Según Robinson, esto es la clave para crear entornos de aprendizaje que permitan a los estudiantes explorar sus talentos, sus motivaciones para prosperar dentro y fuera del aula.
“La vida humana, al igual que todos los tipos de vida en la Tierra, se caracteriza por la diversidad”, asegura el educador, escritor y conferencista británico, Sir Ken Robinson. Por esto, dice el experto, esa diversidad debería verse reflejada también en la educación. Contrario a esto, lo que suele suceder es que el sistema se enfoca en currículos rígidos donde se le da prioridad a un sólo tipo de inteligencia centrado en el trabajo académico. “Hay mucho más en la inteligencia humana que cierto tipo de trabajo académico”, dijo Robinson en una conferencia anual llamada Big Bang “Si te preocupas por cierto tipo de logros, entonces ni siquiera buscas otras cosas en las que las personas tienen talento”. Esto quiere decir que, si un sistema educativo se centra sólo en el éxito, entonces se excluye a una gran parte de estudiantes que tienen habilidades en otras cosas que no son consideradas como valiosas.
Lo que Robinson explica es que, se cae muchas veces en marginar otros tipos de inteligencia, lo que según afirma, es un gran problema por solucionar.
Si colectivamente aquellos involucrados en el sistema educativo cambiaran lo que significa alcanzar logros de una manera que honre la diversidad natural de la vida humana, entonces, dice él, muchas más personas se verían a sí mismas como exitosas y se animarían a ir más allá de las expectativas establecidas para ellos.
Muchos profesores están trabajando en ello, en un aprendizaje que rescata la diversidad de habilidades, pero lo hacen muchas veces en contra del sistema. “Están haciendo un trabajo maravilloso porque creen en los niños y en el trabajo, pero lo hacen con el viento en contra”, explica Robinson. Entonces, ¿cómo solucionar el problema? El educador sigue creyendo que la creatividad es el elemento central de la discusión. Lo cree así porque sabe que dicho elemento es lo que nos diferencia de otros tipos de vida en la tierra y por esta razón, la misión de los educadores en distintas partes del mundo debería ser sacar esa energía creativa única que tiene cada niño.
Para Sir Ken Robinson, la educación se trata de “permitir que los estudiantes comprendan el mundo que los rodea y los talentos dentro de ellos, para que puedan convertirse en personas plenas y ciudadanos activos y compasivos”.
Y si bien no niega la importancia de la adquisición de información o conocimientos relevantes acerca del mundo, cree que es igual de importante que los estudiantes entienda sus propios talentos, motivaciones y pasiones; aquellas que los llevarán a tener una vida plena. El sistema, que actualmente se centra principalmente en el cumpliento, debería abrir espacio a este tipo de exploración personal. En otras palabras, el objetivo sería invertir menos tiempo hablando del mundo desde el aula para vivir y entender ese mundo desde las experiencias personales y reales.
Robinson no niega que la educación tiene un propósito económico, pero para llegar a eso, argumenta que no todos deberían aprender lo mismo. Deberían, en cambio, aprender a ser innovadores, adaptativos, colaborativos; deberían aprender todas aquellas habilidades globales que se aplican a cualquier tipo de trabajo que eventualmente lleguen a escoger. Se trata entonces de ayudar a los estudiantes para que busquen sus pasiones y encuentren diversos caminos de vida. ¿Qué propone él para alcanzar este objetivo?
“La forma de aumentar la calidad de las experiencias de nuestros hijos y sus oportunidades de vida, no es centrándonos en el rendimiento, sino en la cultura de la escuela”, asegura Robinson.
Dicha cultura escolar debe tener una mezcla saludable de clases de arte, educación física, y objetivos académicos. Esta será la base que permita a los estudiantes florecer. Con una cultura adecuada, explica el educador, las escuelas se convierten en activos importantes no sólo para los estudiantes, sino para la comunidad entera que los rodea. En sus palabras, “las grandes escuelas enriquecen todo el vecindario, todo el ecosistema” y aquellas que no cumplen con esto, eliminan una fuerza vital centrada en el desarrollo de recursos humanos, recursos que generan más inversión, orgullo y altas expectativas.
“Pasamos mucho tiempo conteniendo y restringiendo a nuestros maestros y estudiantes que tienen tanto talento”, dice Robinson, por eso, hace un llamado a todos los profesores para que examinen sus recursos que tiene disponibles de una forma diferente y creativa, pues esto les permitirá crear entornos de aprendizaje que permitan a los estudiantes prosperar y florecer dentro y fuera de la escuela a corto y largo a plazo.
Es muy importante que los jóvenes se sientan a gusto , crear un ambiente adecuado para que ellos se motiven e interesen por lo que les queremos transmitir. Imaginemos que lo que hacemos es como si fuera para nosotros mismos, lo que preparemos en clase , imaginemos que somos estudiantes y preguntarme, me gustan mis prácticas pedagogicas , me siento a gusto con lo que recibo o en la forma que orientó mis aprendizajes, estoy siendo creativo y sobre todo mis estudiantes están disfrutando lo que les quiero aportar.