dice que lo superemos, pero todos somos mayores ya y podemos hablar por nosotros mismos. Al fin y al cabo, no somos un simple entretenimiento, somos humanos y hay cosas que suceden entre bastidores que también intentamos compaginar con el deporte", reflexionó.
De esta forma, Simon dejó una gran lección que va mucho más allá del ámbito deportivo.
Es un análisis acertado. Hay unas señales que nos indican que hay que darle atención a esa persona: escuchar.