Santi, Millán, Silvana y Gabi… en la exitosa serie catalana, estos profesores también fueron inolvidables.
Merlí es irreverente, rupturista, difícil, muchas veces problemático, crítico, directo, algo imprudente, pero sobre todo, es un magnífico profesor. Desde el día uno, cautivó a sus estudiantes con la filosofía y encontró la manera de llevar la asignatura a la cotidianidad de sus alumnos, dentro y fuera del aula. Al principio, no muchos profesores de la comunidad comprendían sus prácticas poco ortodoxas, además, por algunas de sus acciones fue cuestionado y castigado. Otros, en cambio, lo admiraban por su talento a la hora de conectarse con todos y cada uno de ellos.
Este personaje, creado para la serie de la cadena catalana TVR, sin duda alguna marcó la vida de sus estudiantes y ha marcado también la vida de muchas personas que se conectaron con su historia y la de otros personajes que nutren la trama de la serie.
Por ejemplo, los estudiantes, los padres y por supuesto, otros profesores de la escuela donde Merlí daba clases de filosofía a los peripatéticos (como llamaba a sus alumnos). Como Merlí, muchos de estos docentes también eran especiales… no eran igual que él, pero también eran apasionados y sobre todo, tenían vocación, por eso, aunque no son los protagonistas, merecen un especial reconocimiento:
1. Santi
Santi, un hombre simpático de 50 años de edad, era el profesor de Lengua y Literatura Castellana. Se la llevaba muy bien con Merlí a quien encontraba fascinante. Santi era especial por varias razones: primero, porque no tenía miedo de hablar de su vocación, lo menciona más de una vez. Y segundo, porque antes de juzgar a sus estudiantes por su mal comportamiento, intentaba encontrar la raíz del problema. Este profesor tuvo muchos conflictos con Bruno, un estudiante (hijo de Merlí), que se burlaba constantemente del sobrepeso de su profesor.
Aunque le dolía, Santi nunca atacó a Bruno y estaba seguro de que su estudiante, a quien quería mucho, se comportaba de esa manera por ocultar sus propias inseguridades. Este gran profesor nunca castigó al alumno de una manera drástica, pero sí se encargó de hablar con él para decirle, con firmeza y afecto, las palabras indicadas.
2. Silvana
Silvana era una profesora joven, de no más de 34 años de edad. Cuando llega al colegio revoluciona todo, pero no era la primera vez que daba clases allí. Años atrás, había sido profesora de los alumnos de Merlí, cuando ellos eran más chicos. Todos adoraban a Silvana, y tenían razones, pues era tan creativa como Merlí, a veces incluso lo superaba, lo que en algún punto generó un quiebre entre ambos profesores.
Más allá de eso, lo interesante de Silvana fue su visión innovadora y cómo a través de sus estrategias lograba conectarse con sus estudiantes. Silvana aprovechaba su juventud para ser cercana y empática, y por esto, es un buen ejemplo de cómo se debe aterrizar la enseñanza a las necesidades e intereses de los estudiantes del siglo XXI.
3. Millán
Millán también era profesor de Lengua y Literatura Castellana. En la segunda temporada reemplaza a Santi. Tenía 62 años y aunque la diferencia generacional con sus alumnos era grande, su trabajo era extraordinario. Sus apariciones no eran muchas, pero cada vez que lo hacía, demostraba su pasión por la pedagogía.
En sus clases, cautivaba a sus alumnos con ejemplos maravilloso, les enseñaba a querer el lenguaje y con humor y genialidad les explicaba la importancia de escribir bien. “Una coma puede salvar vidas”, le dice Millán a sus estudiantes, con un ejemplo que los hace morir de risa. Tristemente, sufrió principios de alzhéimer y por su amor a su profesión decidió retirarse antes de que la enfermedad empeorara. Con mucho dolor dejó las salas de clase y prácticamente se fue sin despedidas pues, aseguraba que no quería dar una última clase sabiendo que era la última.
4. Gabi
Gabi era el reemplazo de Millán. Tenía sólo 27 años y al inicio, sus estudiantes lo confundían con un alumno más. Gabi era un profesor novato, pero eso no lo intimidaba. Aunque no tenía mayor experiencia, sus estrategias particulares llamaban la atención de sus estudiantes.
En la sala, Gabi utilizaba una especie de sintetizador para crear sonidos que ambientaban la clase de una forma muy especial. Por obvias razones, este joven amante de la poesía también se ganó el cariño de todos sus estudiantes.
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