Algunas temáticas como ciberacoso, cambio climático, racismo y pandemias, pueden invitar a desarrollar la metacognición y tener un impacto más allá de las aulas.
Según Maurice J. Elías, profesor de psicología y Director del Laboratorio de desarrollo socioemocional y del carácter de Rutgers, algo clave para desarrollar las habilidades del siglo XXI, es invitar a los estudiantes a pensar en soluciones para problemas que no tienen respuestas correctas o concisas. ¡Y lograrlo a través de la metacognición!
El docente, escribe en un artículo publicado en Edutopia, que actualmente son muchos los contenidos que invitan a buscar soluciones y reflexionar, sin la necesidad de tener la respuesta correcta. Lo clave, es desarrollar la capacidad crítica. Algunas de las temáticas son: ciberacoso, cambio climático, racismo y pandemias, entre otras.
En ese sentido, para Maurice, la metacognición cobra un sentido importante en la sala de clase, especialmente si se considera que se trata de “pensar y manejar pensamientos, experiencias y lo que dicen los sentidos”. De esa forma, esta conciencia de los propios procesos de pensamiento, se puede desarrollar en todos los niveles.
Para desarrollar la metacognición en todos los niveles, solo se necesitan preguntas
"La estrategia de cuestionamiento funciona tan bien en los primeros grados como en los grados superiores (...) Además, tener una estrategia metacognitiva que se pueda aplicar a todas las situaciones académicas, sociales y emocionales ayuda a los estudiantes a sentirse empoderados, seguros y creativos. Y contribuirá, en gran medida, a prepararlos para abordar problemas difíciles en el presente y los problemas futuros que ni siquiera podemos imaginar", escribe Maurice.
En tanto, el profesor considera que estas son algunas de las fases y preguntas que pueden ayudar para que la metacognición esté presente en cualquier nivel y para enfrentar cualquier problema.
1. Seleccionar un enfoque:
- ¿Cuál es el problema?
- ¿Cuál es la pregunta?
2. Recopilar información e investigar:
- ¿Qué sabemos?
- ¿Que necesitamos saber?
- ¿Qué es similar y qué es diferente?
3. Trabajar en una lluvia de ideas:
- ¿Cómo podemos resolver el problema?
- ¿Existen diversas soluciones?
- ¿Qué podemos hacer desde nuestra comunidad?
4. Evaluar factibilidades:
- ¿Cuál es la mejor manera de resolver este problema?
- ¿Tiene sentido y es posible?
5. Planificar y actuar:
¿Qué hacemos primero?
¿Esto funciona?
6. Reflexionar y revisar resultados:
- ¿Funcionó?
- ¿Qué cosas hay que mejorar?
- ¿Hay que volverlo a intentar?
Todas las preguntas son ejemplos básicos y la invitación que deja Maurice es adaptar a cada edad y necesidad de la comunidad escolar, para lograr que la metacognición esté presente en todos los niveles y alcance un impacto que vaya más allá de la sala de clases. .
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