Con un enfoque social, Felipe Valdivia usa la música para fomentar la expresión socioemocional y el pensamiento crítico en sus estudiantes, preparando a los jóvenes para los desafíos de un contexto marcado por la vulnerabilidad socioeconómica y la diversidad cultural.
Felipe Antonio Valdivia, se desempeña como profesor de música en la Escuela Carlos Condell de la Haza D-57, situada en la comuna de Estación Central, Región Metropolitana. Fue estudiante de la Universidad Alberto Hurtado, donde comenzó sus estudios y luego continuó trabajando en lugares vulnerables de Santiago, con altos índices de pobreza y desigualdad social. Ejercer la docencia y acercar el arte a estudiantes en ese tipo de contexto, es un desafío que vive a diario.
Apenas los estudiantes se acomodan en sus sillas para la clase de Música, Felipe realiza una dinámica de análisis de letra de canciones populares. Escoge una canción de moda, la reproduce y guía a los estudiantes en una discusión sobre el mensaje de la letra. Les plantea preguntas como: “¿Qué cree que el artista quiere comunicar?” y “¿Cómo se relaciona la canción con sus propias experiencias?”, son algunas de las preguntas que buscan generar un ambiente de respeto e intercambio de opiniones.
De esta forma, el docente ha llevado a cabo proyectos innovadores que fomentan la composición e improvisación musical. Bajo su dirección, los estudiantes han tenido la oportunidad de visitar escuelas, universidades, estudios de grabación, y participar en concursos artísticos. Este enfoque ha permitido a los alumnos colaborar con reconocidos músicos nacionales como Claudio Narea de "Los Prisioneros", la banda "Sinergia" y "Los Jaivas".
Un enfoque intercultural y sostenible como proyecto educativo
Con una matrícula de 990 estudiantes en su establecimiento educativo, este docente se distingue por su enfoque intercultural y su compromiso con el desarrollo ambiental. Ahí utiliza la música popular latinoamericana para ayudar a los estudiantes a identificar y valorar elementos de sus propias culturas. Un ejercicio que no solo fortalece el sentido de pertenencia y la identidad cultural, sino que también enriquece el aprendizaje musical en una comunidad diversa que incluye a estudiantes con discontinuidad de estudios y aquellos que aún no dominan el español.
Junto con eso, desarrolla un proyecto de canciones sobre cambio climático, donde los estudiantes componen y presentan canciones en eventos escolares, fomentando la conciencia ambiental. Asimismo, los alumnos crean instrumentos reciclados utilizando materiales reutilizables y los incorporan en sus presentaciones, promoviendo la sostenibilidad.
“Los estudiantes mantienen diarios de aprendizaje musical, realizan autograbaciones y análisis de sus interpretaciones, participan en sesiones de reflexión grupal, y llevan a cabo evaluaciones de pares con retroalimentación constructiva”, reflexionó el docente sobre las actividades que realiza en sus clases, que ayudan a los estudiantes a desarrollar una mayor conciencia sobre su propio proceso de aprendizaje.
Otra arista que fomenta es la expresión emocional a través de la música. Los estudiantes crean melodías basadas en temas emocionales como la tristeza o la alegría, y comparten estas composiciones con sus compañeros. “Este ejercicio les permite no solo expresar sus propios sentimientos, sino también aprender a interpretar y respetar las emociones de los demás”, indicó el docente.
Todo su trabajo se ha traducido en el aumento de la asistencia a clases al 90%, gracias al compromiso generado por las actividades colaborativas. “El enfoque en la expresión emocional y los debates ha fortalecido las competencias socioemocionales, promoviendo la empatía y la cohesión en el aula”, explicó el docente.. Actualmente, Valdivia está desarrollando un proyecto para formar una Big Band estudiantil, con el apoyo de la comunidad y de entidades municipales.
Así, Felipe Antonio Valdivia, continúa demostrando que la música es una herramienta poderosa para el desarrollo integral de los estudiantes. Su trabajo no solo permite a los jóvenes de Estación Central explorar y expresar su creatividad, sino que también los conecta con la interculturalidad y su entorno, abriendo nuevas puertas para su futuro.
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