Desde que era una niña, Malala Yousafzai ha alzado la voz por las niñas y ha demostrado al mundo la importancia de una educación justa, igualitaria e inclusiva. Estas frases son una fracción de su potente visión.
Desde los 11 años, Malala Yousafzai se atrevió a denunciar sin miedo. Se atrevió a alzar la voz para hacer una crítica abierta a las restricciones educativas de el Talibán y defender los derechos de las mujeres en la educación. Poco a poco se fue convirtiendo en un ícono, en una activista, en una opositora con un propósito en mente: representa a millones de niñas sin educación, y amplificar sus voces silenciosas. Desde entonces, ha sacado a la luz la realidad que ha impedido que cientos de niñas terminen sus estudios.
Hoy, Malala, la persona más joven en haber recibido un Nobel de Paz, sigue luchando por una sociedad más justa, por un mundo donde las mujeres también puedan acceder a la educación. Sus palabras y sus acciones son el mensaje amplificado de muchos que no se atreven hablar y vale la pena rescatar y no olvidar cada uno de sus mensajes, aquellos que la han convertido en la vocera de la igualdad en la educación.
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