Al sur de Chile, desde el contacto con la naturaleza y el apoyo a las comunidades locales, en zonas aisladas o rurales, las comunidades educativas están desarrollando innovación en las salas de clase. Es lo que hicieron los 10 ganadores de Elige Innovar 2022. ¡Te invitamos a conocerlos!
En la XI Región, en Puerto Aysén, está la Escuela Litoral Austral, una de las 10 ganadoras de Elige Innovar 2022. Enclavada en lo que los locales llaman una isla geográfica, debido al difícil acceso a la ciudad. Ese hecho ha levantado una premisa falsa: que sus estudiantes no están a la par de otros establecimientos.
Patagones directo a las estrellas: proyecto ganador de la categoría “Imaginación Digital”
Marcel Barrientos es profesor de Educación General Básica en la escuela y uno de los impulsores para dar vuelta esa idea. Junto a las docentes de Educación Básica y Educación Diferencial Jessica Aravena y Ana Rojas, desarrollaron el programa "Patagones directo a las estrellas”, con el objetivo de sacar a sus alumnos de ese sitio aislado, lluvioso y rodeado de montañas y demostrar que son iguales a cualquier otro alumno.
La marraqueta bajo el brazo
Marcel diseñó un taller de tecnología para que los estudiantes desarrollen habilidades que les muestren un camino vocacional. “Que de pequeños puedan salir con una pequeña marraqueta bajo el brazo, por ejemplo saber hacer video. Es como convertir una escuela en un técnico profesional”.
Su idea es que los estudiantes entiendan el beneficio que les da saber de computación o modelar en 3D. “Les amplía el horizonte y elimina las barreras porque pueden hablar con niños de otros países gracias a un proyecto internacional en el que nos metimos con niños de México, Colombia y Estados Unidos. Ahí los chicos se iban empapando de las tecnologías y vieron que podían tener metas más altas”, dice Marcel Barrientos.
Esas experiencias junto al taller de Marcel, han permitido a los alumnos cambiar su mentalidad y ver las ventajas y posibilidades que tienen, “que se sientan a la par de cualquier otro niños de cualquier escuela de Chile o del mundo y con herramientas que les permitan ir hasta las estrellas. Deben entender que estar en una isla geográfica no significa que no puedan llegar a la NASA con trabajo duro”, afirma el profesor Barrientos.
Tecnologías en el aula
Esta escuela de 20 años de antigüedad, está ubicada a dos cuadras de la carretera principal que lleva a Coyhaique en la ribera sur de Puerto Aysén. Se encuentra en una zona muy verde debido a la lluvia y la cercanía con el mar. Tiene 515 niños, 14 cursos y 35 docentes. Allí se trabaja en aulas temáticas como la sala de informática o de computación, pero el sitio es pequeño entonces faltan aulas de tecnología y laboratorios más amplios.
A pesar del espacio, los alumnos se las arreglan y usan los pasillos techados para trabajar con realidad aumentada o el metaverso para colgar sus módulos lunares con modelado 3D, de esa forma todas las escuelas que comparten ese espacio virtual ven lo que hacen.
Marcel tardó dos años en implementar el taller al que llegan 120 alumnos con habilidades orientadas hacia la tecnología. “Estos niños ya están metidos en el modelado 3D y el próximo año será la impresión 3D, lo que nos demora son las pocas horas de Tecnología”. Ahora tiene dos talleres, por un lado trabajan en el desafío del metaverso y con el otro, ven innovación y exploración de nuevas tecnologías. Allí aprenden programación, modelado 3D, stop motion y realidad aumentada.
La forma de trabajo es simple, el profesor Marcel les pide completar un objetivo y resolver un problema. Por ejemplo: elaborar un trofeo para la carrera de autos reciclados de la escuela. ¿Cómo lo logran? Dependerá de las habilidades que van desarrollando, la consulta a los compañeros tutores de sexto básico y lo que se muestra en la pizarra. “Uno modela y el resto va haciendo por descubrimiento. Se liberan porque saben que pueden hacer control Z. Consultan a compañeros con más experiencia y comprenden cómo resolver problemas”, explica Marcel.
