Esta serie catalana ha puesto en la mesa varios puntos de reflexión que pueden ser tomados en cuenta en todas las salas de clases.
En enero de este año llegó a su final “Merlí”, una serie catalana que tuvo de protagonista a un profesor de filosofía de un establecimiento público de Barcelona. Son muchas las reflexiones que dejó esta exitosa producción que se puede ver en Netflix. Estas son apenas algunas:
1. Creer que TODOS los estudiantes son capaces
Iván Blasco, estudiante con principio de agorafobia durante una de las visitas de Merlí
Desde el primer capítulo el profesor de filosofía es criticado por algunos colegas por ser tan cercano con sus estudiantes. Pero para Merlí siempre fue importante conocer sus miedos, aspiraciones y aquello que los motiva.
Una de las mejores muestras de Merlí sobre la importancia de creer siempre en las capacidades de los estudiantes, es el trabajo que hizo con Iván Blasco, un estudiante con principios de agorafobia que cree no ser capaz de terminar sus estudios. Después de muchas conversaciones, clases, preguntas y salidas forzosas, este estudiante vuelve a su vida escolar con normalidad.
Otro momento memorable, es cuando Merlí se fija en que Berta, una estudiante que nunca le presta atención durante la primera temporada y quien tiene una pésima relación con su madre, quien la considera un caso perdido, se la pasa haciendo buenos dibujos en la mesa del aula. El profesor armó toda una estrategia para demostrarle a la mamá de Berta, que su hija sí tiene grandes habilidades. ¡Qué importante es la motivación en los procesos de aprendizaje!
2. Enseñar nuevas palabras todos los días
Cuando Merlí explica la palabra eudaimonía, que significa felicidad o bienestar.
Gracias a Merlí, sus alumnos aprendieron una palabra nueva en cada clase de filosofía. Por ejemplo, la palabra “peripatéticos”, nombre que el profesor le da los estudiantes que protagonizan la serie y que significa “discípulos de Aristóteles”. Atarxia, epokhé, eudaimonía y sofista son apenas algunas de las palabras que Merlí agregó al vocabulario de sus estudiantes.
Aunque Merlí representa a un docente de filosofía, bien siguió una recomendación que no pocos profesores dan -especialmente de lenguaje-, que insisten en la importancia de brindar en la sala de clases un vocabulario variado todos los días. Esto puede ayudar a mejorar la comprensión lectora y desarrollar una mejor oralidad.
3. Invitar siempre a la reflexión
Como buen profesor de filosofía, Merlí siempre hizo preguntas para que sus alumnos pensaran y se plantearan sus metas, sus sentimientos, sus deseos; hasta sus formas de ver el mundo y a sus pares. Cada clase y cada filósofo del que habló Merlí fue una excusa para hablar (y discutir) sobre la felicidad, cómo querernos, qué es ser normal, el amor, la verdad, la mentira y tantas cosas más.
“¿Todo el mundo está capacitado para filosofar?”, le preguntó un estudiante a Merlí en los primeros episodios. Luego de un silencio, el profesor le respondió: “He estado callado por dos razones: para pensar en la respuesta y para demostrar que cuando uno piensa, la gente lo mira mal. ¿Por qué el pensar está mal visto? ¿No es más censurable la gente que no piensa sobre ninguna cosa?”. Esa escena, marcó la pauta e instauró una de las premisa que planteó Merlí durante toda la serie: la filosofía sí es importante.
4. Hablar sobre la diversidad y el respeto en la sala de clases
Quima, la profesora travesti que llega en la segunda temporada.
Son varios los episodios en los que Merlí enfrentó a sus estudiantes para debatir sobre la normalidad, especialmente en torno a la diversidad sexual. Con la teoría de varios filósofos invitó a sus alumnos para hablar sobre este tema. También dejó claro que la burla en su sala de clase nunca iba a estar permitida y se encargó de que sus estudiantes no sufrieran nunca de bullying. El profesor defendió a toda costa sus estudiantes, y a veces, hasta discutió con otros profesores para defenderlos.
Uno de los capítulos donde se pone sobre la mesa el tema de la diversidad sexual, es aquel en el que llega al instituto una profesora transexual (en la segunda temporada). Con ella, Merlí plantea un debate sobre el género y las normas a seguir según la identidad. Puntos importante con los que Merlí se propone educar a estudiantes globales.
5. Las clases fuera del aula, ¡son más divertidas!
En una de las primeras clases, el docente de filosofía llevó a sus estudiantes a la cocina del colegio para dar una lección sobre los peripatéticos, estudiantes de la escuela aristotélica, que, según explica Merlí, recibieron ese nombre porque filosofaban mientras caminaban. Merlí llevó esta técnica a su clase para que los alumnos reflexionaran. En la segunda temporada una clase fue en un centro comercial. Allí discutieron sobre la felicidad, pusieron etiquetas que decían “felicidad no incluida” en distintos productos y pensaron sobre todas aquellas cosas que creían necesitar para ser felices.
Merlí supo siempre apoderarse de los espacios, tanto dentro como fuera del colegio y llevar la filosofía más allá del aula. Porque sabía, que una clase tradicional con los alumnos sentados y un profesor frente a la pizarra, no era lo que necesitaban sus estudiantes para aprender. Además, no son pocos los expertos en educación que hablan sobre los diversos beneficios que tiene dar clases al aire libre. ¡Tener alumnos más motivados con la materia, es uno de ellos!
Como docente, ¿qué otras lecciones crees que te dejó Merlí?
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