Siete expertos en el tema, mencionan los beneficios de tener un cerebro que piensa en dos idiomas y reafirman la importancia de que los niños accedan a salas de clase donde pueden aprender un segundo idioma.
Incontables investigaciones han evidenciado, como dice el profesor de Harvard, Gigi Luk, que “el bilingüismo es una experiencia que moldea el cerebro de por vida”. Pero, ¿qué dicen los más recientes estudios? La organización NPR invitó a 7 investigadores de tres países diferentes — Sorace, Bialystok, Luk, Kroll, Jennifer Steele, and the team of Wayne Thomas and Virginia Collier — , para descubrir cuáles son las principales características de un cerebro bilingüe. Los resultados, enfocados en los beneficios de esto, se categorizan en los siguientes 8 puntos:
1. Atención
El verdadero truco para hablar dos idiomas, dicen los expertos, consiste en lograr no hablar uno de esos idiomas en un momento dado, lo que es fundamentalmente una hazaña de prestar atención. Decir “Adiós” a mamá y luego “Guten tag” a la profesora, requiere habilidades denominadas “inhibición” y “cambio de tarea”. Estas habilidades son subconjuntos de una habilidad llamada función ejecutiva.
Las personas que hablan dos idiomas, a menudo superan a los monolingües en las medidas generales de la función ejecutiva. “Los bilingües pueden prestar atención sin distraerse y también mejorar la capacidad de cambiar de una tarea a otra”, dice Sorace. Pero, ¿estas mismas ventajas se acumulan para un niño que comienza a aprender un segundo idioma en el jardín infantil y no desde que nace? Aún no se sabe muy bien, pues los patrones de aprendizaje de idiomas y el uso del lenguaje son complejos. Pero Gigi Luk, de Harvard, cita un estudio de imágenes cerebrales en adolescentes que muestra cambios similares en la estructura cerebral en comparación con aquellos que son bilingües desde el nacimiento, incluso cuando ello no comenzaron a practicar un segundo idioma antes de la última infancia.
2. Empatía
Los niños pequeños que se crían como bilingües deben seguir pautas sociales para determinar qué idioma usar con qué persona y en qué entorno. Como resultado, dice Sorace, los niños bilingües de hasta 3 años, han demostrado una ventaja en las pruebas de toma de perspectiva y teoría de la mente, que son habilidades sociales y emocionales fundamentales.
3. Leer
Jennifer Steele, de la American University condujo un curso aleatorio de cuatro años en Estados Unidos, en el que descubrió que los estudiantes que aprendía dos idiomas superaron a sus compañeros en habilidades de lectura de inglés, después de un año completo de aprendizaje al final de la escuela secundaria. Steele está llevando a cabo una serie de estudios de seguimiento para corroborar si efectivamente este efecto es tan grande. Mientras tanto, sugiere (ya que los hallazgos que evidencian efectos en la lectura y no en la matemática o la ciencia), que aprender dos idiomas hace que los estudiantes sean más conscientes de cómo funciona el lenguaje en general, lo que se conoce como “conciencia metalingüística”.
La investigación de Gigi Luk, sin embargo, ofrece una explicación ligeramente diferente. Recientemente realizó un pequeño estudio sobre un grupo de 100 estudiantes de cuarto grado en Massachusetts que obtuvieron puntajes de lectura similares en una prueba estándar, pero tuvieron experiencias lingüísticas muy diferentes. Algunos dominaban el idioma extranjero y otros eran nativos ingleses. Esto es lo que es interesante. Los estudiantes que dominaban un idioma extranjero aún no eran cómodamente bilingües; estaban empezando a aprender inglés. Por lo tanto, por definición, tenían vocabularios en inglés mucho más débiles que los hablantes nativos.