Eligieron innovar
Marcel y el equipo se emocionaron al saber que eran uno de los 10 ganadores de Elige Innovar: “el objetivo es beneficiar a los niños y sabemos que vamos a poder escalar el proyecto e impactar en otras escuelas de la comuna y la región donde queremos compartir nuestras experiencias”.
A ellos el premio les permitirá tener un laboratorio de fabricación para dar más herramientas a los estudiantes para generar habilidades y un sustento. Además, quieren enfocarse en el Programa de Integración para que Ana María, una estudiante del PIE, salga con herramientas bajo el brazo que le permitan desarrollarse y destacar.
“Si pudieran trabajar desde educación inicial con herramientas de tecnología llegarían a sexto con mucho más conocimiento. Ojalá poder ir a otras escuelas con los materiales, la impresora 3D, los lápices de modelado 3D o el kit de programación que abre posibilidades en robótica. Eso les muestra una gama de profesiones futuras y les permite hacer un negocio”, dice Marcel.
Robótica aplicada e impresoras 3D en un contexto rural: proyecto ganador de la categoría “Imaginación Digital”
Una planta que se riega sola
Otro establecimiento del sur y ganador de Elige Innovar 2022, también se ha dedicado a la robótica y la impresión 3D, pero en un contexto rural. Se trata del Liceo Bicentenario Padre Nicolás, de la comuna de Vilcún en La Araucanía. Te invitamos a conocer cómo hace innovación este colegio de 400 alumnos que funciona en modalidad internado.
El profesor de Mecánica Matías Rebolledo junto a los docentes Nicolás Araya, Claudia Medina y Adriana González, desarrollaron el programa “Robótica aplicada e impresoras 3D para un contexto rural”, para trabajar el pensamiento divergente de los estudiantes, tomando en cuenta distintas alternativas de solución y permitir así diálogo y trabajo con otros.
Uno de los proyectos desarrollados por los alumnos es un sistema automático de riego basado en placas Arduino, pensado para aportar a la agricultura que es el principal sector económico de la zona. “Creamos un sensor de humedad que recibe una señal y envía la información a un relé, éste hace que la corriente circule y active una mini bomba que entrega agua a la planta cuando los niveles de humedad están bajos”, explica el profesor Matías.
El prototipo fue diseñado por cinco alumnos de primero, segundo y tercero medio para una suculenta, que llevó al colegio el estudiante Fernando Parra de primero medio. La planta está en una sala dentro de un macetero impreso en 3D por los alumnos y fue bautizada como Tita. Su objetivo ahora es pasar el prototipo a un formato a gran escala e implementarlo con un sistema de captación de aguas lluvia en una huerta de cuatro metros cuadrados. Esa fue la motivación de Matías para postular a Elige Innovar “con este premio queremos que tenga más precisión”.
El taller extraescolar
Al taller extraescolar de Matías asisten siempre Fernando, Miguel, Betania y Adolfo que se queda internado toda la semana. Van los viernes después de clases por voluntad propia a trabajar en la sala de innovación entre las 14:00 y las 15:30 horas en los proyectos de riego automático y de sensor de gas metano.
Ellos empezaron trabajando con placa Arduino y con el tiempo adquirieron robots para competir. La semana pasada fueron a Quinteros y obtuvieron el segundo lugar en Make X, una competencia nacional en la que debían fabricar un robot que lanzara pelotas. El colegio subvenciona los materiales y Matías hace gestiones e investiga las tecnologías, gracias a eso se han vinculado con otros establecimientos de la zona y han hecho talleres en la Universidad de la Frontera.
