Megan Tschannen-Moran es profesora de Liderazgo Educativo en la Escuela de Educación William & Mary, ubicada en Williamsburg, Estados Unidos. Ya suma más de 20 años investigando la psicología social en las escuelas, particularmente las relaciones de confianza, las creencias de eficacia individuales y colectivas, los procesos de colaboración y el clima escolar. Además, ha preparado a varios líderes educativos y es autora de más de 40 artículos relacionados a este tema.

Sobre esto conversó en el Summit Internacional de Educación 2019 que se realizó en Santiago de Chile en la Pontificia Universidad Católicadurante los primeros días de enero. La charla que ofreció, se llamó Claves para construir la confianza en las escuelas y durante una hora, invitó a profesores y directores a reflexionar sobre los espacios de confianza que se han creado en sus respectivos establecimientos educativos.

Durante el encuentro, Megan no sólo habló desde su experiencia como académica, también hizo en sus años como fundadora y directora de The Good News Educational Workshop, una escuela que atendió desde 1979 hasta 1993 a estudiantes de bajos ingresos en Chicago.

De todos sus trabajos, resulta particularmente interesante Trust Matters: Leadership for Successful Schools, un libro que habla sobre la experiencia de tres directores y las consecuencias de sus éxitos y fracasos a la hora de  generar confianza. En otra de sus líneas de investigación, examina las creencias de autoeficacia de los profesores y la relación de esas creencias con el comportamiento de los docentes y los resultados de los estudiantes. En el marco del Summit Internacional de Educación 2019, la autora puso sobre la mesa los temas de su libro, haciendo énfasis en algunas claves necesarias para crear espacios de confianza y motivación en las escuelas:

1. Destinar tiempo a pensar y analizar la confianza

“Nuestro trabajo depende de la confianza”, explica Megan. Si ésta es baja dentro de un equipo docente, el efecto puede ser muy negativo al momento de alcanzar los objetivos.

“Es importante pasar tiempo juntos, estudiar, aprender acerca de la confianza, cómo mejorar el nivel de confianza en nuestras escuelas. Hablar sobre lo que cada uno piensa sobre la confianza, buscar los espacios y el tiempo para hacer pequeñas reflexiones. La confianza funciona como un pegamento, como un adhesivo que ayuda a mantener unido el sistema social y crea sensación de compañerismo. Permite a los equipos trabajar unidos, de manera cercana hacia un objetivo en común. ¡Y es clave, porque en los colegios las metas son muy importantes! Por eso es clave abrir espacios para hacernos las preguntas sobre qué necesitamos y cómo mejorar la confianza”, dice la docente.

2. Los estudiantes importan

Al hablar de confianza dentro de una escuela es importante incluir a los estudiantes, ya que ellos son la parte más importante de la ecuación. “Hay que trabajar por construir un espacio de confianza no sólo para los profesores, sino también para los estudiantes, porque la confianza es necesaria para la motivación de todos. Es importante que ellos también puedan hablar, conversar, opinar y que sepan que lo pueden hacer, que ellos también serán escuchados”, dice Megan.

3. Confiar en las decisiones de los profesores

“Es clave que los directivos sean capaces de depositar confianza en sus profesores, en sus decisiones, en sus propuestas. Un maestro confiable es productivo, benevolente, honesto, no señala los errores de los demás sino que busca cómo evaluar y mejorar. La benevolencia, confiabilidad, franqueza y honestidad son características de todo buen profesor. Y todo buen profesor ayuda a crear un buen ambiente de confianza con otros docentes y con los estudiantes. Observar a los alumnos también es clave para saber qué tan buen profesor es, pues son ellos quienes saben, por la relación diaria, cuándo un profesor genera confianza y cuándo no“, señala Megan.

4. Un buen líder es esencial

Para generar espacios donde se pueda debatir sobre la confianza, para entender la importancia de los alumnos y confiar en los profesores,  lo más importante es que en la escuela exista un buen líder. Según la experiencia de la académica, un buen líder en una escuela debe ser reflexivo, prestar atención a todo lo que pasa, proporcionar espacios de relaciones interpersonales más allá del trabajo, ser capaz de construir relaciones, saber escuchar, entender la importancia del trabajo socioemocional y entender la cultura escolar para poder mejorarla o cambiarla. “Una de la primeras cosas que debería hacer un líder es realizar una encuesta para ver qué tan fuerte es la confianza en la organización y a partir de las respuestas, trabajar e indagar. Y bueno, un líder tiene que saber hacer encuestas y saber compartir estos resultados“, explica entre risas.

“La verdad, lo que más importa es que exista gente que crea en el poder que tienen las escuelas, que tienen los profesores… y personas que actúen con humildad y que traten a los docentes como profesionales”.