Esta historia, protagonizada por un erizo, invita a reflexionar acerca de algunos temas que deberían ser prioritarios en las escuelas.
Erizo es nuevo en la escuela y su primer día no es nada fácil. Aunque una de sus compañeras lo recibe con un saludo y una sonrisa, otros animales de la clase deciden mover sus puestos para alejarse un poco de él. En el bus escolar, las cosas no son muy diferentes… Erizo intenta encontrar un puesto, sin embargo, no tiene éxito. Pero no todos los estudiantes son tan malos con él. En el recreo, algunos de ellos quieren integrarlo en su juego y le lanzan un balón de fútbol. Pero una vez más, las cosas no resultan bien. El balón se desfinla porque Erizo tiene un gran problema: sus espinas.
Aunque son parte de su naturaleza, tenerlas ha significado para él un enorme desafío…
Las espinas no le permiten integrarse fácilmente, pero además, no permiten que los otros animales lo integren con facilidad. Cuando utilizan el columpio, nadie puede empujar a Erizo; cuando se sienta junto a su amiga en el bus, la hiere con sus espinas, y un día, hasta lo dejan sólo en la sala de clase… Pero no todo es tan malo como parece.
El día que sus compañeros lo dejan solo, lo hacen por una buena razón.
Es navidad y una alumna tiene una gran idea: darle un regalo muy especial a Erizo. Todos se reúnen y cuándo él menos lo espera, le entregan su regalo. Erizo lo abre y encuentra los clásicos pedazos de espuma que se utilizan para rellenar las cajas; no hay nada más allí, así que cree que es una simple broma. Luego, una de sus compañeras le demuestra que esas espumas tienen una función: cubrir sus espinas, aquellas que no han permitido que los demás se acerquen. En ese momento, todos lo abraza y todo toma un rumbo distinto.
La historia del Erizo es una mirada interesante a varios temas que deberían ser prioritarios en las escuelas.
En primer lugar está el bullying. Erizo es nuevo en una escuela y sus diferencias lo hacen ser víctima de un acoso escolar que lo aísla. Pero lo bueno de la historia es que no se empeña en destacar lo negativo… contrario a esto, muestra cómo un líder positivo dentro de un grupo de alumnos, puede marcar la diferencia a la hora de evitar esta problemática. Desde el inicio, una de las compañeras de la clase se esfuerza por integrar a Erizo; ella no ve sus espinas como algo malo y intenta ingeniárselas para que otros lo vean.
Es así como convence a todos sus compañeros para pensar en una estrategia que lo haga sentir bien. Así, en lugar de excluirlo, lo integran, lo hacen parte y le permiten entender que las diferencias, para ellos, no son un problema. Entre todos aprenden a entender los desafíos de su compañero y eso, en cualquier contexto escolar, marca una diferencia.
Esta historia de menos de dos minutos, invita a reflexionar entorno a una problemática, pero sobre todo, en torno a una solución. Sin duda, un buen corto para trabajar en clase.
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