¿Qué tan importante son los colores en esta etapa esencial para el desarrollo de los niños? Descúbrelo en esta nota.
Los primeros trazos que realizan los niños entre los 2 y los 4 años de edad son conocidos como garabateos y son un paso fundamental en su desarrollo. Éstos, que son esencialmente los primeros dibujos de los niños, evolucionan en el tiempo y ocurren en un orden determinado: primero ocurren el garabateo desordenado, una etapa en la que el niño no tiene intención alguna de representar algo y realiza trazos desordenados y sin sentido lógico. Son, de alguna manera, accidentales y no representan nada real.
Después viene el garabateo controlado, un periodo en el cual el niño descubre que hay una conexión entre sus movimientos y los trazos que observa en el papel. En otras palabras, el niño descubre lo que significa tener un control visual. Aunque no hay muchas diferencias entre los primeros garabatos y estos, el control que adquiere representa un cambio importante en su desarrollo. En el garabateo controlado, los trazos son el doble de largo, impredecibles y llenan páginas enteras. Además pueden llegar a aparecer nuevos colores y se dan intentos de copias de elementos como los círculos.
Finalmente está el garabateo con nombre, un periodo en el que el niño empieza a darle nombres a sus garabatos. Por ejemplo, dice cosas como “esta es mamá”. Los dibujos no cambian drásticamente pero el cambio en el proceso de desarrollo sí es grande pues finalmente el niño puede decidir qué es lo que quiere garabatear. Ahora, el garabateo sí tiene una intención y lo mejor: el niño realmente disfruta de esta actividad.
El color en segundo plano
El garabateo, se define entonces como una actividad motriz que pasa de ser una experiencia solo kinestésica a ser una actividad en la que el niño se conecta con un mundo exterior que intenta representar. Por esta razón, en principio, el color pasa a un segundo plano. Sobre todo en las dos primeras etapas, ya que en estas, el niño está apenas adquiriendo su coordinación motriz. Es clave que en estas etapas el niño pueda distinguir sus trazos del papel y por esta razón es indispensable que haya un contraste evidente entre el material de dibujo y el área de dibujo.
El lápiz negro sobre la hoja blanca o la tiza blanca sobre la pizarra negra pueden ser buenas alternativas. Sólo cuando el niño llega a la etapa del garabateo con nombre, empieza a darle una prioridad a los colores, pues a través de éstos, podrá darle nuevos significados a lo que está representando.
Las primeras etapas del color
En el proceso de percepción del color, una de las primeras etapas es distinguir colores diferentes. Esto NO significa que el niño pueda nombrar los colores. El niño, en esta etapa, debería tener la oportunidad de poder hacer elecciones de color. Pero, ¿qué significa el color para los niños en esta etapa?, ¿acaso sus elecciones tienen algo que ver con su personalidad?
En un estudio, Alschuler y Hattwick (1947), relacionaron las pinturas de 150 niño de jardines infantiles con las características de sus comportamiento. A raíz de esta experiencia, sostuvieron que los niños expresan experiencias y adaptaciones emocionales a través de la pintura. ¿Qué quiere decir esto? Según esta teoría, los niños que eligen o utilizan constantemente colores cálidos, expresan un comportamiento emocional libre, amable, con relaciones afectivas. Mientras que los niños que escogen tonos azules, tienden a ser mucho más controlados, tímidos o introvertidos en sus expresiones emocionales. Pero Alschuler y Hattwick no tuvieron en cuenta la ubicación de los colores y más adelante, otros autores cuestionaron sus conclusiones y compartieron otras teorías.
La ubicación de los colores
Otros teóricos (Corcoran, 1954) encontraron indicios del orden de uso que le dan los niños al color. Según esto, independientemente a la selección del color, éstos utilizan la paleta de colores de izquierda a derecha o de derecha a izquierda. En otra teoría, Biehler (1953) también evidencia que el uso que le dan los niños al color, tiende a relacionarse, efectivamente con el lugar en que éstos se encuentran ubicados. Esto quiere decir que en estas primeras etapas de vida, el uso del color, específicamente en la pintura, puede ser considerado como una especie de ensayo mecánico, más que una experiencia emocional. Esto tiene sentido, teniendo en cuenta que en este nivel el garabateo, la pintura es una acto completamente exploratorio.
Significados
Aunque tal vez en esta etapa no hay una relación directa entre el uso del color y las expresiones de emoción del niño, se ha dicho también que a veces, los cambios del color pueden ser significativos en la etapa del garabateo con nombre, pues para ellos puede ser una herramienta útil a la hora de diferenciar lo que quieren expresar a través de un garabato que es mucho más diciente que en las etapas previas.
Por otro lado, independiente al significado, es importante aclarar que aunque explorar los colores puede ser una actividad muy agradable para el niño, es clave, primero que todo, ofrecerle la oportunidad de crear líneas y formas. Esto permitirá que desarrolle y domine su coordinación y además, que empiece a desarrollar sus primeras relaciones pictóricas con el ambiente que lo rodea.
Es muy importante estimular el desarrollo de sus emociones en base al conocimiento científico a los niños en la etapa preescolar, porque es la base del ser humano.