¿Qué habilidades deberían aprender los estudiantes para enfrentarse al mundo y cómo podemos lograr que aprendan dichas habilidades? Esta investigación sobre el “aprendizaje profundo” apunta a discutir este asunto.
El “aprendizaje profundo” se define según el investigador James Pellegrino, como el “proceso de aprendizaje para transferir”, es decir, aquel que le permite al estudiante tomar lo que ha aprendido para aplicarlo en otro contexto. Pellegrino hizo parte de una investigación (publicada por el National Research Council de la Academia Nacional de Ciencias en Washington) que profundizó en los detalles del aprendizaje significativo con el fin de entender qué habilidades deberían estar aprendiendo los estudiantes para enfrentarse al mundo fuera del colegio.
Competencias cognitivas, interpersonales e intrapersonales
Para deconstruir aún más la definición de este importante concepto, Pellegrino y los otros investigadores hablaron de tres competencias fundamentales: la cognitiva (razonamiento y resolución de problemas), la interpersonal (expresión de ideas y comunicar el trabajo con otros) y la intrapersonal (auto manejo y conciencia). Éstas, según Pellegrino están conectadas y las pruebas evidencian que pueden llevar a las personas al éxito no sólo en el ámbito educativo, sino en la carrera profesional y en la salud. En este sentido, estas tres competencias son los pilares del aprendizaje profundo.
¿Y se puede enseñar el aprendizaje profundo?
Sí, se puede, pero para que los profesores puedan comprometerse con el aprendizaje profundo de sus estudiantes, los investigadores aseguran que deben empezar planteando objetivos y expectativas claras a sus estudiantes. Además deben ofrecer una amplia variedad de ideas y trabajos que sean desafiantes y los motiven a preguntar y discutir, siempre de la mano del apoyo y la guía del docente. “Los estudiantes no pueden aprender si no tienen retroalimentación. No se trata de sólo evaluar, sino de proporcionar retroalimentación que sea accionable por parte de los estudiantes”, dice Pellegrino.
Pero hay algo aún má simportante: las habilidad social-emocionales. Linda Darling-Hammond, profesora de educación en la Stanford University, afirma que este tema se debe mencionar cada vez que se habla de “aprendizaje profundo”. Las bases curriculares, dice la profesora, deberían estar enfocados en la aplicación de habilidades y también deberían idealmente cubrir pocos temas cuidadosamente escogidos y profundamente enseñados. Su mantra, al igual que el de muchos educadores progresistas es: “enseñar menos, aprender más”.
Desarrollo profesional
Para lograr el aprendizaje profundo, tanto directores como profesores deberían aprender constantemente sobre desarrollo infantil, resolución de problemas, instrucciones, trabajo en grupo y contenido pedagógico en general, con el fin de entender cómo crear proyectos colaborativos basados en el aprendizaje. Para esto, dice la profesora de Stanford, los profesores necesitan tiempo, un tiempo que les permite dedicarse a crear clases diferentes, y basadas en las tres competencias que definen el aprendizaje profundo.
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