4. Decodificar textos
En el estudio que se menciona en el punto 3, Luk notó que los estudiantes con vocabulario débil también obtuvieron una puntuación más alta en las pruebas de funcionamiento ejecutivo. Por lo tanto, a pesar de que no tenían grandes diccionarios mentales, podían haber solucionado acertijos, como por ejemplo, detectar si una sola oración tenía sentido dentro de una trama general. Ello, dice el experto, llegaron a los mismos resultados que los monolingües, pero a través de un camino diferente.
5. Desempeño escolar y motivación
Wayne Thomas y Virginia Collier, un matrimonio formado por profesores eméritos de la Universidad George Mason en Virginia, han pasado los últimos 30 años recopilando evidencia sobre los beneficios de la educación bilingüe. En estudios realizados en seis estados y 37 distritos, descubrieron que, en comparación con los estudiantes en aulas donde sólo se aprende un idioma (inglés), los estudiantes de dos idiomas tienen puntajes más altos en los exámenes y también parecen ser más felices en la escuela. La asistencia es mejor, hay menos problemas de conducta y una mayor participación de los padres.
6. Diversidad e integración
Varias escuelas estadounidenses están compuestas por hablantes nativos de inglés e inmigrantes. Hay alguna evidencia de que esto ayuda a los niños de todos los orígenes a sentirse cómodos con la diversidad y las diferentes culturas. Varios de los investigadores señalan que, en educación bilingüe, los estudiantes que no dominan el inglés y sus familias, tienden a sentir que se escucha y valora su idioma materno, en comparación con un aula donde el idioma del hogar se deja de lado. Esto puede mejorar el sentido de pertenencia de los estudiantes y aumentar la participación de los padres en la educación de sus hijos. “Muchos padres temen que su lenguaje sea un obstáculo, un problema, y si lo abandonan, su hijo se integrará mejor”, dice Antonella Sorace de la Universidad de Edimburgo. “Les decimos que no le hacen un favor a sus hijos al abandonar su idioma”.
7. Una protección contra la demencia y el deterioro cognitivo
Los investigadores han descubierto que el uso activo de dos idiomas parece tener un efecto protector contra la demencia relacionada con la edad y tal vez en relación con los cambios en la estructura cerebral. Específicamente, entre los pacientes con Alzheimer en un estudio canadiense, un grupo de adultos bilingües se desempeñó a la par con un grupo de adultos monolingües en términos de pruebas cognitivas y funcionamiento diario. Pero cuando los investigadores observaron los cerebros de los dos grupos, encontraron evidencia de atrofia cerebral que fue de cinco a siete años más avanzada en el grupo bilingüe. En otras palabras, los adultos que hablaban dos idiomas llevaban más tiempo a un nivel más alto a pesar de tener mayores grados de daño.
8. Advertencias
Todos los investigadores abogan por los salones de lenguaje dual. Thomas y Collier han asesorado a muchos sistemas escolares sobre cómo expandir sus programas de dos idiomas, y Sorace dirige “Bilingualism Matters”, una red internacional de investigadores que promueve proyectos de educación bilingüe. Este tipo de defensa entre los científicos es inusual; aún más porque la “hipótesis de la ventaja bilingüe” enfrenta desafíos. Una revisión de los estudios publicados el año pasado encontró que las ventajas cognitivas no aparecían en el 83 por ciento de los estudios publicados, aunque en un metanálisis separado, la suma de los efectos fue significativamente positiva. Una posible explicación ofrecida por los investigadores es que las ventajas que se pueden medir en los muy jóvenes y en los muy viejos tienden a desvanecerse cuando se evalúa a los adultos jóvenes en el pico de sus poderes cognitivos. Ellos también contrarrestan el hecho de que no se han encontrado efectos negativos de la educación bilingüe. Por lo tanto, argumentan que incluso si las ventajas son pequeñas, todavía lo valen. Sin olvidar un hecho obvio y sobresaliente subrayado por muchos de estos investigadores: “¡Los niños bilingües pueden hablar dos idiomas! Eso es sorprendente”, dice Bialystok.
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