Cuando un estudiante experimenta demasiada o muy poca estimulación suele ser difícil que estén abiertos a los procesos de aprendizaje o socialización. Por ello es clave entender el procesamiento sensorial.
Todos recibimos información a través de los cinco sentidos: sonido, tacto, gusto, vista y olfato. Además de éstos, hay otros no tan conocidos: propiocepción, que es el sentido de la conciencia corporal, y el vestibular, que involucra el movimiento, el equilibrio y la coordinación. Todo esas percepciones son parte del procesamiento sensorial.
Cuando existe alguna dificultad para percibir por algunos de esos sentidos, se habla de problemas de procesamiento sensorial. Cuando un estudiante experimenta demasiada o muy poca estimulación a través de estos sentidos o tiene dificultad para integrar la información que están recibiendo, suele ser difícil que estén abiertos a los procesos de aprendizaje o socialización.
Para enfrentar estos procesos, la Organización Understood –ubicada en Nueva York– entrega varias guías gratuitas para crear estrategias que sirvan para brindar los mejores apoyos para el estudiante, bien sea en casa o en la escuela.
"A menudo niñas y niños con dificultades del procesamiento sensorial son hipersensibles, es decir intentan evitar las sensaciones que consideran intolerables. Sin embargo, algunos buscan más estimulación sensorial, no menos. Quieren tocar las cosas y sentir contacto físico y presión. Pueden ser menos sensibles al dolor y que su tolerancia al mismo sea inusualmente alta. Es por eso que prefieren jugar con rudeza y no entienden si están lastimando a alguien", especifica una guía de Understood.
Adaptaciones en el aula pueden ayudar a los estudiantes con dificultades del procesamiento sensorial
Para los estudiantes con problemas de procesamiento sensorial, es clave tener una rutina que no cambie y si llegan a presentase cambios, es necesario avisar con antelación. Además, la Organización Understood entrega estos consejos para ayudar en los procesos de crear horarios y rutinas dentro de la sala de clases:
- Introducir descansos mentales a lo largo del día.
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Establecer claramente cuándo empiezan y terminan las tareas asignadas.
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Exhibir horarios visuales, instrucciones, las reglas en la clase y las expectativas; asegurarse de que el estudiante las vea.
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Utilizar apoyos visuales con imágenes de las opciones de información sensorial.
Entregar habilidades de autorregulación también es clave en la sala de clases:
Permitir que el estudiante utilice un asiento alternativo, como una pelota de ejercicio o un escritorio elevado donde pueda trabajar parado o proveer espacios que lo mantengan en movimiento, pueden ayudar en los procesos de autorregulación y aprendizaje. Varios expertos, consultados por la organización, recomiendan permitirles trabajar en otras posiciones: acostados, en una tabla, de pie o como prefieran.
Tener en la sala objetos antiestrés o ayudarlos con la estimulación sensorial con objetos como un lápiz con una goma masticable, puede ser clave. A pesar de estas instancias, siempre es clave acordar con el estudiante señales verbales o no, para que las use cuando se sienta abrumado. Darle instancias de comunicación y espacios de estimulación, son consideraciones importantes para ayudar en la autorregulación a quienes tienen problemas de procesamiento sensorial.
Para revisar las guías completas, enfocadas en familiares y profesores, pueden revisar aquí: Understood.org. El sitio web permite seleccionar el idioma español y cuenta con guías completas para entender todas las aristas de los problemas de procesamiento sensorial.
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