En el taller los estudiantes han aprendido a cargar códigos en la placa Arduino para que realice una acción bajo determinadas condiciones, a trabajar y construir equipos, a mejorar su comunicación, a solucionar problemas y a ser perseverantes. Además, se han capacitado en geometría, electrónica, mecánica, resistencia de materiales y cálculo matemático para dar instrucciones a través de códigos al computador.
Zona rural
Matías y los estudiantes dicen que está bien si los proyectos se vinculan con el territorio, en su caso Vilcún que es una zona rural apartada, aunque no es lo principal. Su objetivo es avanzar en tecnología y saber qué está de punta. Gracias a eso es que han logrado equipar tan bien la sala de innovación.
El espacio tiene luces para trabajar, mobiliario móvil, una pared que se usa como una gran pizarra para planificar y dibujar y un panel interactivo que funciona como pantalla a la que se conectan hasta cuatro alumnos en simultáneo desde su computador, para que Matías vea lo que están trabajando. Hay impresoras 3D y una impresora de resina. Tienen placas Arduino, un kit de autos, robots para competencias, escáner 3D, un computador que se puede ver con lentes 3D y seis computadores para dibujar.
Cuando supieron que eran parte de los 10 ganadores se emocionaron por el trabajo que significó la postulación para Matías y el profesor Diego, que debieron quedarse después de clases y trabajar en sus casas para completarla.
“Nos va a ayudar a llevar ideas, elaborar un presupuesto… todo lo de la parte administrativa escolar y cómo hacer que los estudiantes se vinculen al proyecto, y por supuesto nos entrega recursos para adquirir los materiales que necesitamos para ampliar el sistema de riego”, dice Matías.
Mecánicos en Acción: una experiencia de Aprendizaje en Servicio: proyecto ganador de la categoría “Innovación transformadora”
Aprendizaje al servicio de la comunidad
En el sector de Pueblo Nuevo en Temuco, el Liceo Politécnico Pueblo Nuevo es otro de los ganadores de Elige Innovar 2022, por su estrategia educativa basada en aprendizaje activo y situado que promueve la relación de los estudiantes con el territorio. ¡Mira cómo lo hicieron!
Marcelo Cofré, jefe de la especialidad Mecánica Automotriz de este liceo técnico profesional, desarrolló un programa llamado “Mecánicos en Acción: una experiencia de Aprendizaje en Servicio”, junto a los docentes Viviana Antilef, Cesar Poblete, Abner Vera y Oscar Berger.
La serviteca
El liceo tiene 40 años y 1100 estudiantes que eligen las especialidades técnicas de Telecomunicaciones, Administración de Empresas y Mecánica Automotriz. En esa última se creó un taller mecánico —una serviteca— a la que pueden asistir las personas de la comunidad y llevar los vehículos para mantención y servicios de forma gratuita.
Las familias que llegan no tienen recursos para revisar su vehículo o hacer un escáner pero en la serviteca del liceo les dan una solución. Por eso el taller es tan importante para los vecinos y tan satisfactorio para los estudiantes.
En la serviteca trabajan 20 alumnos de cuarto medio, algunos de tercero y uno de octavo básico que quiere estudiar mecánica, “lo incluimos para que se motivara”, dice Marcelo. Los estudiantes atienden los miércoles de 16:00 a 18:00 horas y tres días a la semana en la clínica.
La idea surgió después de la pandemia cuando el liceo se unió con la junta de vecinos para que tres cursos trabajarán en la sede social. “Se creó un vínculo con la comunidad y lo quisimos recuperar con Mecánicos en Acción”, afirma Marcelo Cofré.
Partieron viendo las necesidades internas del establecimiento y atendiendo los vehículos de los funcionarios, después generaron un taller itinerante en convenio con Easton Mall para hacer una clínica a través de Aprendizaje Basado en Servicio donde atendieron al público que llegaba al centro comercial, y finalmente crearon la serviteca en el establecimiento.
Foco en los alumnos
Marcelo dice que ahora deben preparar a los alumnos de tercero medio para continuar el próximo año un taller que con los meses ha ido creciendo. “Lo estamos remodelado con un acceso nuevo para que sea más fácil llegar y que los clientes no tengan que transitar por el establecimiento”. Antes debían pasar por un pequeño patio pero ahora abrieron un acceso por la Avenida Robecindo Ortega.
Este docente busca que los alumnos desarrollen diversos roles para así dividir el trabajo. “Queremos que participen de distintas instancias: frenos, motor, sistema eléctrico… que puedan ejercer todas la labores para que cuando egresen decidan en qué área enfocarse”.
Su foco entonces son los estudiantes y el futuro que puedan tener como mecánicos automotrices, por eso sintieron tanta emoción al saber que habían ganado. “Nuestro trabajo es por los estudiantes, para darles mayores instancias de aprendizaje. Que seamos reconocidos es muy emocionante, tuvimos ganas de llorar, porque sabemos que hemos impactado en ellos. Los estudiantes son los primeros que te dan el reconocimiento”, dice Marcelo.
Para el profesor este premio va a potenciar la motivación, ya que lo ven como un incentivo a seguir. “Nos da una instancia de mejora y reflexión, a lo mejor podemos ampliar a más estudiantes o más horas y con más difusión a la comunidad que es la mayor beneficiaria; nos va a ampliar los horizontes para que los estudiantes sigan trabajando y formándose, son ellos los principales actores”.
Otro de los incentivos para Marcelo es el reconocimiento nacional. “Que se te reconozca a nivel nacional es grandioso porque estas instancias motivan a muchos profesores y colegios a seguir innovando”.
El vínculo entre las emociones y la naturaleza
El cuarto establecimiento del sur que resultó ganador de Elige Innovar 2022 es la Fundación Educacional Colegio Quellón, ubicado en los límites rurales de la comuna de Quellón, en la Isla Grande de Chiloé. ¿Quieres saber cómo hacen innovación?
Allí el profesor de Biología Camilo Rojas, junto a las docentes de Historia y Educación Básica Ana Arjel y Josefina Miranda desarrollaron el programa “BIEN-AUSTRAL: promoción del bienestar en contacto con la naturaleza”. Su objetivo fue vincular la educación ambiental y emocional de manera dinámica y consistente.
Lo hicieron porque durante y después de la pandemia notaron que había una fuerte necesidad emocional en los estudiantes, reflejado en el diagnóstico integral de aprendizaje: al preguntarles a los alumnos, por ejemplo, si se sentían importantes, decían que no.
“Vimos una necesidad respaldada por datos y conversaciones con ellos: profe me siento mal, no me escuchan, no importo. Tenían necesidad de ser oídos”, dice Camilo. Mientras se daban esas conversaciones, él se encontró con un paper que explicaba cómo la naturaleza ayudaba a la sensación de trascendencia. “Busqué otros artículos y todos decían que el contacto con la naturaleza aumenta tu sensación de colectividad, de no estar solo. Entonces dijimos por ahí podemos hacer algo”.
Junto con eso, Camilo notó que en sus estudiantes se daba un fenómeno llamado extinción de la experiencia al no reconocer las especie que habitan su entorno “y eso repercute en su conservación. Les preguntaba por los árboles o pájaros y no sabían cómo se llamaban, no podían nombrar lo que veían. Tampoco visitaban parques nacionales ni conocían los sitios de naturaleza que están a 10 minutos de la escuela”.
Descubriendo el entorno
Este pequeño colegio de 300 alumnos está en un sector semi rural en el límite de la zona urbana e industrial, y tiene un bosque vecino que las anteriores generaciones del colegio utilizaban mucho. Ana Arjel, profesora de Historia y exalumna, recuerda que de pequeña iba al bosque a almorzar o cuando hacía scout.
Sin embargo, los actuales estudiantes no lo aprovechaban y tampoco utilizaban los patios. Con el inicio del programa Camilo notó rápidamente que había más interés por el entorno y el estar en contacto. Ahora lo ocupan para hacer clases y de a poco lo han ido conociendo. “Primero revisamos los senderos que estaban cubiertos de quila, tuvimos que despejar y a partir de ahí lo empezamos a incorporar a nuestras actividades”. De esa forma, en el taller de medio ambiente estudiaron las especies que lo habitan y con el electivo de Biología marcaron los senderos. Últimamente han salido a conocer y reconocer especias nativas.
En esas experiencias han participado alumnos de quinto y segundo básico y los electivos de tercero y cuarto medio. “Nuestra idea es que al final de la implementación todos los cursos puedan salir y desarrollar actividades enfocadas al reconocimiento y conocimiento de especies, pero también en el reconocimiento de ellos mismos, conectarse con ellos a partir de la conexión con el entorno”, explica Camilo.
Aprendizajes en la naturaleza
Además han visitado la playa Chaiguao para articular aprendizajes como la promoción de un estilo de vida saludable desarrollando actividad física en un espacio natural o el tratamiento de sus residuos. En electivo de Ecosistema han hecho avistamiento de aves y especies vegetales.
Esas salidas dieron origen a la feria de aves y polinizadores. Ese día los alumnos presentaron un mapa con los puntos de avistamiento y conversaron con fotógrafos de Chiloé, Quellón, Castro y Chonchi que expusieron sus fotos y hablaron de lo importante que es preocuparse por quienes habitan el entorno con los estudiantes. La comunidad educativa también presentó sus propias imágenes.
Camilo dice que los alumnos han desarrollado la curiosidad. “Se acercan y preguntan por las aves o las especies que ven. También ha servido para relacionarse mejor con otros, por ejemplo se juntó tercero y cuarto medio y resultó que jóvenes que no se hablaban empezaron a compartir hasta la colación. Después de las intervenciones se ven más relajados, a veces llegan atareados pero se van en paz”.
La importancia de la innovación en el aula
Para Camilo el premio Elige Innovar respalda que están haciendo bien las cosas. “Nos ha costado y la hemos tenido que pelear porque no le tomaban el peso, entonces la validación externa permite decir miren lo que hacemos, hay que trabajarlo más”. Para el profesor también significa una renovación de energías. “A veces te preguntas si tiene sentido, si sirve o si mejor seguimos haciendo las clases como los demás… esto da energía y nos dice sí dale, sigue”.
Camilo dice que se puede hacer innovación en educación, pero deben cumplirse dos aspectos: condiciones institucionales, una escuela que dé espacio y tiempo para innovar, planificar, levantar ideas y a buscar información; y los docentes tienen que querer hacerlo porque “es fácil encontrar una fórmula que funciona y quedarte ahí, pero como profe tienes que investigar, ver qué se hace y ser autocrítico porque lo que es bueno para ti quizá no lo es para los estudiantes”.
En la misma línea del trabajo personal que hay detrás de la innovación, Marcel Barrientos de la Escuela Litoral Austral, dice que “como docentes debemos ser competitivos con nosotros mismos y establecer metas más que sueños y esa actitud entregarla a los niños. El agobio laboral es importante, pero es importante también enseñar a ser mejor, aprender de los errores y tener modelos a seguir”.
Coincide con aquello Marcelo Cofré del Liceo Politécnico Pueblo Nuevo. “Hay que partir por iniciativa propia de estudiantes y docentes y a medida que se va desarrollando y se comunica al sostenedor, se pueden lograr grandes proyectos”.
Matías Rebolledo del Liceo Bicentenario Padre Nicolás, señala que hay poco tiempo y espacio para hacer innovación y que mejoraría si existiera un equilibrio entre la teoría y la práctica. “Cuando el estudiante ejecuta una acción tiene emociones y ahí realmente aprende”.
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